Tercer debate… tercero!

La Ley de Herodes

José Luis Montañez

 

Andrés Manuel López Obrador, Ricardo Anaya Cortés y José Antonio Meade Kuribreña (el orden de los factores no altera el producto) buscarán claridad.

 

Definir quién ocupará el segundo lugar en las preferencias electorales, con miras a las votaciones presidenciales del primer domingo de julio en México, era la única interrogante que se descifró del tercer debate entre los cuatro candidatos presidenciales: Ricardo Anaya, José Antonio Meade, Jaime Rodríguez y Andrés Manuel López Obrador, que se celebró en Mérida.

José Antonio Meade o Ricardo Anaya, Ricardo Anaya o José Antonio Meade, como usted guste o mande, pues como se dice y se dice bien, el orden de los factores no altera el producto y, para el caso es lo mismo, buscaron asegurar la segunda posición en la contienda, pues el pueblo de México ya definió en todas las encuestas habidas y por haber -me refiero a las pagadas y a las reales-, que el tabasqueño Andrés Manuel López Obrador será el próximo Presidente de nuestro país.

Así es, es más que elocuente que López Obrador llegó al tercer debate -no era su obligación asistir, aclaro-, sólo para administrar su gran ventaja entre sus perseguidores y oponentes, que son el priísta y técnico, José Antonio Meade, y el super-rudo – Ricky Riquín-, o sea, el panista Ricardo Anaya, a quienes el tres veces candidato a la primera magistratura, o sea, López Obrador, les saca 20 o 25 puntos de ventaja en todos los sondeos y predicciones.

Esto es, se prevé que Andrés Manuel López Obrador llegue a Los Pinos con un respaldo popular nunca antes visto, pues esta vez el pueblo de México no se dejará jugar el dedo en la boca con el cuento de que se cayó el sistema o bien que no hay luz en el INE para contar bien los sufragios.

Un fraude electoral como el que se requiere esta vez para arrebatarle nuevamente la Presidencia de México a AMLO, con 10 ó 12 millones de votos y darle el gane a Meade o Anaya, no será posible, porque simple y sencillamente se nos arma la de Dios padre.

Entiendo lo que deben de estar pensando los seguidores de Pepe Toño y Ricky Riquín y los millones que no están de acuerdo con el de Macuspana -porque de que los hay los hay-, pero esta vez la plebe ya se encabritó por tanta corrupción, inseguridad, gasolinazos, devaluaciones, etc., etc. y más etc. y el principal responsable de todo es nada menos que el Presidente de México, Enrique Peña Nieto, quien se puso a gobernar el país como si fuera su rancho de Atlacomulco, por decir lo menos.

Dejan solo a José Antonio Meade

En una anterior entrega le comenté a usted que en el PRI nacional de Insurgentes Norte, en la Ciudad de México, hay caras largas y desánimo, porque se ve venir la derrota electoral y ahora sí parece que al invencible tricolor se lo cargó el payaso.

En el Partido Revolucionario Institucional se robaron el recurso de la campaña y se debe mucho dinero a los proveedores, sobre todo a medios de comunicación, desde la dirigencia del engañifa Enrique Ochoa, quien llegó sólo a la dirigencia nacional del PRI para hacer más grande su flota de taxis y volverse multimillonario.

Es por ello que al PRI nadie le quiere ya dar crédito y los empleados limpian sus oficinas, pues saben que pasada la contienda electoral el desempleo los espera a todos con los brazos abiertos.

Ahora bien, José Antonio Meade carga en sus espaldas, en esta campaña presidencial, una pesada losa que le colocó la administración de Peña Nieto con sus famosos gasolinazos, la devaluación de nuestra moneda, ahora sí, en un cien por ciento y la inseguridad -homicidios, robos, asaltos, secuestros, extorsiones y venta de droga en todas sus modalidades-. Todo ello permitido y auspiciado por un gobierno que no cumplió con respetar y hacer respetar nuestra Constitución, como lo juró el mexiquense aquel primero de diciembre de 2012.

Es por esta razón que el técnico Pepe Toño Meade no pudo levantar nunca el vuelo como candidato presidencial, pese a su gran esfuerzo y a los asesores de prensa e imagen que se le contrataron de última hora para relanzar su proyecto político, pues como en el dominó: jugó contra dos enemigos y un traidor. ¿Qué no ?

Ricardo Anaya: lástima Margarito

Y que se puede decir de Ricky Riquín, que va como abanderado presidencial del PAN y que para obtener la candidatura presidencial azul agarró a todos en su partido, virtualmente a patadas.

Se peleó con todo mundo, lo que motivó la salida de Acción Nacional de Margarita Zavala, la mujer del borrachín Felipe Calderón Hinojosa, quien desgobernó al país seis años como Presidente, con saldo de más de 200 mil muertos con su estúpida guerra al narcotráfico.

Ricardo Anaya tiene las manos manchadas, no para todos, aclaro, con negocios turbios que manejó desde la iniciativa privada.

En un espectáculo, por demás grotesco de nuestra política a la mexicana, el senador blanquiazul, Ernesto Cordero, lo denunció ante la PGR por lavado de dinero y otras linduras. Vaya vaya, acá ni para dónde voltear deveras. ¡Y estos son nuestros políticos y hombres honestos del país..!

Peña Nieto y lo que le espera

Y mire usted que si al candidato presidencial panista Ricky Riquín -como lo bautizó el propio Andrés Manuel López Obrador en el segundo debate televisivo-, lo denunció en la PGR por lavado de dinero su propio compañero de partido, Ernesto Cordero, dicen que para hacerle el trabajo sucio al grupo del primer mandatario, qué se puede esperar el actual Presidente de México, Enrique Peña Nieto, en cuanto deje el poder.

El mexiquense hizo una colección considerable de enemigos de gran calado desde el inicio de su gestión, y no lo pensó dos veces para mandar a la cárcel por intereses meramente políticos a sus oponentes. Uno de ellos, precisamente la profesora Elba Esther Gordillo, ex líder del magisterio nacional, estoy seguro que disfrutará desde su mecedora en su departamento de Polanco los días de pena que tenga que vivir Peña Nieto y toda su parentela, incluyendo a la ex actriz de Televisa, Angélica Rivera. Es por ello que el presidente Enrique Peña Nieto se ha esforzado desde ahora en buscar el perdón del que ya es un hecho -me refiero a Andrés Manuel López Obrador-, será el primer mandatario del país a partir del 1 de diciembre.

Sólo que en el último encuentro entre cercanos a los candidatos presidenciales, el de Morena dijo: en México existen instituciones -fiscalías, pues-, que deben de investigar las conductas de los servidores públicos y quien haya cometido ilícitos y con ello le haya fallado al pueblo de México, tendrá que pagar las consecuencias, esto es, la cárcel.

Será que ahora sí y después de veinte ex gobernadores en prisión por actos de todo tipo de corrupción podamos ver a un ex presidente y sus más cercanos colaboradores ser llamados a cuentas por los abusos que cometieron en el poder.

En Italia pusieron a Berlusconi a barrer las calles de la bellísima Roma, nada menos que por corrupto; en Brasil metieron a la cárcel a Lula Da Silva por lo mismo y en España le acaban de dar una patada en el trasero al jefe del Ejecutivo por corrupto, cinicazo y pasado de vivo.

¿Será que ha llegado la hora de actuar en México..?

montanezaguilar@gmail.com

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