Peña Nieto, ¡el gran elector..!

La Ley de Herodes

José Luis Montañez

 

 

Sin restar méritos a la campaña por la Presidencia de la República de Andrés Manuel López Obrador, hoy por hoy puntero en las encuestas dos a uno -50 puntos promedio en las preferencias electorales-, y a todo su equipo de trabajo, muchos de los cuales han laborado hasta 24 horas continuas sin sueldo alguno, habrá que reconocer el esfuerzo constante y decidido de Enrique Peña Nieto y su fallido gobierno para abonar a la causa del principal candidato opositor, quien por tercera ocasión busca llegar a la jefatura del Ejecutivo.

Y es que, apenas obtuvo la Presidencia, en julio de 2012, el mexiquense Peña Nieto se dedicó a gobernar al país mediante decisiones que en nada beneficiaron al pueblo y sí en cambio a un grupo de oportunistas, que tan pronto se sentó en la silla presidencial lo rodearon para cantarle al oído que su mandato era único y que su personalidad era también indestructible.

Allí estuvieron puntuales y, parece que lo siguen estando, Luis Videgaray, Aurelio Nuño, Gerardo Ruiz Esparza, Luis Miranda Nava -todos ellos del grupo de los Golden Boys de Atlacomulco-, además, por supuesto, de nuestra primera dama, Angélica Rivera de Peña, que se encargó de que su flamante nuevo esposo se sintiera como parte de la mejor telenovela producida en los sets de Televisa, empresa donde la ex actriz trabajó muchos, muchos años y cuya liquidación le sirvió para construirse una mansión en las Lomas de Chapultepec de la Ciudad de México, valuada, en la actualidad, en unos 20 millones de dólares.

Y fue así, que al brillante joven mexiquense se le olvidaron las promesas de campaña rumbo a la Presidencia del país en ese 2012 y se dedicó a gobernar, de una manera lírica fatal, atacando con ello los intereses del pueblo que creyó y confió en sus palabras, y una vez más, en el Partido Revolucionario Institucional.

El pueblo de México venía de probar dos sexenios con el PAN y, aunque no le fue tan mal, pensó que con el regreso del PRI la cosa iba a estar mejor y mire usted en lo que vinieron a parar cinco años y medio después, en un gobierno que se ganó a pulso el rechazo ciudadano por tanta corrupción.

Pensó que el poder era eterno

Embriagado de poder y rodeado de sus incondicionales, que a todo le dicen que sí y en nada lo contradicen, el mandatario Enrique Peña Nieto se dedicó a enviar al Congreso Federal una serie de iniciativas de ley, la mayoría de ellas, en contra del pueblo que votó por él para Presidente y a favor de intereses personales o de grupo.

Destacan tres por su nocividad contra la nación: la Reforma Energética, la Educativa y la de Telecomunicaciones.

En la primera se buscó que la riqueza petrolera de nuestro país viera y diera beneficios a intereses privados.

No se planeó ni ampliar ni construir nuevas refinerías y, sí en cambio, se optó por aumentar la compra de gasolinas refinadas, sobre todo a países como los Estados Unidos, que han encontrado en México al socio perfecto, por tanta corrupción en nuestros gobiernos, pero para sus intereses nada más.

La venganza política contra EEG

En el caso de la Reforma Educativa habrá que decir que ésta tenía dedicatoria especial, -por una venganza política-, para la estructura, que organizó con el trabajo de 25 años la profesora Elba Esther Gordillo y que dio vida al Partido Nueva Alianza.

Todo mundo conoce la historia de esa infamia contra una mujer que exigía partes iguales para ella y su grupo político

Esa dizque Reforma Educativa no fue otra cosa más que una ley persecutoria para los maestros que no se alineaban con los intereses políticos del gobierno en turno.

Esto es, a los maestros que pretendían participar en política a través de otros partidos diferentes al PRI, eran reprimidos y sancionados, hasta con la pérdida del empleo, por instrucciones del mismo titular de la Secretaría de Educación Pública, que no era otro sino el mismo Aurelio Nuño, quien para muchos fue durante gran parte del sexenio de Peña Nieto su delfín para la Presidencia de la República en 2018.

También se peleó con Carlos Slim

En Telecomunicaciones se buscó afectar los intereses del ingeniero Carlos Slim, propietario de la red Telcel y de la empresa Teléfonos de México.

El multimillonario logró en 20 años hacer de la telefonía en México un negocio rentable y apetitoso para los amigos, socios y colaboradores de Peña Nieto, que vieron en este sector la oportunidad de entrar al negocio fácil y ganar miles de millones de dólares.

Fue Gerardo Ruiz Esparza, quien desde la Secretaría de Comunicaciones y Transportes se encargó de tronar el látigo al ingeniero Carlos Slim y a los empresarios Emilio Azcárraga Jean, dueño de Televisa, y Ricardo Salinas Pliego, propietario de Televisión Azteca. A éstos dos últimos con el fin de beneficiar a la familia Vázquez Raña, metida desde hace rato en el negocio de los diarios, las estaciones de radio, los bancos y ahora ¿por qué no? en la televisión, contando para ello con el apoyo de su nuevo padrino y protector, Enrique Peña Nieto.

Fue así que el mexiquense se dedicó a imponer órdenes y a beneficiar a sus dizque amigos con negocios multimillonarios en telecomunicaciones, energéticos y hasta con la propia educación, pues los miles de millones de pesos en recursos de la Secretaría de Educación Pública fueron canalizados a mover intereses políticos ajenos y no precisamente a buscar la mejor enseñanza de los niños.

Seguramente, Enrique Peña Nieto pensó que el pueblo de México le iba a seguir teniendo la misma confianza que como candidato presidencial, después de aplicar a la mala los consabidos gasolinazos, la devaluación de nuestra moneda hasta en un 100% y la inseguridad que ya sobrepasa todos los límites de intolerancia.

En este sexenio se han registrado tantas bajas por problemas del narcotráfico y el crimen organizado como los hubo en el mandato de Felipe Calderón Hinojosa y que se han llegado a estimar en 200 mil.

Vea que después de todo Enrique Peña Nieto ha resultado ser uno de los mejores promotores del voto a favor de Andrés Manuel López Obrador, pues se estima que uno de cada cuatro sufragios a favor del candidato de Morena -se estima que ganará la Presidencia de México con más de 26 millones de votos el primero de julio-, será como castigo para el PRI por no haber vigilado que su otrora candidato presidencial de lujo cumpliera en funciones lo que le prometió al pueblo de México en tantos discursos.

montanezaguilar@gmail.com

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