• A 45 años de su fundación

Emilio Carrasco Hernández

Los 80 asentamientos irregulares de Cancún sufren indiferencia de las autoridades, que hacen oídos sordos ante los reclamos de servicios y seguridad de los habitantes “del otro Cancún”.

Cancún.- A 45 años de su fundación es eldestino turístico más exitoso de México, recibe 15 millones de vacacionistas y permanece el rezago, la marginación y la inseguridad en 80 asentamientos irregulares. “El otro Cancún”, el de los pobres, se encuentra sumido en la inseguridad y el rezago de infraestructura social. Ante esas condiciones, los 40 mil habitantes de zonas marginadas enfrentan el día a día con:

Calles de terracería, sin transporte público, falta de energía eléctrica, escuelas improvisadas y carencias en servicios de salud, son el común denominador de esos asentamientos, los residentes claman ayuda a las autoridades de los tres órdenes de gobierno, que los mantienen en el olvido y hacen “oídos sordos”.

Tal es el caso del fraccionamiento El Trébol, ubicado en la carretera Cancún-Mérida, a la altura del libramiento Gas-Auto, donde 300 familias, se han tenido que organizar para poder enfrentar las vicisitudes de vivir en una colonia, que no reconoce el municipio y únicamente visitan en tiempos electorales.

“Nos tienen en el más completo olvido, hemos ido en varias ocasiones al ayuntamiento a plantear nuestras necesidades y nos dan largas, tenemos oficios donde se han comprometido a ayudarnos y seguimos en las mismas desde hace 7 años, cuando Andrea Baeza García, líder de colonos, indicó que, ante la negativa de las autoridades, se tuvieron que organizar, formando un comité vecinal, que realiza gestiones para contar con los servicios básicos, “pero hemos avanzado muy poco, ahora estamos con lo de la luz, ya la Comisión Federal de Electricidad (CFE), colocó los postes en los primeros dos kilómetros de la calle principal, nos costó andar dando vueltas y cada vecino tuvo que cooperar con diez mil pesos, es el inicio, pero ahí vamos”.

La falta de suministro eléctrico es sólo una de las carencias que en breve podrían subsanar con el esfuerzo vecinal, hace falta infraestructura: escuelas, parques, centros de salud, transporte público y lo principal, ponerle un freno a la delincuencia.

“Sabemos lo difícil que es vivir en estas condiciones, pero como sea, uno ahí la va llevando, lo que sí nos tiene acorralados, es la inseguridad, los robos están a la orden del día, además nuestros hijos están expuestos a sufrir toda clase de bajezas, en lo que va del año han violado a tres jóvenes, nada más las jalan “pal” monte y ni cómo ayudarlas”.

Baeza García dijo que la policía jamás realiza rondines y la caseta de seguridad de la entrada del libramiento se encuentra en el abandono, “tiene años así, estamos olvidados, pues”. En cuanto a la escuela, los niños tienen que caminar 30 minutos, hasta un área verde, en donde se acondicionó una cabaña, ahí maestros del Consejo Nacional de Fomento Educativo (Conafe), imparten clases, “no hay butacas, los niños se sientan en tabiques. Esa es la realidad que vivimos”, agregó.

“Nadie nos ayuda, pero eso sí, cuando andan acarreando gente para las campañas aparecen, es más hace unos días por aquí anduvieron, pero salieron de huida, nadie les hizo caso”.

Así los habitantes del fraccionamiento El Trébol, le hacen frente al rezago social en el municipio del país que genera el mayor número de divisas producto del turismo.