Yolanda Montalvo

Han llegado a la redacción de DIARIOIMAGEN Quintana Roo infinidad de mensajes de lectores que expresan su opinión sobre diversos temas. Las páginas de nuestra edición están abiertas para que usted opine, denuncie, exprese su punto de vista, que es el más importante sobre los asuntos de interés para todos.

La fuerza de las redes sociales es hoy por hoy el instrumento que la ciudadanía tiene para defenderse de los abusos en la prestación de servicios y venta de algunos artículos de primera necesidad, como es el caso de la gasolina, combustible que se vende en esta entidad en litros de 800 y 900 mililitros, ante la pasividad de una Procuraduría Federal del Consumidor, que no hace su trabajo de sancionar a estos abusivos. Más bien, parece que la Profeco mantiene arreglos sospechosos, pues de qué otra forma se justifica que los mismos propietarios y encargados de estos negocios manden a los inspectores de la Profeco al demonio, por decir lo menos, cuando éstos pretenden cumplir su trabajo de inspección ante el cúmulo de denuncias por el robo de miles de litros de gasolina diariamente cuando usted carga su tanque de combustible. Las estaciones de servicio en Cancún, Playa del Carmen, Cozumel y Chetumal han sido denunciadas una y otra vez por el robo de gasolina al momento de surtir el pedido de los conductores. La campaña #LitrodeaLitro en las redes sociales está siendo seguida por miles. Se trata de denunciar mediante una lista a todas las gasolineras que roban al despachar.

Los ciudadanos hacen el trabajo de la Profeco, que más bien parece estar pintada y hacerse de la vista gorda en este negocio millonario que suele ser la corrupción.

Un candidato pobre es un pobre candidato

La siguiente es la opinión de Mario Montero respecto a la columna del lunes pasado:

“Con sumo interés leí su artículo publicado en DIARIOIMAGEN Quintana Roo, y coincido con usted en muchos de los aspectos mencionados.

Respecto a los resultados de encuestas ficticias que muchos de los aspirantes a ocupar un cargo público, por elección directa del pueblo, los llamados electos, y por la vía del regalo, llámese plurinominal, por elección directa de los grupos que quieren eternizarse en el poder, los llamados elegidos (por cierto por unos cuántos) pues no sabemos quién ni cómo fueron elegidos.

Por lo menos, a mí nunca me han preguntado.

En el apartado o subtema que menciona “Otra del club de los soñadores”, hace mención de una tal Krinagemma Rodríguez Contreras, a quien por cierto, creo que ni en su casa la conocen, como dirían en el argot popular, candidata de Nueva Alianza a diputada federal por el distrito 3, en Quintana Roo, a quien usted menciona como la eterna candidata del Panal y que por cierto también se ostenta como el partido de los maestros.

Hasta el día de hoy no sabemos qué acciones relevantes ha realizado a favor de la ciudadanía o por lo menos a favor de la educación, para ser elegida, por unos cuantos, a través de componendas o acuerdos, muy en lo oscuro, para ser postulada por un gremio, como el de los maestros, que sin ser docente, los está representando en una contienda electoral, o ¿qué preparación académica o grado de estudios ha realizado, para que pueda desenvolverse en un ambiente como el político, y que le permita reflexionar sobre situaciones y asuntos de gran relevancia, que así se requiere para poder estar en un nivel de responsabilidad ante un país, y por lo consiguiente poder tomar decisiones adecuadas, correctas en beneficio del pueblo? (tal vez su única cualidad visible sea el uso de vestidos muy ajustados).

En países como España y Estados Unidos, además de otros, se requiere, como mínimo, estudios de ciencias de la comunicación, de economía política o de relaciones internacionales para poder ser aspirante a un puesto de esa índole, son funciones públicas de carrera que se ganan a través del esfuerzo, del trabajo y de una preparación académica adecuada, y no es menospreciar la capacidad que todo individuo pudiera tener para ejercer el liderazgo o las competencias administrativas y/o legislativas, pero habría de conocer la trayectoria que, cada uno de los aspirantes a ocupar esas funciones ha tenido.

No goza, como ella menciona, de la simpatía de un gran sector de los profesores, para su preferencia y que los represente, muy por el contrario, siempre se ha cuestionado, al otro también candidato por el partido turquesa, el profesor Alexander Zetina Aguiluz, ex secretario general de la Sección 25 del SNTE, el porqué y cómo fue que esta persona llegó a ser parte del partido turquesa de los maestros.

A quien tampoco se le ha visto hacer algo por los docentes, muy por el contrario, estando en funciones hizo a un lado a quienes verdaderamente requerían de su apoyo como secretario general, y después como diputado local, para atender sus cuestiones personales y de sus allegados.

Situación que, como se ve y se palpa, fue un trampolín para quedar como el privilegiado de los partidos, pues hace campaña para ganar votos y no perder (el Panal) el registro, porque de perderlo, tendrá que retornar a las aulas a cumplir con su función de profesor, y no continuar viviendo del erario como funcionario diputado, y hago mención que es el privilegiado de los partidos, pues es el único que está asegurando su estancia en el Congreso de la Unión, ya que de perder las elecciones por vía de simpatía popular favorecido por el voto de los ciudadanos, queda su segunda opción la asignación plurinominal, ya que se posicionó como el primer beneficiado, en caso de no ganar por elección, como un regalo de ser elegido (recalco que no electo) por unos cuantos.

Por lo pronto, queda en la reflexión, si éstos son los candidatos IDÓNEOS para representar a los ciudadanos o a las minorías, que siempre son mayoría en un país como el nuestro.

Las reflexiones presentadas por Mario Montero es el reflejo de lo que cobra cada vez más fuerza en los electores: exigir que los candidatos no sólo tengan capacidad intelectual, sino también moral y cívica, personajes que en realidad merezcan representar al pueblo para el cual van a trabajar durante un periodo, ya que querer alcanzar un puesto político, es sinónimo de querer “jalar agua para su molino” y en el olvido queda la obligación y función para el que fueron elegidos y por lo que ganan un sueldo proveniente de las arcas del pueblo.