Hoteles a un euro

“Hora 14”

Mauricio Conde Olivares

 

  • Fisco español va por el resort BlueBay Grand Esmeralda

mauricio-1075A partir de hoy inicia el juicio en tierras ibéricas para dirimir el extraño caso del hotel BlueBay Grand Esmeralda en la Riviera Maya cuya escritura de compraventa del ”resort” por Hotesand Inmobiliaria a Teinver S.A., fue tasada en 27.5 millones de euros, pero mediante maquinaciones y triangulaciones financieras resultó ser un fraude por el que hoy los contribuyentes españoles terminaron pagando 115 millones de euros al fisco.

Este escándalo protagonizado por Gerardo Díaz Ferrán, ex presidente de la Confederación Española de Organizaciones Empresariales (CEOC), actualmente preso, ahora se encamina sobre su hermano Manuel Díaz Ferrán y también contra su socio Jamal Satli Iglesias, quien se quedó con los ocho hoteles de lo que era el Grupo Marsans, cuya administración también tenía otros diez centros de hospedaje en arrendamiento.

Estos delincuentes se apoderaron para sí y testaferros de este hotel y vendieron otras propiedades de varias sociedades del grupo Marsans, con todos sus activos, por el precio simbólico de un euro.

La muerte de quien era el principal socio de Gerardo Díaz Ferrán, Gonzalo Pascual, derivó en un cumulo de operaciones financieras y triangulaciones para evadir al fisco español y a los acreedores de Grupo Marsans, que operaba a Teinver S.A., mismas que sirvieron para dilapidar su patrimonio con la complicidad del liquidador Ángel de Cabo.

Las perspectivas de cobro no son halagüeñas: con un pasivo de 600 millones de euros, el liquidador Ángel de Cabo, encarcelado junto a Díaz Ferrán, fue quien se encargó de vaciar la mayor parte de los activos que conservaba Marsans.

Por eso, a la vuelta de los años, las fuentes de financiamiento de este grupo empresarial español fueron defraudadas y ante el hecho de que las intervino el fisco los “paganos” de todo este desastre fueron los contribuyentes españoles.

Es así como la Caja de Ahorros del Mediterráneo literalmente regaló entre 2007 y 2009 la cantidad de 124 millones de euros a la aventura en México de los hermanos Díaz Ferrán con Jamal Satli Iglesias, de los cuales unos 115 millones se destinaron a la compra del hotel Bluebay Grand Esmeralda en la Riviera Maya.

Dicha Caja de ahorros fue embargada por Banco Sabadell y a la fecha no ha podido recuperar ningún euro de lo prestado a favor de los contribuyentes españoles.

El crédito principal data del 13 de abril de 2007. La CAM dio 126 millones de dólares (95 millones de euros) a Teinver S.A., la sociedad patrimonial del grupo Marsans, a través de la que Díaz Ferrán y Gonzalo Pascual controlaban su «holding» turístico. Esos fondos sirvieron para que unas de sus filiales, Hotesand Inmobiliaria, comprara el hotel Bluebay Grand Esmeralda, en la Riviera Maya, aunque la diferencia de las cifras es por decir lo menos, altamente sui géneris: la escritura de compraventa del «resort» cifra la operación en 27.5 millones de euros, poco más de una cuarta parte del capital concedido.

El hotel, de 979 habitaciones en un terreno de 180 hectáreas, fue ampliado, pero, aun así, no deja de ser “sospechosa” la enorme confianza que depositaron los directivos de la CAM en Díaz Ferrán. Tanto es así que, dos años después de la concesión del crédito, el 30 de julio de 2009, la CAM amplió el préstamo en 4.5 millones de dólares adicionales (unos tres millones de euros).

Esta línea de crédito fue incrementada pese a que Díaz Ferrán no había pagado ni un euro de los 95 millones de euros concedidos dos años antes.

De hecho, el crédito inicial refleja que la empresa no tenía que empezar a devolver el crédito hasta el 13 de abril de 2011. Justo un año antes de esa fecha, el grupo Marsans dejó de pagar a sus proveedores, por lo que la CAM, como líneas antes cité, no ha recuperado nada de lo prestado.

Los 98 millones de euros de la operación de México se han convertido, con el paso del tiempo, en una deuda de 115 millones de euros. Ésa es la cifra que la CAM reclama en el concurso de acreedores de Teinver S.A.

Para llegar a los 124 millones de euros que la caja ha dilapidado hay que sumar a los 115 de México nueve más en otros préstamos concedidos a Díaz Ferrán o sus empresas.

Por tal razón, la justicia mercantil española sentó en el banquillo de los acusados a quienes fueron los máximos dirigentes de la CAM, Modesto Crespo, Dolores Amorós, Roberto López, Vicente Soriano y Teófilo Sogorb, donde el juez Javier Gómez Bermúdez, de la Audiencia Nacional, los acusa de apropiación indebida, administración desleal, falsificación de cuentas y falsedad documental.

Hace cuatro años, el Banco de España intervino a Caja del Mediterráneo y fue vendida al Banco Sabadell por un euro en junio de 2012, eso sí, tras meterle 5 mil 249 millones de euros para garantizar que asumirá al menos el 80% de sus futuras pérdidas.

También, Díaz Ferrán dispuso de créditos ventajosos en Caja Madrid, aunque en este caso el daño financiero es menor: 15 millones sin ningún pago. Entre los préstamos concedidos hay uno de 26 millones que investiga el juez Elpidio Silva, quien envió a la cárcel sin fianza al ex presidente de la caja madrileña, Miguel Blesa. El magistrado también instruye la compra del City National Bank de Florida.

En el expediente legal de este caso, se especifica que en junio de 2010, Inversiones Grudisán, sociedad patrimonial de Díaz Ferrán, transmitió a una empresa controlada por De Cabo —de manera fictici—, según la acusación, cuatro locales en Madrid, dos lujosas viviendas en Calviá (Mallorca) y un chalet en Menorca.

La sociedad del liquidador, Quatre Bras, se quedó la casa de Menorca y traspasó los otros seis inmuebles a una empresa propiedad del hermano de Díaz Ferrán, denominada Implementación de Proyectos. Una de las viviendas de Calviá fue vendida el 28 de agosto de 2012 por el hermano de Díaz Ferrán a tres ciudadanas rusas que pagaron 3.4 millones de euros. Repito, así consta en el informe pericial entregado al juez por la acusación particular, que se nutre, principalmente, de los informes elaborados por los agentes fiscales.

En cuanto a los hoteles, el esquema fue similar. Terminaron en manos de Jamal Datli, que se asoció con Ángel de Cabo. Hasta llegar ahí, varias sociedades del grupo Marsans que eran dueñas de los hoteles fueron vendidas, con todos sus activos, por el precio simbólico de un euro.

Los hoteles están funcionando y generando caja, por lo que los acreedores de Marsans intentan recuperarlos para aminorar sus pérdidas. La administración concursal cifró el agujero patrimonial de Marsans en 373 millones de euros.

Por todo lo anterior, para las autoridades fiscales españolas están tras una de las joyas de la corona de todo este barullo, que es el hotel Bluebay Grand Esmeralda en la Riviera Maya.

Gerardo Díaz Ferrán, es un empresario español que desde 1985 y hasta su venta fraudulenta en junio de 2010, fue copropietario del Grupo Marsans, junto con su socio Gonzalo Pascual. Desde 2007 hasta 2010 fue presidente de la CEOE.

El 3 de diciembre de 2012 fue detenido y acusado de alzamiento de bienes y blanqueo de dinero.[]

Permanece en prisión preventiva desde el 5 de diciembre del 2012 por la causa en la que se investiga el vaciamiento patrimonial del grupo Marsans. Fue declarado culpable el mes de junio de 2013 por el Juzgado de lo Mercantil número 12 de Madrid por el concurso de Viajes Marsans, y también fue condenado por fraude a la Hacienda española en la compra de Aerolíneas Argentinas; pero esto será motivo de análisis en otra entrega de Hora 14.

mauricio_conde@msn.com

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