- Guaruras tuvieron que llamar a paramédicos para atender a los futbolistas que estaban muy alcoholizados en Playacar
Carlos Vela y los hermanos Dos Santos se desplazan con impunidad en Playa del Carmen, en tres suburbans, las que son aparentemente conducidas por judiciales.
Cancún.- Lo que hasta hace unos días fue titulado como “el orgullo de Quintana Roo”, la madrugada del sábado quedó en un bochornoso escándalo protagonizado por los escoltas del futbolista profesional Carlos Vela, los hermanos Giovani y Jonathan dos Santos, y Diego Reyes en el exclusivo complejo habitacional Playacar de Playa del Carmen.
La madrugada del viernes se solicitó el servicio de los paramédicos de una ambulancia en una lujosa residencia de la fase I del complejo hotelero Playacar.
Al llegar a la vivienda, fueron recibidos por un grupo de guardaespaldas, quienes refirieron que atenderían a un joven con suero vitaminado por vía intravenosa, para rehidratarlo, porque habían consumido alcohol en exceso, y que se trataba del hijo de un artista famoso de la ciudad de México.
Según información que ha trascendido, al término de su labor, los paramédicos dijeron que se retirarían, no sin antes cobrar sus servicios, a lo que los guardaespaldas dijeron que se relajaran y que esperaran a Vela y sus amigos, quienes seguramente necesitarían el mismo servicio, y que todo sería cubierto económicamente.
Al cabo de 4 horas, Vela, los hermanos Dos Santos y Diego Reyes, arribaron al lugar, pero lejos de aceptar el servicio, negaron recibirlo y profirieron palabras impublicables a los rescatistas.
Ante esta situación, los de la ambulancia exigieron que les pagaran el servicio de 4 horas, pero los escoltas que dijeron ser de la Policía Judicial, únicamente pagaron 150 pesos por el suero, no sin antes amenazar con “una madriza” a los paramédicos, si decían algo de lo que vieron o escucharon en la fiesta organizada por los seleccionados nacionales del balonpié mexicano.
