Derecho de réplica

 

 

 

Los números no mienten, Cancún no es el mismo desde que el 30 de septiembre del 2016 inició funciones, como alcalde de Benito Juárez, Remberto Estrada Barba, quien tenía como lema “Un Cancún de 10”, frase que, para los cancunenses, parece una broma de mal gusto.

La notoria falta de capacidad del munícipe “verde”, ha llevado al caos al destino turístico más importante del país y colocarla como una de las ciudades con más ejecuciones del sureste; incapacidad que, también, vio su partido el Verde Ecologista, y su padrino, el ahora diputado por Quintana Roo, Jorge Emilio González Martínez “El niño verde”, por lo que, no fue considerado para una candidatura a reelección en la pasada contienda electoral.

El bienio de sangre

El inicio de la administración de Remberto Estrada fue bautizado con sangre, pues el día de rendición de protesta, el 30 de septiembre del 2016, se anotó sus primeras dos ejecuciones, cuando un hombre fue abatido a balazos sobre la Av. Bonampak, a unos metros del cruce con la López Portillo, en la supermanzana 74, y por la noche, otra persona fue asesinada en la Región 208, en el fraccionamiento Villas del Sol.

El 2016 cerró con 23 ejecuciones, la mayoría realizadas en los últimos tres meses del año, al inicio del mandato de Estrada Barba. La excusa del verde alcalde era que las muertes estaban relacionadas con la delincuencia organizada y narcotráfico, por lo que no era competencia de la Policía local el asunto, empero, la prevención del delito, asunto que sí es competencia a nivel municipal, no se ve por ninguna parte.

El 2017 cerró con 227 ejecutados en Cancún y un gasto excesivo en renta de patrullas, sin resultados, mientras las justificaciones y anuncios de reuniones en mesas de trabajo de coordinación entre los tres niveles de gobierno, se anunciaron en comunicados oficiales; juntas vacías sin resultados, más que, el de un alto gasto en café.

Este 2018, Remberto cumplió con su lema “Un Cancún de 10”, al sumar más de diez ejecuciones violentas en un día, y en sólo ocho meses del año se suman casi 400 asesinatos, en las que se encuentra la muerte “circunstancial” de un camarógrafo y reportero del Canal 10, Javier Enrique Rodríguez Valladares. Según las “investigaciones” de la Fiscalía del Estado, que dirige (esperemos no por mucho) Miguel Ángel Pech Cen.

La muerte del reportero fue casual, pues estuvo en el momento equivocado a la hora equivocada.

La ineficiencia, en su esplendor

Los policías en Cancún hicieron pública la falta de equipamiento y capacitación que, desde el inicio de la administración de Estrada Barba, pasaron, pues por lo menos en tres ocasiones realizaron paro de labores y se manifestaron a las afueras de la alcaldía para exigir el pago del Fortaseg y para que se les administraran uniformes y chalecos antibalas.

Por la oficina de la Secretaría de Seguridad Pública de Benito Juárez, en dos años pasaron tres responsables: José Luis Jonathan Yong Mendoza, Alejandro Rodríguez Zepeda y Darwin Puc Acosta, sin resultados favorables.

Dos años de negocios

Como mentada de 10 de mayo suenan ahora para los cancunenses las palabras de Remberto Estrada, dichas en enero del 2017: “Hoy es un día histórico para los benitojuarenses, estamos haciendo entrega de nuevas y modernas unidades de última generación, con la mejor tecnología nunca antes vista. Seguimos rompiendo récords, no se había dado un acto similar en este municipio, porque la seguridad es una prioridad de este gobierno”. Eso dijo en su discurso el alcalde cuando anunció la renta de 97 patrullas.

El grupo empresarial Urfisa, representado por Bernardo Uriegas Corcuera, fue la beneficiaria de la licitación, que costó a las arcas municipales unos 52 millones de pesos en menos de cinco meses. Con un presupuesto anual para el 2017 de 81 millones de pesos.

Empero, para el 2018, las 97 patrullas se evaporaron, e incluso, en el primer círculo del alcalde, aseguraron que no tenían ni siquiera las mínimas unidades para los patrullajes.

Más privatizaciones 

Si Paul Carrillo, predecesor de Remberto Estrada, firmó la renovación de la concesión del servicio de agua potable y alcantarillado a la empresa Aguakan, con siete años de anticipación de que terminara el convenio, Estrada Barba dio en concesión el servicio de alumbrado público.

Por unanimidad, incluidos los votos a favor de los cuatro regidores de PRD y Morena, el ayuntamiento local, dominado por PVEM-PRI, aprobó privatizar el servicio de alumbrado público por 15 años en favor de la empresa regiomontana Celsol SA de CV, que fue la única en participar, enfrenta incumplimientos en Acapulco y Tijuana.

El runrún dice que $3 millones por concejal le costó a Remberto Estrada que le aprobaran el bisne…pero esas son leyendas urbanas…en este país nunca pasa eso…si, ya, ajá.

Hasta un estudio “científico” para justificar la privatización del servicio, se dio para tratar de jugarle al dedo en la boca a los cancunenses, con tal de que una empresa, que tiene fama de chafa, por el incumplimiento en otras ciudades donde presta el mismo servicio, sea la que obtenga los pagos que, de forma directa, hacen los ciudadanos a la CFE por alumbrado público.

En la actualidad, en Benito Juárez (Cancún) están concesionados los servicios de agua potable a la empresa Aguakan, que cotiza en la Bolsa Mexicana de Valores, y el de disposición de la basura a Promotora Inmobiliaria Mahahual (Pimsa), de personas de la región; esta empresa también ha estado en el ojo del huracán, pues ha trascendido la ineficiencia con la que ha manejado los lixiviados, líquido emanado por los desechos y que contamina el subsuelo…pero, después de unos recorridos de supervisión por parte del cabildo, del problema de contaminación nada se dijo…mucho menos de suspender la concesión del sucio, pero millonario negocio del manejo de la basura.

A la fecha, no se sabe si, en los planes de la alcaldesa electa, Mara Lezama, está el de revisar estos contratos y lo conveniente de éstos para Cancún. De lo que no queda duda es que Remberto Estrada quedó muy corto como alcalde, para gobernar al polo turístico más importante del país. Tantán.