“El Tololoche” detalla, ante jurado, lujos de “El Chapo”

  • Segundo día de su declaración en juicio en EU
José Luis Montañez

 

Joaquín “El Chapo” Guzmán tenía casas en todas las playas y ranchos en todos los estados, señaló el testigo Miguel Ángel Martínez Martínez.

En su juicio en una corte federal de Estados Unidos, fue detallada la vida de lujos y opulencia del narcotraficante Joaquín “El Chapo” Guzmán Loera, quien fue recapturado en una cañería de Los Mochis en 2016, tras seis meses en fuga.

El testigo de Miguel Ángel Martínez Martínez, “El Tololoche”, en su segundo día testificando, continuó con su relato de los primeros años de Guzmán como capo de la droga, cuando dejó atrás su pasado pobre en la sierra sinaloense para convertirse en “El Rápido”, el más veloz en el tráfico de cocaína colombiana hasta Estados Unidos.

Los cargamentos de droga eran tan voluminosos y aportaban tantos beneficios que “El Chapo” se dio a todos los placeres de la vida. Según contó Martínez, Guzmán en los principios de la década de 1990 estaba en el “mejor negocio del mundo”, aprovechando que “se agarró el boom cocainero” en Estados Unidos.

El cambio de vida de “El Chapo” fue fulgurante. “Cuando le conocí no tenía jet. En los noventa ya tenía cuatro”, explicó el testigo. No se quedaba ahí: también tenía “casas en todas las playas” y “ranchos en todos los estados”.

No sólo eso: confirmó que tenía una casa en la playa de Acapulco “muy bonita” con varias piscinas y canchas de tenis que le costó 10 millones de dólares y donde tenía un yate llamado “Chapito”.

Y, en un rancho en Guadalajara, había un “zoo” con “leones, tigres, panteras y venados”. Los turistas podían visitarlo gracias a un “trenecito”.

“Viajamos por todo el mundo”, explicó el expiloto del cártel, tanto por negocios -buscar más fuentes de droga, especialmente heroína asiática- como por placer, a veces para jugar a las apuestas, una fascinación del capo. Entre los países visitados Brasil, Argentina, Japón, “toda Europa” y hasta Macao “para jugar”. La vida de ostentación pasó también a la vida privada, manteniendo a la vez entre “cuatro y cinco mujeres”.

Su vanidad le llevó una vez a Suiza, a una clínica “donde te ponen células para mantenerte joven”, en un momento en el que mantenía entre cuatro y cinco mujeres a la vez. Su dispendio también lo compartía con sus trabajadores y lacayos. A “El Gordo” le regaló un reloj Rolex con brillantes, y un diciembre regaló más de 50 coches de alta gama, de más de 30 mil dólares por vehículo.

Piden sancionar a defensa por uso ilegal de celular

Los fiscales pidieron al juez Brian Cogan que sancione a los abogados de Joaquín “El Chapo” Guzmán que presuntamente ayudaron a su esposa, Emma Coronel, a introducir de manera ilegal un teléfono celular en la sala del juicio.

En una moción ingresada el martes a la corte del distrito este de Nueva York en el marco del juicio contra Guzmán, los fiscales señalaron que los abogados facilitaron también un “contacto no autorizado” entre Coronel y el acusado.

De acuerdo con el régimen de máxima seguridad bajo el que el narcotraficante mexicano está detenido, no puede tener contacto con nadie más que con sus abogados.

La moción reveló que los alguaciles de la corte detectaron en cámaras de video el uso de teléfono por parte de Coronel dentro de la sala del juicio.

Los fiscales dijeron que algunas personas, cuyos nombres fueron borrados, “parecen haber usado celulares en coordinación con una visita de un abogado al acusado tras dos días de juicio la semana pasada para facilitar el contacto no autorizado y (…) no permitido entre el acusado y la señora Coronel”.

Sin embargo, el juez que preside su juicio aceptó la explicación de que fue para usar un traductor y poder comunicarse así con uno de los defensores.

El uso de teléfonos, grabadoras, cámaras o computadoras está absolutamente prohibido en la Corte para el público y la prensa, sobre todo para evitar que se difundan imágenes que pueden poner a jurados o testigos en peligro.

La seguridad es tan estricta que a Guzmán ni siquiera se le permitió darle un breve abrazo a Coronel al comienzo del proceso.

En el juicio en un tribunal federal de Brooklyn, que podría durar hasta cuatro meses, los fiscales buscan probar que como líder del Cártel de Sinaloa en México, Guzmán envió enormes cargamentos de cocaína, heroína, mariguana y metanfetaminas a Estados Unidos.

Los abogados de Guzmán han dicho que buscarán probar que su cliente respondía al narcotraficante Ismael “El Mayo” Zambada.

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