“Piaf: Voz y Delirio” se estrena con pasión y éxito

  • La puesta en escena es una producción venezolana, protagonizada por Mariaca Semprún y escrita por Leonardo Padrón
  • Continuarán ofreciendo funciones hasta el 27 de enero en el Centro Cultural Teatro 1
Arturo Arellano

 

Leonardo Padrón, dramaturgo, se enorgullece de traer la producción venezolana a México. (Foto: Arturo Arellano)

 

“Piaf: Voz y Delirio” es un musical que recorre la trágica, dolorosa, pero fascinante vida de Edith Piaf, una mujer que se convirtió en un ícono de todo un país. Este viaje al fondo del alma de la cantante también conocida como “El Pequeño Gorrión”, arranca desde los inicios de su carrera en la música cantando en las calles de París, hasta su fatal desenlace propiciado por el desamor y los excesos. La leyenda universal regresa a la vida en el Centro Cultural Teatro 1 en la piel de Mariaca Semprún, quien la interpreta magistralmente, con funciones al menos hasta el 27 de enero próximo.

 

“Todo lo doy por completo”, dijo Edith Piaf en algún momento de su vida y eso es justamente lo que Mariaca recrea en el escenario, entregándose por completo

 

Semprún trae de nuevo a la vida al ícono de Francia, con una calidad vocal extraordinaria.

El estreno, “Piaf: Voz y Delirio” contó con algunas fallas técnicas, sin embargo, fueron también el detonante perfecto para poder vislumbrar el enorme talento que envuelve a Mariaca, dado que se quedó sin audio de su micrófono en más de una ocasión y la artista logró mantener la atención del público en el escenario y en su majestuosa voz, que aún sin apoyo del micrófono lograba llenar cada rincón del teatro, a la vieja usanza, como cuando el teatro musical nació en su predecesora la ópera y sus intérpretes no tenían otro recurso que la potencia de su voz proyectada hacía el público.

Bravo! Mariaca, “Bravo”, tal como la canción que interpreta del vasto repertorio de Piaf.

Bravo! Mariaca, bravo, tal como la canción que ejecuta y lleva el mismo nombre “Bravo” del vasto repertorio de Piaf. Durante la interpretación de este último tema, Semprún usó una nariz de payaso realizando movimientos que hacían alusión al acto de equilibrio en el circo, ya que según relata en el musical, ella tenía herencia circense, dado que tanto su madre como su padre pertenecían a familias de circo y en el caso de su padre era un extraordinario contorsionista con quien viajó por muchos lugares de la mano del circo. No obstante, también señala que ella jamás pudo encontrar su talento dentro del circo, dado que el suyo estaba en la voz, en las calles, cantando donde la gente pudiera escucharla.

Por si fuera poco, en este estreno Mariaca se permitió cantar una versión ranchera de “La foule”, acompañada de mariachi.

Así, justo fue como se ganaba la vida, hasta ser descubierta por un hombre a quien consideró su mejor amigo, quien la llevó a cantar al cabaret, luego a la radio y así a despuntar su carrera. Más tarde la tragedia se haría presente de nuevo en su vida, arrancándole a su compañero de éxitos. Como ésta, le suceden otras vicisitudes en su vida que es enmarcada por canciones como “Milord”, “No me arrepiento de nada”, “Los amantes de París” y “La foule”, esta última un tango peruano compuesto por un argentino y que a su vez ha sido cantado en diferentes idiomas, incluso en español por Julio Jaramillo en su tiempo, o la famosa versión en cumbia de La Sonora Dinamita, que es por siempre un éxito del género colombiano.

El elenco se permitió ser apapachado por un público agradecido ante su demostración artística.

La historia transcurre entre tragedias, excesos, pero a su vez, en éstos un mensaje para toda la audiencia, la de no dejar de luchar por sus sueños y también la de que tarde o temprano todos pagaremos las consecuencias de nuestras buenas o malas decisiones. Las siguientes canciones son “Padam”, “La vida en rosa” y otras, con las que logra captar la atención de todo el respetable, que incluso le ofreció un aplauso de pie al culminar la interpretación de “La vida en rosa”.

La decadencia en la vida de Piaf es acelerada, por la gran cantidad de pérdidas sentimentales y excesos.

Al terminar la función, Mariaca ofreció unas palabras de agradecimiento: “Es un honor estar de nuevo en México, y de esta manera. Nos emociona poder ver este teatro lleno, ojalá las siguientes funciones estén iguales. Les ofrecemos una disculpa por las fallas técnicas, no siempre pasa, pero en esta ocasión sucedió y estamos apenados por ello, afortunadamente pudimos resolverlas. Esperamos hayan disfrutado la función”. Entonces, de manera sorpresiva, aun cuando la actriz seguía hablando, entró un mariachi al escenario. “Esta es una sorpresa para ustedes mexicanos”, dijo, y entonces en compañía de los músicos interpretó una versión muy mexicana de “La foule” o como es mejor conocida por sus versiones en español “Que nadie sepa mi sufrir”. Así culminó esta emocionante noche, llena de talento y una gran historia, la de Edith Piaf, que se seguirá presentando en el Centro Cultural Teatro 1, al menos hasta el 27 de enero.

 

Piaf es única e irrepetible. Su historia es conmovedora y delirante. Su voz se convirtió en arte y legado para la memoria musical del mundo y ahora invade de nuevo los escenarios, a través del extraordinario musical “Piaf: Voz y Delirio”

 

 

Los músicos son parte fundamental de este montaje, cuyas canciones son interpretadas completamente en vivo.

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