Oposición y oficialismo marchan en Venezuela, tras rebelión fallida

  • Por segundo día se concentran en Altamira y en Miraflores
  • Gobiernos de varios países reiteran su respaldo al líder Juan Guaidó

 

 

Miles de simpatizantes del líder opositor Juan Guaidó, se concentran en el barrio de Altamira, en Caracas, mientras que los partidarios del presidente Nicolás Maduro se reúnen en las inmediaciones del Palacio de Miraflores Varios miles de manifestantes con banderas venezolanas comenzaron a concentrarse ayer miércoles en distintos puntos de Caracas en respuesta a la convocatoria del líder opositor Juan Guaidó, para marchar en reclamo de la salida de Nicolás Maduro del poder.

Al grito de “¿Quiénes somos? ¡Venezuela! ¿Qué queremos? ¡Libertad!”, los manifestantes se congregaron en la Plaza Francia del barrio de Altamira, que la víspera fue epicentro de violentas protestas, para participar de la movilización. Levantando un cartel que decía “Venezuela libre”, Ana Camarillo, un ama de casa de 46 años, afirmó que decidió salir a marchar “porque necesitamos despertar”.

Estamos carentes de todos los principios, de todos los valores y estamos sumergidos en una falta de progreso. Ya es la hora de luchar por eso”, indicó Camarillo, mientras caminaba por los alrededores de la Plaza Francia. La mujer narró que la víspera también había salido a las calles y sostuvo que está dispuesta a participar en todas las protestas que sean necesarias “porque tenemos que salir como sea de esta tragedia”.

Cerca de ella estaba Iria Agreda, una religiosa de 27 años, que cubriéndose la espalda con una bandera tricolor afirmó que decidió marchar para “luchar por la libertad y para acompañar al pueblo cansado de tanta opresión, de tanto dolor y tanta muerte”. En el oeste de capital la policía dispersó con gases lacrimógenos una concentración de opositores.

En tanto, partidarios de Maduro se ubicaban en los alrededores del Palacio de Miraflores, la casa de gobierno, para mostrar su apoyo al líder socialista. Las manifestaciones opuestas prometen sacudir Caracas por segundo día consecutivo, tras las violentas protestas de la víspera que dejaron al menos 78 heridos y siguieron al intento de Guaidó, líder de la opositora Asamblea Nacional al que Estados Unidos y más de 50 naciones reconocen como presidente legítimo de Venezuela, de provocar la salida de Maduro con un alzamiento militar que, pese a lo sorpresivo, tuvo poca adhesión entre los integrantes de las fuerzas armadas. Fue, sin embargo, la amenaza más seria hasta la fecha al cuestionado mandato de Maduro.

Guaidó dijo que llamó a la insurrección para restaurar el orden constitucional que se quebró cuando Maduro asumió a principios de año un segundo mandato tras comicios boicoteados por la oposición y considerados ilegítimos por docenas de países.

Gobiernos de todo el mundo expresaron su respaldo a Guaidó

A medida que se desarrollaban los acontecimientos, los gobiernos de todo el mundo expresaron su respaldo a Guaidó y reiteraron sus llamados a evitar una confrontación violenta. Seguimos con más fuerza que nunca”, dijo Guaidó ayer miércoles en un breve mensaje en Twitter.

A última hora del martes Maduro calificó al levantamiento de fracasado intento de golpe de Estado respaldado por Washington y advirtió que Caracas no sucumbirá al intento de las fuerzas de derecha de “someter” a la nación a un modelo de “dominación económica neocolonial”.

El alzamiento podría obligar a Maduro a tomar una decisión sobre el destino de Guaidó, explicó Giancarlo Morelli, del grupo de análisis británico Economist Intelligence Unit, agregando que el socialista enfrentará peligros sea cual fuere el camino que tome.

La jornada del martes fue una de las más sorprendentes hasta la fecha en un país que, pese a tener la mayor reserva conocida de petróleo del mundo, enfrenta una crisis económica peor que la Gran Depresión estadounidense.

Los disturbios comenzaron cuando Guaidó, flanqueado por varias docenas de guardias nacionales y algunos vehículos blindados, publicó un video filmado cerca de la base aérea de La Carlota, en la capital.

Sorpresivamente Leopoldo López, el mentor político de Guaidó y uno de los opositores más destacados del país, estaba junto a él.

Detenido en 2014 por liderar disturbios antigubernamentales, López dijo que fue liberado del arresto domiciliario por las fuerzas de seguridad siguiendo órdenes de su pupilo.

Mientras los dos líderes opositores coordinaban acciones, tropas leales a Maduro disparaban gases lacrimógenos desde el interior de la base aérea.

Una multitud que enseguida llegó a ser de varios miles de personas corrió para ponerse a salvo y reapareció más tarde con Guaidó en la Plaza Francia, a varias manzanas de distancia. Un grupo más pequeño de jóvenes enmascarados se quedó arrojando piedras y bombas incendiarias hacia la base aérea y prendiendo fuego un autobús del gobierno.

En medio del caos, varios vehículos armados se dirigieron a gran velocidad hacia la multitud. Dos manifestantes, tendidos sobre el piso con la cabeza y las piernas ensangrentadas, fueron sacados del lugar en motocicletas.

El director de un centro médico próximo señaló que los médicos estaban atendiendo a más de 50 personas, de las cuales la mitad presentaban heridas provocadas por balas de goma. Al menos una persona recibió disparos de arma de fuego. El grupo de derechos humanos venezolano Provea reportó que un hombre de 24 años murió durante una protesta en la ciudad de La Victoria.

Más tarde el martes, López y su familia buscaron refugio en la residencia del embajador de Chile y luego se trasladaron a la embajada de España. Además, otros 25 soldados que estaban con Guaidó habrían huido a la delegación diplomática de Brasil, según reportes.

En un posible indicio de escisiones en el círculo más cercano a Maduro, el exjefe de la policía secreta escribió una carta en la que se distanció del socialista. En su misiva al pueblo venezolano, Manuel Ricardo Cristopher Figuera, quien hasta octubre fue el máximo responsable del temido Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional (SEBIN), dijo que siempre había sido leal a Maduro pero que ahora era tiempo de “reconstruir el país”.

La corrupción está tan extendida que “muchos servidores públicos de alto nivel (la) practican como deporte”.

Llegó la hora de buscar otras formas de hacer política”, escribió Figuera.

La autenticidad del texto fue confirmada por un alto cargo estadunidense, que habló bajo condición de anonimato porque no estaba autorizado a divulgar detalles.

Maduro designó al mayor general Gustavo González López como nuevo jefe del SEBIN, lo que para Provea representa un “alto riesgo para los derechos humanos”.

La organización dijo en su cuenta de Twitter que el oficial tiene un “amplio prontuario de violaciones” por acciones policiales en algunas barriadas pobres en las se denunciaron ejecuciones extrajudiciales y por su presunta responsabilidad en la muerte de un concejal opositor que según las autoridades se suicidó en octubre tras ser detenido en la sede del SEBIN.

Por ahora Maduro se ha negado a detener a Guaidó, pero dijo que el procurador general nombró a tres funcionarios para investigar el alzamiento y prometió que “habrá acusaciones penales”.

 

Maduro convoca a jornada de
diálogo para “rectificar” errores

El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, convocó ayer 1 de mayo a una gran jornada de diálogo para «rectificar los errores» cometidos en la Revolución Bolivariana.

“Convoco al Congreso Bolivariano de los Pueblos, al Gran Polo Patriótico Simón Bolívar, al Partido Socialista Unido de Venezuela, a las Unidades de Batalla Hugo Chávez, a todas las gobernadoras, gobernadores, alcaldes y alcaldesas a la gran jornada nacional de cambio, rectificación y renovación revolucionaria”, dijo Maduro.

Durante su discurso con motivo de la movilización por el Día Internacional del Trabajo, el mandatario convocó a una gran jornada nacional de diálogo, de acción y propuesta del poder popular el 4 y 5 de mayo. “¡Quiero asumir un plan para rectificar los errores en medio de la batalla!”, declaró Maduro.

El líder izquierdista en este evento también aseguró que su gobierno no permitirá un golpe de Estado, tras el intento orquestado por el proclamado presidente interino Juan Guaidó junto con un grupo de militares.“¿Qué hubiera pasado si hubiéramos enfrentado a esos golpistas? Una masacre entre venezolanos, nos hubiéramos matado entre venezolanos y en Washington hubieran celebrado, señaló.

Maduro también acusó ayer a la oposición y al imperialismo estadounidense de querer llevar al país sudamericano a una guerra civil. «Los golpistas venezolanos no sólo se engañaron a sí mismos sino que también engañaron al imperialismo norteamericano diciendo que yo me iba a ir del país», declaró el mandatario.

Informó que en los próximos días mostrará las pruebas de «quién conspiró, cómo conspiró» para que el pueblo sepa «quiénes son los traidores» y que la justicia haga su parte.

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