Sigue impunemente explotación infantil en la zafra de Río Hondo

Derecho de réplica

José Luis Montañez

 

  • Que son los mismos padres quienes los llevan a escondidas para trabajar

 

El trabajo infantil se ha detectado en el corte de caña de azúcar en la ribera del Río Hondo, zona en la que aún se ven niños o niñas haciendo alguna labor en los campos.

 

El trabajo infantil y su consecuente explotación para diferentes actividades laborales, son una de las preocupaciones más grandes en los últimos años para autoridades y asociaciones civiles alrededor del mundo. Y aunque existen leyes que prohíben la contratación de menores, también hay un rezago económico que les lleva a buscar a toda costa “el pan de cada día”. En el caso de Quintana Roo, particularmente en las zafras de Río Hondo se continúan observando niños bajo el argumento de que son los mismos padres quienes los llevan a escondidas para trabajar.

El trabajo infantil es en el corte de caña de azúcar en la ribera del río Hondo, zona en la que aún se pueden ver niños o niñas haciendo alguna labor en los campos, lo anterior según las agrupaciones, porque hay padres que insisten en llevar a sus hijos a esta dura labor, principalmente, los fines de semana, pues el dinero no les alcanza para cubrir todas sus necesidades.

Por otro lado, Benjamín Gutiérrez Reyes, responsable de una de las zafras, argumenta que los padres no lo hacen con el fin de explotar a sus hijos, sino con la intensión de enseñarles la noble labor de la que han recibido sustento toda la vida, aunque lo anterior siempre implica un riesgo para el menor y tampoco justifica su presencia en los cañales.

Derechos Humanos pide erradicar la situación

Añadió, que desde hace tres años trabajan con autoridades gubernamentales para vigilar que no se emplee a niños ni jóvenes menores de 18 años en el corte de la vara dulce como siempre había ocurrido en la zona cañera.

La Comisión de los Derechos Humanos del Estado de Quintana Roo (Cdheqroo) y el Sistema para el Desarrollo Integral de la Familia (DIF) han solicitado a las agrupaciones evitar la contratación de menores, lo cual ha quedado claro para los productores locales, pero aún falta que se respete y haga valer la petición.

Para disminuir la explotación infantil, refieren que se han mejorado los albergues comunitarios y les han brindado educación a los hijos de los cortadores, para lo cual están en constante comunicación con las dos instancias que realizan talleres informativos para los productores y organizaciones cañeras. Lo mismo ofrecen charlas para que conozcan los derechos infantiles y evitar que se les contrate durante la zafra.

DIF no registra casos de explotación laboral infantil

Un detractor para erradicar esta práctica es que al menos la mitad de los 2 mil 800 productores de caña contratados para esta temporada vienen de otros estados del país, por lo que no están presentes en las charlas informativas y además están acostumbrados a llevar a los niños al trabajo de campo, aunque en Quintana Roo está prohibido. Pese a lo anterior recientemente el DIF dio a conocer que no tienen casos registrados de explotación laboral infantil, puesto que quienes trabajan lo hacen por su voluntad y no han dejado la escuela.

La directora del Sistema para el Desarrollo Integral de la Familia, María Elba Carranza Aguirre, comentó “Los niños que laboran en las calles lo hacen por voluntad, y no han abandonado la escuela”, por lo tanto, divulgó que, en el estado, el DIF no tiene ningún registro sobre explotación infantil y explicó que los niños trabajan para ayudar a la economía de sus familias.

Revelan carta de niños abusados por legionarios en Cancún

Mientras se trata de erradicar la explotación laboral en el estado, existe también otro caso de abuso, quizá más preocupante, puesto que vino de donde poco se pudo haber sospechado, se trata del abuso sexual cometido por sacerdotes en contra de infantes en Cancún hace algunas décadas y que apenas ha salido a la luz pública.

Biani López-Antúnez, una de aquellas pequeñas abusadas, escribió un documento incriminador contra el sacerdote Fernando Martínez que no había sido divulgado sino hasta ahora, cuando la orden vuelve a encontrarse en el centro de un escándalo sobre abusos y encubrimiento.

Beatriz Sánchez, entonces maestra de inglés del colegio Cumbres, regido por los Legionarios de Cristo, se dio cuenta de que algo pasaba cuando una de sus alumnas de más edad entraba y salía del baño “Cuando me acerqué me dijo: miss, cada vez el padre se lo está haciendo más fuerte a las más pequeñitas y ya no queremos que pase eso con ellas, por favor ayúdenos”. Sánchez, ahora de 63 años, las invitó a hacerlo a través de una carta para ella y otra maestra.

Niñas vivían aterrorizadas

La maestra también animó a hablar a otras víctimas, como López-Antúnez, que el 14 de mayo de 1993 concluyó su carta con una petición “P.S. Es un secreto entre miss Lorena y yo”, lo cual deja evidente el miedo con el que vivían las menores en medio de esa situación.

“El padre nos empezó a tomar confianza y pensó que éramos muy tontas y que podía hacer lo quisiera con nosotras, nos besaba y cargaba entre las piernas. Cuando llegó a la boca nos preocupamos en serio”, relata la niña con apenas 10 años de edad en esa época.

Irma Hassey, madre de una de las víctimas, comentó que, aunque no se atrevió a pedir detalles a su hija, supo lo suficiente para llamar al superior de los legionarios quien, al día siguiente, apareció en su casa pidiendo perdón, rogando su silencio y ofreciendo sacar al sacerdote de Cancún al día siguiente.

Más de 25 años después, Hassey entendió que tanta urgencia por sacar a Martínez de la escuela era en consecuencia de que ya se habían acumulado muchas denuncias, incluida la de Ana Lucía Salazar, y que la suya fue solo la gota que derramó el vaso.

Fueron demasiadas víctimas

La presentadora de televisión Ana Lucía de Salazar reveló en mayo los abusos que había sufrido por parte de Martínez en la escuela de Cancún, así como los esfuerzos de la jerarquía de la Legión de Cristo por ocultar las agresiones.

Fue entonces cuando Hassey supo que no era el único caso. El testimonio de Salazar hizo que su hija y otra alumna del Cumbres, Belén Márquez, también hablaran públicamente en noviembre en una conferencia de prensa.

“Sufrí abusos de los 8 a los 10 años. Fueron abusos graduales, continuados y no solo abusó de mí, sino que también fui obligada a ser testigo de los abusos de otras niñas”, dijo la hija de Hassey a lo que ella comentó “estuve dejando a mi hija en la puerta de un violador”. Las investigaciones continúan en torno a estos casos, mientras que las victimas claman por justicia.

Quintana Roo cubre su deuda en Salud

Quintana Roo ya no es parte de los estados que incumplieron pagos y acumularon deuda por retenciones hechas a los trabajadores para el Issste y Fovissste, respectivamente, de 2004 a 2016.

Pedro Flores, titular de Administración y Finanzas de la Secretaría de Salud (Ssa), refirió que después de haber heredado en 2016 una deuda de 207 millones de pesos por retenciones realizadas a trabajadores, no transferidas a Issste y Fovissste, hoy Quintana Roo es uno de los seis estados del país que no tienen ningún adeudo en Salud, y por ello garantizan la cobertura.

Apuntó que desde 2002, los gobernadores de distintas entidades incumplieron pagos y acumularon deudas por 55 mil 600 millones, pasivos elevados fomentados por pagos incumplidos, principalmente de medicamentos y material de curación a proveedores, demandas y pago de cuotas e impuestos.

No dejaron de cubrir aportaciones de trabajadores

Asegura que esta situación la atravesó Quintana Roo hasta 2016, año en que llegó el actual mandatario estatal, porque desde 2004 hasta 2016, periodos que incluyen las gubernaturas de Félix González y Roberto Borge, se había acumulado una deuda de 207 millones de pesos en salud.

El funcionario argumentó que durante 2017 y 2018 esas omisiones fueron liquidadas y, pese al adeudo del gobierno estatal, no se dejaron de cubrir las aportaciones anuales de los trabajadores. De igual forma el total de la deuda con proveedores fue saldada.

Con base en el reporte de Administración y Finanzas de la Secretaría de Salud, Chiapas, Sinaloa, Oaxaca y Veracruz, son los estados que más deudas arrastran, en contraste con Guanajuato, Hidalgo, Nuevo León, Querétaro y Quintana Roo, quienes no tienen ningún pasivo.

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