Arde EU tras el asesinato de un afroamericano por parte de policía

“No puedo respirar”, grito de manifestantes: van 6 muertos

 

  • Donald Trump amenaza lanzar el ejército para imponer orden

 

Tras la muerte de George Floyd, un hombre afroamericano bajo custodia policial en Minneapolis, los disturbios en Estados Unidos no han cesado.

 

Tras el asesinato, la semana pasada, de un hombre afroamericano bajo custodia policial, los disturbios en Estados Unidos no han cesado; existe un estallido violento que recorre el territorio norteamericano, de norte a sur y de costa a costa, en plena pandemia de coronavirus que ha provocado más de 100 mil muertos y a esto hay que sumar al menos seis muertos y más de cuatro mil detenidos originados por los enfrentamientos con la policía.

A cinco meses de las elecciones en las que Donald Trump se juega la presidencia, se cumple una semana de la muerte bajo arresto de George Floyd, acusado de resistirse al arresto tras haber pagado en un comercio de Minneapolis con un billete de 20 dólares falso.

Un policía le hincó la rodilla en el cuello durante casi nueve minutos, mientras éste suplicaba, repetidamente “no puedo respirar”, sometido y bajo arresto, el policía no tuvo piedad y lo asesinó. Hecho que ha detonado las protestas en Estados Unidos, que al caer la noche se vuelven violentas, llenas de destrozos, saqueos y demás agresiones.

Este nivel de vandalismo no se veía ni en Washington ni en el resto del país desde los disturbios raciales provocados por el asesinato del reverendo Martin Luther King en 1968. Si bien, existieron protestas por otras muertes de personas de raza negra a manos de agentes de policía blancos, como las de Michael Brown en Ferguson en 2014 y Freddie Gray en Baltimore en 2015. Ninguna, tuvo el alcance de lo que presenciamos actualmente.

Trump hace apología de la violencia

El presidente Donald Trump no da marcha atrás, fiel a su carácter y convicciones inclinadas a la violencia, cree que la respuesta será más violencia. Comenzó calmando los ánimos, lamentando la muerte de Floyd, calificándola de “trágica” y prometiendo “justicia”. No obstante, en Twitter, amenazó con duras represalias rescatando una antigua frase de tintes racistas, proferida por un jefe de policía de Miami en 1967: “Cuando comiencen los saqueos, comenzarán los disparos” La red social etiquetó esos mensajes después por “glorificar la violencia”, y el presidente respondió que no conocía la procedencia de la frase.

Trump arremetió con más fuerza y en una tensa videollamada con los gobernadores de los estados afectados, la mayoría demócratas, les acusó de “débiles”. A los manifestantes los llamó “terroristas”, miembros del movimiento de izquierda radical y violenta “antifascista”. “Si no les dominan, van a parecer una panda de idiotas”, aseveró.

“La mayoría son débiles. Tienen que arrestar a más gente, deben seguirlos, deben encerrarlos por 10 años, y esto ya no volverá a pasar, ya verán. Lo estamos haciendo aquí en Washington”. No obstante, la capital amaneció saqueada, la plaza ante la presidencia parece un campo de batalla, a pesar de que el domingo por la noche el FBI movilizó hasta a la brigada de rescate en secuestros para ayudar al Servicio Secreto y a la policía local.

El fiscal general (ministro de Justicia), William Barr, ordenó enviar más refuerzos, unidades antidisturbios de la red federal de prisiones a Miami y Washington, a fin de dispersar a los manifestantes, que han sufrido agresiones, ataques con gas, tremendas golpizas, y al menos 4 mil de ellos han sido detenidos.

En los disturbios habían muerto hasta ayer al menos seis personas, unas 4.000 y al menos 45 millones de personas durmieron la noche del domingo bajo toque de queda. La Guardia Nacional, una fuerza militar compuesta de reservistas, estaba desplegada en la mitad de los estados de este país, y Trump invitó a los gobernadores a que pidieran refuerzos al Pentágono de forma inmediata.

Al menos cuatro mil manifestantes han sido detenidos por la policía y seis más han muerto, durante las protestas, desde la semana pasada.

La gota que derramó el vaso

Lo anterior ¿es producto del miedo o de su falta de cordura?, se preguntan miles de personas alrededor del mundo, pues si bien, el detonante de esta ola de violencia en el país vecino del norte fue el asesinato racial de George Floyd; motivos hay muchos para estar enojados, resentidos con el gobierno estadunidense, opresor en común de muchos sectores vulnerables.

Y es que en este tipo de situaciones, es habitual que los presidentes se dirijan a la nación para calmar ánimos, pero Trump hace todo lo contrario, incita la violencia y como es característico a la opresión. Se le cuestionó a su portavoz, Kayleigh McEnany, si el presidente estaba planificando algún mensaje televisado desde el Despacho Oval, pero ésta respondió: “Un discurso no va a pararle los pies a los antifascistas”.

Barack Obama, por su parte pidió que “toda esta rabia justificada se canalice en acciones pacíficas, sostenidas y efectivas, para que este momento sea un punto de inflexión en el largo viaje de este país hacia sus más elevados ideales”. Sin embargo, los ocho años de gobierno de Obama, no remediaron el viejo problema de la brutalidad policial contra personas de raza negra.

EU vive una división histórica, su gente está harta y después de la videollamada con el presidente, varios gobernadores demócratas le acusaron de incendiar los ánimos. La gobernadora de Michigan, Gretchen Whitmer aseveró: “Las peligrosas palabras de este presidente deberían preocupar seriamente a todos los estadounidenses, porque transmiten un mensaje claro sobre los planes de esta Administración de plantar las semillas del odio y la división, lo que, me temo, provocará más violencia y destrucción”.

Donald Trump arremetió con más fuerza con los gobernadores de los estados afectados por las protestas y les acusó de “débiles”.

Trump enviará al ejército

Luego de los disturbios en las inmediaciones de la Casa Blanca, donde hubo destrozos, fuego, banderas estadounidenses en llamas y muros pintados con consignas contra la policía y el racismo, Donald Trump afirmó que haría uso del ejército para detener a los manifestantes.

La Casa Blanca quedó a oscuras y el Presidente tuvo que ser alojado en el búnker. “Lo que pasó en la ciudad anoche es una deshonra absoluta”, dijo Trump en un discurso, mientras la policía dispersaba una protesta a pocos metros del edificio.

El presidente entonces anunció que desplegará militares en la capital: “detendremos los disturbios, los saqueos, el vandalismo, los ataques y la destrucción gratuita de la propiedad”. Para ello determinó que habría policías y militares desplegados en distintas ciudades para contener las protestas.

“Estoy enviando miles y miles de soldados fuertemente armados”, amenazó y dijo que haría lo mismo en el resto de ciudades si no toman decisiones para frenar las protestas “voy a desplegar al ejército estadounidense para arreglar rápidamente el problema”.

Poco después la policía despejó a los manifestantes apostados fuera de la iglesia de Saint John, un histórico edificio cerca de la Casa Blanca dañado el domingo por la noche al margen de la protesta, Trump llegó al lugar con una Biblia en la mano.

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