Una rayita más al tigre en la CNDH

“Hora 14”

Mauricio Conde Olivares

 

 

Al cumplirse 93 días de la pandemia del Covid-19 en México, la estadística epidemiológica en Quintana Roo nos muestra que han fallecido por el coronavirus un total de 486 personas, además 140 se encuentran hospitalizadas y 421  permanecen en aislamiento social para sobrevivir a los síntomas de la enfermedad.

Resulta que en Cancún, aunque el censo es de 500 iglesias de diferentes denominaciones en el municipio de Benito Juárez, éstas podían regresar a sus actividades religiosas desde la semana pasada, pero no todas lo hicieron. De hecho, sólo 60% de los templos católicos lo hizo bajo estrictas normas de higiene y recomendaciones para los feligreses, señaló el obispo de Cancún-Chetumal, Pablo Elizondo Cárdenas.

Hoy es el caso de que en este destino turístico se reactivan las visitas en las cárceles de jurisdicción del estado, aunque la incidencia de casos por Covid-19  continúa su proceso, como en Chetumal, donde en últimas semanas se ha elevado el número de contagios.

Mientras avanza la reactivación económica del caribe mexicano, alertó la regidora presidente de la Comisión de Salud del Cabildo en Benito Juárez, Maricruz Carrillo, que el municipio es uno de los lugares más propensos a una nueva ola de Covid-19, no sólo por el movimiento turístico, sino por la desobediencia social. La falta de cultura de prevención o atención oportuna ha hecho vulnerables a los ciudadanos ante el coronavirus, pues es donde más casos de diabetes, hipertensión y obesidad existen en la entidad, dijo, agravando así los síntomas del Covid-19.

Las playas públicas de Cancún podrán recibir bañistas hasta el próximo 22 de junio, siempre y cuando el color del semáforo epidemiológico del Covid-19 cambie a amarillo, comentó Francisco López, director de Turismo Municipal. De momento siguen cerradas al público en general y aunque la ocupación hotelera es mínima la presencia de turistas es notoria, pues tienen el privilegio de disfrutar de las playas. Hay hoteles que promueven mediante un Day Pass el que los residentes locales puedan disfrutar las playas sin restricciones, por la cantidad de mil 500 pesos, pero para llegar no es fácil, pues los filtros policiacos en la entrada de la zona hotelera permanecen para restringir la entrada, creando largas filas de automóviles para evitar la entrada a paseantes.

Por ello, la autoridad municipal advirtió en reunión con hoteleros y gastronómicos que los particulares no pueden lucrar con los espacios públicos sin que haya consecuencias administrativas y legales. Veremos si la iniciativa privada responde positivamente o por ambición estrangulan a la gallina de los huevos de oro que es el turismo, tan sensible a las cuestiones de seguridad como estas encaminadas a evitar contagios.

Y hablando de evitar contagios, los tianguistas comenzaron a instalarse en diversos puntos de la ciudad de Cancún cumpliendo con los protocolos de sanidad correspondientes. Desde las 5 de la mañana algunos trabajadores inician procesos de sanitización de calles y puestos. Melitón Ortega, líder del sector, señaló que se trata de cumplir al 100% las disposiciones de las autoridades sanitarias y del Ayuntamiento: ‘Se harán nebulizaciones y tenemos túneles para que se estén sanitizando, además se invita al público a traer su cubrebocas”.

Joaquín Barajas, director de Salud Municipal señaló: “Verificamos que se cumplan los protocolos sanitarios, y están realizándolos, también tienen gel, agua y jabón, así como todo el personal tiene cubre bocas. Sólo van a trabajar 30% de los puestos, según los acuerdos”.

Déjeme también contarle que el monitoreo de precios que la Alianza Nacional de Pequeños Comerciantes (ANPEC) realizó del 15 de mayo al 15 de junio arrojó los siguientes resultados:

Los productos que más variaron sus precios fueron arroz (26.67%), frijol (36.11%), lentejas (15%), avena (5.26%), azúcar (33.33%), naranja (78.57%), chile serrano (45.83%), los cárnicos (bistecs de res 16%), pechuga de pollo (9%) y las gasolinas (Regular 7%, Premium 6%). Una verdadera escalada de precios se dejó sentir en el mes de mayo, disparándose la inflación en 2.84% respecto al mismo mes del año anterior, elevando los precios de la canasta básica en lo que va del año en más de un 80%. Mayo forma parte de la factura económica de la cuarentena que el Covid-19 nos obligó.

“Las familias mexicanas están enfrentando un alza generalizada de precios en los productos de mayor consumo de la canasta básica y, más grave aún, es la expectativa de desabasto de frutas y verduras, que están carísimas, de mala calidad y resultan prohibitivas para el consumo familiar, síntoma inequívoco de un desabasto por venir debido al factor estacional, de producción derivado de la pandemia, circunstancias que han fragilizado y sometido a gran presión a la cadena suministro”, comentó Cuauhtémoc Rivera, presidente de ANPEC.

En otro orden, por lealtad a un viejo compañero de redacción en el Diario “El Nacional” y también por respeto el ejercicio profesional de nuestra profesión, me permito exponer el siguiente texto que exhibe de fea manera “los moditos” de Rosario Piedra Ibarra, al frente de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos.

Les comparto el caso de injusticia que se está cometiendo en la CNDH en contra de Lázaro Elías Serranía Álvarez, quién laboraba en el área de Comunicación Social. Para que vean cómo se las gasta una instancia que debería defender los derechos humanos.

“Estimados compañeros de la Fuente de Derechos Humanos:

Acá Lázaro Elías Serranía Álvarez, para notificarles que, así como muchos de mis compañeros, estoy siendo víctima de flagrante violación de mis derechos humanos laborales, precisamente por mi patrón, la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH), donde laboro desde hace 19 años.

Sin dar mayor explicación la institución no ha pagado mi salario, pago que se acostumbra depositar en las cuentas bancaria de los trabajadores, los días 10 y 25 de cada mes. Lo más extraño del caso es que hasta el momento no sé cuál es la razón.

Desde hace 19 años y ocho meses que tengo laborando como Subdirector de Área, en la Dirección General de Comunicación de la CNDH, nunca me había sucedido esto. Pensando que habría ciertos problemas con la nómina por la cuarentena y home office en que nos encontramos todos los empleados, esperé algunos días para preguntar sobre esta anomalía, primero al administrador del área, Licenciado Porfirio Tejocote Rosas, quien no supo mayor cosa, y luego a mis superiores, pero ninguna de las jefas inmediatas supo responderme sobre la razón de la suspensión del pago, la Directora de Difusión, Valeria Jasso, fingió sorpresa y me remitió a la Directora General, Licenciada Alejandra Ezeta.

Esta última me dijo telefónicamente que “fue decisión del Licenciado Estrada”, refiriéndose al Secretario Ejecutivo de la CNDH, Licenciado Francisco Estrada Correa; ella misma se ofreció a hablar con él para conocer del caso. Hasta el momento nadie sabe nada. El Director Ejecutivo se niega a contestar mis llamadas.

No sé si es un castigo, no veo la causa, o una medida disciplinaria fuera de norma, no sé por qué; no he sabido nada del tema, pero necesito mi salario, ahora sí por emergencia, ya que desde hace tres semanas tengo dificultad para respirar; no se me ha diagnosticado Coronavirus 19, pero tampoco se me ha descartado. Para mi atención médica y hacerme los exámenes y estudios que se requieran necesito de esos recursos ya que carezco de ahorros.

Considero que se está cometiendo una injusticia ya que, durante los casi 20 años que llevo laborando en la CNDH siempre he tenido un comportamiento ético, profesional e institucional, bajo las órdenes de cuatro Ombudsperson nacionales y once Directores Generales de Comunicación, a quienes he servido fiel y disciplinadamente desde el año 2001, y nunca tuve problema alguno.

Si se tratara de un recorte de personal más, lo entendería, pero hasta para eso hay formas y la principal es enterar al trabajador de una decisión de despido, son las mínimas atenciones de respeto a los preceptos de la Ley Federal del Trabajo y a sus derechos humanos, en la Casa de los Derechos Humanos.

No sé si la presidenta Piedra Ibarra sabe de estos actos anticonstitucionales contra los empleados de la CNDH. Yo creo que no, porque no lo permitiría.

Hasta ahora nada sé, ya me quitaron el salario, me cancelaron mi correo electrónico institucional, hasta prohibieron a mis compañeros dirigirme el habla, y en cualquier momento me borrarán del whats-CNDH y antes que eso suceda, que me saquen de la app, sólo puedo hacer esta denuncia pública con ustedes que son periodistas especializados, con pensamiento propio, aguerridos, muy trabajadores y amigos.

Sólo resta agradecerles todas las atenciones que tuvieron para con la CNDH a través de mi muy modesta participación.

Agradezco mucho su atención. Lázaro Elías Serranía Álvarez”; empero, lo anterior será motivo de posterior análisis en otra entrega de Hora 14.

mauricioconde59@outlook.com
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