Cruce fronterizo de México hacia EU tarda hasta 6 horas

 

Restricciones ante la pandemia

 

  • El cierre parcial se extendió hasta el próximo 21 de septiembre

 

Las nuevas restricciones por la pandemia son un desafío para las personas que viven en ambos lados de la frontera. La frontera terrestre entre Estados Unidos y México es la más transitada del mundo.

 

Estadounidenses que cruzan regularmente la frontera con México tienen que esperar hasta seis horas para volver a ingresar a su país, después de que funcionarios de Washington impusieron nuevas restricciones en los viajes transfronterizos. El cierre parcial de fronteras por la pandemia de Covid-19 entre ambos países se extendió hasta el 21 de septiembre.

Estados Unidos cerró carriles en algunos puertos de entrada de la frontera con México y realizará más controles en un intento por limitar los viajes no esenciales y la propagación del coronavirus, anunció la agencia de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP, por sus siglas en inglés).

Según datos de la CBP, los tiempos de espera en algunos cruces fronterizos se han duplicado o triplicado. Muchos puntos de cruce ahora tienen solo uno o dos carriles de tráfico abiertos. Quienes cruzaron la frontera reportaron tiempos de espera de hasta 5 a 6 horas.

Jess Herr, de 30 años, una ciudadana estadounidense que vive en la ciudad de Tijuana y trabaja en un restaurante en San Diego, en el sur de California, dijo que generalmente se despierta a las 4:00 horas y cruza en automóvil en aproximadamente una hora. Cuando vio la larga fila de autos del pasado lunes, decidió seguir a pie, aunque aún tuvo que esperar cinco horas para cruzar la frontera.

En el puente de Córdoba que une la mexicana Ciudad Juárez con El Paso en Texas, sólo dos carriles estaban abiertos para los automovilistas. Los que cruzaban la frontera, que por lo general esperaban unos 45 minutos, dijeron que habían esperado más de tres horas para cruzar y que algunos llegaban tarde al trabajo.

Melissa Reyes, gerente general de Border Partners, una organización sin fines de lucro, dijo que había esperado 4 horas y media para cruzar la frontera de regreso a Estados Unidos durante el fin de semana después de ir a Puerto Palomas en México para hacer algunas compras. Normalmente, el tiempo de espera sería de 15 a 20 minutos.

Las nuevas restricciones anunciadas resultarían un desafío para las personas que viven en ambos lados de la frontera, dijo.

La frontera entre Estados Unidos y México es la frontera terrestre más transitada del mundo.

Antes de que comenzaran las restricciones del coronavirus en la frontera en marzo, más de 950,000 personas ingresaban a Estados Unidos desde México a pie o en automóviles en un día normal.

Residentes de Cd. Juárez tienen prohibido el paso a EU

La joven Itzel Chávez es una de las pocas personas que pasea por las desérticas calles de la ciudad fronteriza de El Paso, que se ha convertido en los últimos días en uno de los epicentros de Covid-19 en Estados Unidos.

Lo hace junto a su amiga Jazmín, que reside con ella en Ciudad Juárez, más asequible, aunque ambas son estadounidenses de nacimiento.

Las dos cruzan cada día el puente internacional Paso del Norte a primera hora de la mañana para ir a trabajar a una tienda del hogar.

Pero su caso es minoritario en la región: la mayoría de residentes de la ciudad mexicana que trabajaban e iban al lado estadounidense del linde lo tienen prohibido ahora por la pandemia del coronavirus. Y es que el condado de El Paso rompió la última semana su récord diario de número de contagios, convirtiéndolo en uno de los puntos calientes de la nación.

Sin cruces, los establecimientos están cerrados

“La economía está muy mal después de que cerrasen los puentes (fronterizos) a personas del lado mexicano con visado, pues ellas son las que vienen y hacen las compras de cada tienda aquí en el centro de El Paso”, relata Itzel, de 22 años.

La texana ha visto en los últimos meses cómo la inmensa mayoría de los negocios locales de las calles comerciales de El Paso, con una población cercana a los 700,000 habitantes, han tenido que bajar sus persianas temporal o definitivamente porque “han empezado a quebrar”.

Básicamente sólo las grandes cadenas de comida rápida, como McDonalds, mantienen sus establecimientos abiertos.

“Es una pérdida para nosotros, para ellos (el lado mexicano) y para todos”, lamenta sentada en un banco, luciendo su mascarilla protectora.

Otras comunidades fronterizas sufren

Más allá de El Paso, otras comunidades fronterizas han padecido fuertemente las consecuencias de Covid-19, tanto a nivel económico como de salud. En el Valle del Río Grande, también en Texas, más del 60 % de los residentes son diabéticos o prediabéticos y los porcentajes de obesidad y enfermedades del corazón se encuentran entre los más altos del país, según datos oficiales.

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