Autoridades han clausurado 279 fiestas durante pandemia

 

No respetan medidas sanitarias

 

  • Pese a las prohibiciones, las aglomeraciones continúan en “raves”

 

El SAT ya ha suspendido al menos 279 “raves” desde que inició la contingencia.

 

Cancún.- Uno de los principales retos para las autoridades en Quintana Roo durante la contingencia sanitaria ha sido lograr que la gente atienda las medidas de prevención frente a la Covid-19, pues lamentablemente no se han respetado y cuando más se ha necesitado que se dejen de realizar fiestas y aglomeraciones, la gente ha protagonizado los más vergonzosos eventos multitudinarios en diferentes puntos del estado, tan es así, que el SAT ya ha suspendido al menos 279 raves, desde que inició la contingencia.

Es denominado “rave” a aquellos eventos o festivales, en el que sobre todo jóvenes, se reúnen para beber y disfrutar de una presentación musical, principalmente DJ’s nacionales e internacionales, que han programado sus eventos en Quintana Roo, a pesar de estar prohibidas las reuniones de este tipo.

Tras la prohibición de los eventos a finales del año pasado, los organizadores recurrieron al recurso de las locaciones “secretas” es decir, que únicamente ellos y quienes paguen por una entrada sabrán el lugar de la fiesta, generalmente a mitad de la selva del Caribe.

Por ejemplo, se conoció a través de redes sociales, un evento realizado en una locación desconocida en algún punto de Akumal, donde cientos de personas llegaron a bordo de furgonetas tipo Van que previamente los recogieron en sus hoteles y luego los trasladaron al lugar, sin que supieran a dónde iban hasta minutos antes de llegar al evento, donde se presentó un DJ y se ofrecieron bebidas alcohólicas.  Los denunciantes, explicaron que la invitación se produjo a través de flyers digitales que circulan en chats de WhatsApp, donde se advierten dos cosas: la primera, que la localización de la fiesta es secreta hasta que se pague el costo respectivo por la entrada; y la segunda, que los teléfonos estaban estrictamente prohibidos, a fin de evitar la filtración de fotos y videos en Instagram, y entonces ser descubiertos por las autoridades.

Pagan hasta 10 mil dólares por asistir a fiestas “secretas”

 A pesar de la ilegalidad de este tipo de eventos, cientos de personas no han dudado en pagar cantidades exorbitantes por acudir a emborracharse y sobre todo a exponerse a ser contagiados de coronavirus y llevar la enfermedad a sus hogares.

Según las mismas denuncias ciudadanas, el precio de la entrada para este tipo de eventos multitudinarios podría incluso alcanzar hasta los 10 mil dólares, en este caso por un “rave” de música electrónica con la presencia de un Dj de fama internacional, quienes cabe mencionar son completamente cómplices de estos delitos al sumarse a la discreción en la propaganda de estos eventos únicamente en los grupos de WhatsApp creados para este efecto.

Según el testimonio de uno de los asistentes, que orgulloso se mofa de su irresponsabilidad, este tipo de fiestas empiezan a las siete de la tarde, pero con la promesa de que se van a alargar hasta el amanecer. Pasándose por alto el semáforo epidemiológico y la prohibición de los eventos masivos y los festivales.  A lo que se suma que los cientos de asistentes tampoco usan cubrebocas, ni guardan la distancia social, ignorando la escalada de contagios reciente en Quintana Roo.

La de Akumal, fue una de las últimas fiestas clandestinas que el Servicio de Administración Tributaria (SAT) de Quintana Roo, en coordinación con la Secretaría de Finanzas estatal (Sefiplan), Protección Civil, y elementos de la policía estatal, lograron desmantelar el pasado 9 de enero.

Cabe mencionar que ese mismo día, las brigadas del SAT-Sefiplan ubicaron otra fiesta de este tipo en los alrededores de Francisco Uh May, una pequeña localidad enclavada en el corazón de la selva caribeña, próxima a Tulum; que cabe mencionar es un lugar de muy difícil acceso y donde las autoridades solo pudieron pegar los sellos de clausura en la entrada del local, ya que se les impidió el acceso. Asimismo, notificaron el acta de sanción respectiva.

 El ‘Oliver Koletzki’ reuniría a mil personas

El 29 de diciembre, las autoridades lograron clausurar otro evento denominado ‘Oliver Koletzki’, en el que se esperaba la participación de más de mil personas y que estaba previsto que se hiciera en las afueras de Tulum; municipio del Caribe que ha sido noticia internacional por la proliferación de fiestas en restaurantes y hoteles que disfrazan raves multitudinarias como si fueran comidas y cenas.

El director del SAT de Quintana Roo, Rodrigo Díaz Robledo, declaró que tan sólo en lo que se refiere a fiestas de ese tipo, ‘raves’ disfrazadas de comidas, llevan realizadas 279 clausuras en todo el estado desde que empezó la contingencia sanitaria.

“Sólo en la zona costera de Tulum, donde se concentra una buena parte de los reportes de fiestas, el SAT-Sefiplan ha levantado 22 actas por las que ha recaudado 1 millón 397 mil pesos derivado de la clausura y sanción de lugares como IT Tulum, Hotel Bardo, Tantra, Taboo, Bagatelle, Gitano, Vagalume, Nomade, Rosa Negra, Itzik, o Conestecia”, entre otros.

Fiestas son un riesgo también para brigadas de verificación

 Díaz Robledo, afirmó que la situación se ha complicado por que no saben la localización de las fiestas. “Las hemos estado cazando en lugares remotos, y porque es muy difícil ingresar a ellas, no solo por su ubicación secreta, sino porque una vez descubiertas las brigadas de verificación requieren de la intervención de la policía para poder desmantelarlas. Incluso, las autoridades han tenido que recurrir al uso de drones para sobrevolar la selva y descubrirlas”, afirmó.

Asimismo, describe que “pareciera más bien que estamos en una guerra, porque tenemos que estar persiguiéndolos, además de que son de un gran riesgo para quienes van y para sus familias, además, también para los integrantes de las brigadas de verificación, que se exponen a los contagios, pero de igual manera a que la reacción de los organizadores de las fiestas, regularmente no es amistosa, ni de los propios asistentes que pagaron una fortuna por asistir al evento”.

A este tipo de fiestas asisten sobre todo extranjeros, que se suben a una camioneta sin saber a dónde van, y se meten a estos lugares secretos donde no hay servicios de ningún tipo, ni pueden usar el teléfono.

Para evitar la proliferación de estas fiestas, Díaz comentó que las brigadas de “inhibición” llevan trabajando desde el 1 de noviembre, cuando comenzó la temporada vacacional de Día de Muertos-Navidad.

Y desde entonces, los esfuerzos no parecen suficientes, a juzgar por la enorme cantidad de invitaciones a fiestas en lugares como Tulum que siguen circulando en internet, y por las fotografías y videos que pueden observarse en redes sociales. “Yo estoy coordinando las brigadas, y sí, personalmente siento una gran impotencia y una frustración de tener que estar obligando a la gente a que cumpla con las normas. Porque, aunque les estamos salvando la vida prácticamente, la gente se molesta cuando hacemos nuestro trabajo. Y por eso es nuestra frustración: porque tenemos que pelear a diario con la gente para que sean responsables”, concluyó.

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