¿Dónde quedó el bienestar?

Por la Derecha..!

Luis Ángel García

 

Desde el inicio de la administración de la 4T, la economía no pintaba para ser un blasón de este gobierno. En 2019, se estancaron las finanzas públicas y el crecimiento económico. La falta de un plan sexenal o un programa de políticas públicas que incentivara el desarrollo evidenció el verdadero objetivo político del régimen: mantenerse en  el poder mediante el empobrecimiento de la población y el uso electoral de los programas asistenciales o sociales para subsidiar a la población menos productiva —viejitos, “ninis” y madres solteras—, mediante dádivas que garantizan una base popular, el voto duro.

Para ello se descuidó el manejo de la macro economía y se fijó como propósito de gobierno el contar con los recursos suficientes que le permitan paliar la pobreza y subsidiar a un número cada vez mayor de pobres; en esta administración se han generado más de cuatro millones de nuevos pobres. Se descuidó la inversión privada, se satanizó a los emprendedores, se inició una cacería fiscal contra los grandes contribuyentes, se reprochó a la clase media sus deseos “aspiracionistas” y se le atacó hasta reducirlos a su mínima expresión, muchos nuevos pobres salieron de ese estrato castigado y estigmatizado. Se desaparecieron fondos y fideicomisos, se pretendió extinguir a los organismos autónomos, se redujo el presupuesto a las universidades y a la investigación. Se creó así una billonaria bolsa que garantizó por casi tres años el uso de esos recursos para mantener a un ejército de votantes que, al parecer no son tantos frente al descontento social generado.

A los yerros en las políticas públicas se sumó el efecto negativo de la pandemia y su pésimo manejo político-sanitario, con un costo de medio millón de muertos. Ello nos llevó a un retroceso en la economía y a una recesión no vista desde 1932, cuando se sintieron en México los efectos de la Gran Depresión de 1929. 2020 y 2021 fueron años sin crecimiento, con desempleo, cierre de empresas y falta de inversión. Se vaticinaba para este año un ligero avance; sin embargo, la guerra en Ucrania y el alza en combustibles y alimentos provocó la mayor hiperinflación de los últimos 21 años.

Ya en 2020, ante los pronósticos negativos de los organismos económicos internacionales, la reprobación de las calificadoras mundiales, el retroceso en el ranking de desarrollo de instituciones como la OCDE, el FMI o el Banco Mundial, México justificó su mal desempeño económico mediante el rechazo de los estándares internacionales de crecimiento y ponderó  las variables de bienestar como medida de desarrollo, estrategia que muy pocos países utilizan en el mundo.

Pero ni así les alcanza. El gobierno cada vez tiene menos formas de allegarse de recursos, no hay grandes empresas evasoras y no crece la recaudación fiscal, hay más pobres que subsidiar o mantener, crece la desconfianza en la iniciativa privada que se niega a invertir -hay menos incentivos para hacerlo-, no existe certeza jurídica, cambian las reglas de juego a cada momento y en el mundo no apuestan mucho por México; la inseguridad es otro factor que opera en contra del crecimiento.

A la mitad del sexenio, los verdaderos datos son aterradores. No despega la economía, los expertos dicen que la inflación se controlará en año y medio, no se hace nada por atraer nuevas inversiones y se cifran las esperanzas en contar con más remesas, hoy colocadas por encima de los 50 mil millones de dólares, con la peregrina idea de que ese dinero lo genera nuestra economía, “cash” que no puede tocar ni distribuir el gobierno. El servicio de salud pública es malo, fracasó el INSABI y un saturado e insuficiente IMSS tiene que remolcar los servicios de más millones de mexicanos. ¿Cuál bienestar?

Deje un comentario

Máximo un link por comentario. No use BBCode.

Archivos

.:: Diario Imagen On Line ::.


Queda expresamente prohibida la reproducción, parcial o total, de los contenidos de DIARIO IMAGEN QUINTANA ROO © 2011-2021


Acceder - Desarrollado por Atelier du Soleil