Por la Derecha..!
Luis Ángel García
Cierran los partidos políticos sus campañas en seis estados. La 4T arremete a sangre y fuego para hacerse del poder en las entidades federativas en contienda, aunque para ello convierta los comicios en elecciones de Estado. No está dispuesta a ceder ningún ápice en su avance para dominar políticamente la República Mexicana. Recordemos que la 4T es un proyecto político que busca perpetuarse en los gobiernos -como lo hizo el PRI por 93 años-, mediante un sistema personalista y totalitario, llevar el presidencialismo al extremo.
Para ello requiere no solo de los Congresos de la Unión y estatales, sino de la sumisión de los gobernadores que llegarán solo a recibir órdenes, convirtiendo el federalismo en un centralismo disfrazado. Por esos son importantes las elecciones en Aguascalientes, Durango, Hidalgo, Oaxaca, Tamaulipas y Quintana Roo.
Frente al descontento generalizado por la inflación, la inseguridad y la corrupción, la 4T implementa una estrategia electoral que incluye la connivencia con el crimen organizado y el financiamiento turbio de las campañas, la guerra sucia contra candidatos de oposición, el uso de recursos públicos para impulsar a sus aspirantes y recurrir a la cargada -a la usanza tricolor-, en apoyo de los abanderados guindas con la presencia de secretarios de Estado, incluido el jefe de gabinete, gobernadores con todo y jefa de Gobierno, amén de los legisladores. Aquí me asalta una duda, ¿la sola presencia de tan distinguidos personajes hará la diferencia en un solo fin de semana y con someras intervenciones; su carisma hará cambiar de opinión a los sufragantes? O es más bien una pasarela, una promoción personal con autorización rumbo al 2024, donde hasta el senador zacatecano Monreal se sube, como polizonte, al barco y también hace proselitismo y hasta vaticina el triunfo indiscutible, no de los morenos, sino del presidente, tal vez con la idea de que lo volteen a ver desde Palacio Nacional.
De nuevo en el tema, el próximo domingo, la 4T se juega su futuro y manipulará las elecciones, aunque viole la ley, como lo ha hecho en los dos últimos meses. Ya lo había anunciado el mismísimo presidente, a él no le vengan con el cuento de que la ley es la ley. No hay más ley que la de él. Para consolidar su proyecto político requiere de un control absoluto del país y eso solo se logra con la sumisión de los poderes ejecutivos estatales, las legislaturas locales y la complacencia de los tribunales. Así que no se pueden dar el lujo de perder el 5 de junio, y harán todo tipo de trampas para arrebatar el control político de los estados donde gobierna la oposición.
Ya hemos comentado en anteriores ocasiones que el electorado no tuvo ofertas políticas, sino coacciones para decantar el sufragio. Desde el ámbito oficial le han vendido la idea de que los programas sociales, en realidad clientelares, se los deben al gobierno y por eso la amenaza de retirárselos si no votan por Morena, a ello se suma la falacia de que si gana la oposición, dichas ayudas desaparecerán; en ninguno de los casos se puede hacer eso, porque la 4T se encargó de elevarlos a rango constitucional. El problema para nuevos gobiernos es cómo fondear dichos apoyos.
Por si eso fuera poco, ha trascendido que algunas campañas han sido financiadas por el crimen organizado o empresarios de dudosa reputación. El evento donde delincuentes en un falso retén amedrentaron a la prensa en el triángulo dorado, puede ser un mensaje para incidir en los comicios en Durango.
Finalmente, pocos candidatos presentaron propuestas serias, se dedicaron a denostar a sus contrincantes, utilizaron publicidad negra para hacerse de votos. La democracia no se puede fincar en elecciones de Estado.
