El día que Enrique Peña Nieto le anunció a Eruviel Ávila Villegas que iba a ser su sucesor en el Edomex

 

La ley de Herodes

José Luis Montañez

 

 

 

La segunda vez que el PRI estuvo a punto de perder la gubernatura del Estado de México, en manos de la oposición, fue cuando el actual senador de la República, Eruviel Ávila Villegas, recibió del presidente Felipe Calderón la oferta de ser candidato a gobernador, por la alianza opositora PAN-PRD.

El favorito para suceder al que después fuera Presidente de la República de 2012 a 2018, era nada menos que el actual mandatario mexiquense, Alfredo Del Mazo Maza, quien tuvo que esperar seis años más para gobernar la entidad, que también gobernaron en 1945, su abuelo Alfredo Del Mazo Vélez, y su padre Alfredo Del Mazo González, en el año de 1981.

La primera vez que el PRI se vio en riesgo grave de perder el Edomex fue en 2005, frente al PAN, cuando el guanajuatense Vicente Fox Quesada estaba a punto de concluir su periodo sexenal como mandatario nacional, de la mano nada menos que de la famosísima Martha Sahagún.

En 2011, Eruviel trata de irse por la libre y, con el apoyo de Felipe Calderón y Arturo Montiel Rojas y el obispo Onésimo Cepeda, volverse gobernador de la tierra del profesor Carlos Hank González.

La pelea en el PRI para suceder en el cargo de gobernador del Estado de México a Peña Nieto, se centraba entre su primo lejano, Alfredo Del Mazo Maza y el dos veces alcalde de Ecatepec, Eruviel Ávila Villegas, hijo político de aquél poderoso obispo de Ecatepec, Onésimo Cepeda, fallecido hace poco.

Eru, muy serio siempre en su participación política, parecía aceptar en el fondo que el peso del apellido del Mazo, lo hiciera a un lado en sus aspiraciones de ser jefe del ejecutivo estatal.

Dicen que en el PRI de Toluca ya estaban listas las matracas para recibir a Alfredo Del Mazo Maza, como el ungido tricolor y continuar con la hegemonía del grupo Atlacomulco, sí, aquel que creara Isidro Fabela Alfaro.

Algunos dudaron, en esos momentos, que EPN terminaría conduciendo con mucha inteligencia su propia sucesión y que a su vez, tal decisión le dejaría el camino abierto y despejado para “la grande”. La designación de su sucesor parecía no tener mucha complicación, sobre todo porque se insistía en que el futuro mandatario estatal sería uno del Grupo Atlacomulco y no un político proveniente del Valle de México, pues a final de cuentas, el Grupo Atlacomulco siempre era el que repartía y compartirá el queso con los de casa.

La mano de Onésimo, Montiel y Calderón en la decisión final

Hay quienes afirman que fue por consejo del ex gobernador Arturo Montiel Rojas y el obispo Onésimo Cepeda, que Ávila Villegas se tiró al ruedo como verdadero espontáneo ansioso de llevarse la tarde y salir en hombros de la plaza.

Uno de esos días, el entonces alcalde de Ecatepec, llamó al mismísimo gobernador Peña Nieto para informarle que el presidente Calderón lo había mandado llamar para conversar con él en privado en la capital del país.

¿Para qué te quiere? Preguntó el mandatario. No lo sé, respondió el munícipe. Pues vé y por favor me informas a tu regreso, le dijo con voz seria el encumbrado mandatario. Ya por la tarde, y a su regreso, Eruviel Ávila Villegas se entrevistó con el gobernador nuevamente y le suelta la a bocajarro la buena nueva que el Presidente le había compartido.

Calderón me ha ofrecido ser candidato al gobierno del Estado de México por la alianza opositora PAN-PRD.

Y qué le respondiste, le contestó, en tono sereno y seguro, el jefe del Ejecutivo estatal. Pues que lo voy a pensar unos días y que yo le aviso. Ah, exclamó el funcionario mayor, hiciste lo correcto, le dijo y se despidió de él.

En una casa de Polanco

Al día siguiente, Eruviel recibió una llamada del despacho del gobernador, diciéndole: “Mañana tiene una entrevista con el señor en la Ciudad de México.

Ávila Villegas preguntó que si en la Casa de Gobierno de Explanada de las Lomas de Chapultepec, pero le dijeron que no y le dieron la dirección de una mansión en Polanco.

Puntual para sus citas, Eruviel llegó solo al encuentro y después de esperar en uno minutos en uno de los salones de la casa, se abrió una puerta al fondo del espacio acogedor y apareció impecablemente vestido, el futuro presidente de México, Enrique Peña Nieto, quién después de un saludo afectuoso, le dijo: “Felicidades doctor, serás nuestro candidato del PRI al gobierno del Estado de México.

Ambos lo celebraron con un fuerte abrazo y el primero estaba satisfecho de haber definido con inteligencia un tema que le pudo haber costado no llegar a ser Presidente de México.

La tercera será la vencida,
¿Alfredo Del Mazo Maza entregará a Morena el Edomex?

Si bien es cierto que faltan unos meses para que el PRI decida quién será su candidata o candidato a gobernador, en la lista están Ana Lilia Herrera, Alejandra Del Moral y Ricardo Aguilar, no hay más por el momento, es necesario precisar que el actual gobernador, Alfredo Del Mazo Maza, trae el agua hasta el cuello, por la presión que ejercen sobre su administración desde Palacio Nacional, para que entregue la plaza a Morena.

Ya se vio y se dijo en su momento, que la decisión de quién represente al tricolor en las elecciones del año entrante para gobernador será cosa de los seis ex gobernadores, encabezados por Enrique Peña Nieto y el actual mandatario, Alfredo Del Mazo Maza, quien será, el fiel de la balanza.

Un paso en falso puede significar perderlo todo, incluso que el PRI pelee con fuerza “la grande” en 2024.

montanezaguilar@gmail.com

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