- Ante la impotencia, el ataque del presidente municipal
Carlos Calzado C.
El presidente municipal de Cozumel, Aurelio Joaquín González, acusado de lavado de dinero, narcotráfico, delincuencia organizada, exhibicionismo, golpeador de mujeres, alcoholismo, peculado, entre otras acciones denigrantes publicadas en por lo menos 10 medios masivos de comunicación y corroborado por sus propios colaboradores, recientemente ha contratado pasquineros para amedrentar a quienes publican notas periodísticas que reflejan su realidad como funcionario público, y por ende, como persona.
Con el uso de recursos del erario público el denostado y rencoroso alcalde pretende que con ataques personales a periodistas, su situación política, jurídica y familiar quede en el olvido, en momentos en que activistas políticos exigen, no sólo su renuncia por incapacidad, sino su expulsión del partido político en el que milita aún.
Fuentes cercanas al Revolucionario Institucional han asegurado que está en ciernes una petición formal y por escrito, con fundamento en la escandalosa administración del medio hermano incómodo de los Joaquín para solicitar su expulsión.
La frase que ha quedado registrada en los anales de la historia: “a mí me obligaron”, es parte de la cultura de la sorna, la ironía y la vergüenza que representa la peor administración de Cozumel en su historia.
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