La ley de Herodes
José Luis Montañez
Delfina Gómez Álvarez y el presidente Andrés Manuel López Obrador.
Hace seis años, cuando la ola de Morena y Andrés Manuel López Obrador se alzaban imponentes en todo el país, la candidata del partido guinda a la gubernatura del Estado de México, Delfina Gómez Álvarez, se quedó a tres puntos de ganar las votaciones. Sucumbió frente a Alfredo Del Mazo Maza, en un proceso, donde el PRI, por tercera ocasión, arriesgaba la “joya de la corona” del país, que es el Estado de México.
Delfina Gómez Álvarez, texcocana de origen, está de vuelta, viene ahora, en un segundo intento, a tratar de vencer en las urnas para ser la primera gobernadora mexiquense, con la ayuda del presidente López Obrador.
Se le nominó mediante el mecanismo de encuestas –clásico dedazo–, que no dejaron contentos a más de la mitad, de los 300 aspirantes morenistas al cargo, entre ellos el doctor Higinio Martínez, eterno aspirante al puesto.
El método antidemocrático de las encuestas, para designar candidatos a puestos de elección popular, en el partido Movimiento Regeneración Nacional ha dejado de ser efectivo para disfrazar al verdadero elector y mandamás de Morena, desde el nacimiento de ese instituto político.
Rompiendo todos los esquemas del juego político limpio y sacando ventaja de su cargo y empleando el púlpito de la “mañanera” es que López Obrador, hace y deshace a su antojo, para imponer su voluntad y quedarse con la gubernatura del Edomex y con ello amarrar, de alguna forma, la presidencia del país para su partido en 2024.
Sin embargo, la realidad dice otra cosa.
Veamos: Su popularidad ya no es la misma de 2017 o 2018, sus bonos están a la baja por su particular forma de gobernar al país, que nos han salido muy caras a todos los mexicanos.
El AIFA de Santa Lucía, es muestra de ello, pues invirtió 100 mil millones de pesos en la nueva terminal aérea, que ha resultado todo un fracaso. Mueve en promedio mil pasajeros por día y recauda al mes 350 mil pesos de TUA, pero su operación nos cuesta a los mexicanos algo así como 30 millones de pesos al mes, o sea, un millón de pesos diarios.
Podría aquí citar otros temas polémicos, como la inseguridad y su política para combatirla de “abrazos, no balazos”, el pésimo manejo de la pandemia por Covid-19; el famoso Tren Maya; la relaciones con Estados Unidos y su defensa a ultranza de los presidentes dictadores de nuestro continente.
Mientras, los problemas de inseguridad, desempleo, bajas por el nuevo coronavirus y el manejo de nuestra economía nos tienen con el alma en un hilo.
En respuesta, cuando se le cuestiona sobre estos temas, nuestro primer mandatario afirma que él tiene otros datos.
Delfina y su forma de recaudar fondos para el partido de AMLO
Perfectamente se sabe que millones y millones siguen al tabasqueño y que si los mueve a las calles, armarían tremendo desgarriate.
Pero el país no sólo es de él y sus seguidores, cuya voluntad es comprada, por medio de programas sociales, literal captación de votos.
Se estima en 30 millones los “clientes frecuentes” de los programas sociales del Presidente.
Aquí debo decir a usted, que los fieles seguidores de AMLO han disminuido notablemente, pues se estima que cuando menos, cinco millones de ciudadanos que fueron en 2018 a votar a su favor, para elegirlo Presidente de México, ya no lo harían por su peculiar forma de manejar al país y el desencanto que les provoca.
Respecto a Delfina, se sabe que cuando menos en la zona oriente del Edomex es bastante conocida porque se comprobó que durante su gestión como alcaldesa de Texcoco, cobraba un diezmo a todos los empleados municipales para recaudar fondos en beneficio de Morena, partido de su jefe político. La autoridades electorales sancionaron éste delito con una multa de cuatro millones.
Falta que nos enteremos de sus andanzas por la SEP, de la que será relevada en el cargo para ser flamante abanderada de la alianza Morena-PVEM-PT al gobierno del Estado de México.
