“Hora 14”
Mauricio Conde Olivares
No cabe duda que en este 2015, los candidatos a integrar la LXIII Legislatura del Congreso de la Unión trabajarán a marchas forzadas para lograr identificarse con el electorado, la pregunta en Quintana Roo es ¿podrán vencer el abstencionismo que históricamente representó el 68% del registro en el padrón durante la contienda local del 2013?
Ante la reciente reforma electoral durante los comicios federales del presente año, es un hecho que los tiempos de campaña interna en los partidos políticos, así como la llamada campaña externa, tendrán menor duración comparados con los aplicados en anteriores elecciones.
Si a lo anterior le sumamos la pérdida de credibilidad de la ciudadanía en los partidos políticos, que se acrecentó durante 2014, más la atomización de la oferta política que estos entes públicos sugieren al ser hoy 10 opciones partidistas en la boleta electoral, adicionalmente los candidatos independientes e incluso un panorama de altibajos económicos, entonces vemos que la apuesta para vencer al ausentismo en las urnas tiene pocas oportunidades de éxito, máxime la confusión de siglas, logotipos e incluso plataformas políticas.
Los partidos políticos están en la lona y la respuesta son candidatos plenamente identificados con el electorado, porque con el antecedente de José Luis Abarca, ahora más que nunca quienes aspiren están bajo la lupa y escrutinio ciudadano. Dadas las condiciones, difícilmente alcanzará el triunfo electoral cualquier candidato con mínimas sospechas de vínculos con el crimen organizado, por lo que los partidos deberán revisar verdaderamente y no sólo para el discurso, los antecedentes personales, familiares, financieros y penales de todos y cada uno de ellos o atenerse a las consecuencias.
También es un hecho que para las condicionantes políticas de los comicios de este año existe la tentación de que los partidos políticos echen mano de la guerra sucia o negra, de lodo, pues, en que la todos perdemos porque le apostarían a “río revuelto, ganancia de pescadores”, sobre todo en plazas que de antemano dan por perdidas.
Por ello, debe prevalecer la altura de miras y la responsabilidad por parte de quienes conducen los partidos políticos, toda vez que lo que está en juego es la consolidación de las reformas estructurales del país a través del seguimiento que le dé la próxima legislatura federal. Los mexicanos requerimos con urgencia una mayoría de diputados que garanticen estabilidad política, crecimiento económico y seguridad pública, como mínimos de bienestar para mejorar los niveles de vida de las mayorías.
Así que uno de los motores de la democracia es la participación ciudadana en la política, de ahí que la ausencia de votantes en casillas es el reto a superar no sólo en Quintana Roo, sino en todo el país, para lo cual los candidatos tendrán esta vez solamente 40 días (antes eran 60), primero para convencer a sus correligionarios al interior de los partidos de que son las mejores ofertas políticas y después para lograr el voto mayoritario en los tres distritos con que cuenta la entidad.
Los aspirantes realizarán la campaña interna del 10 de enero al 18 de febrero, solamente en el caso de que sean dos o más los aspirantes, después comenzará la campaña en las calles misma que dará principio del 5 de abril hasta concluir el 4 de junio.
De esta forma, veremos en campaña a los candidatos durante los meses de abril, mayo y primeros días de junio próximos en un lapso de 60 días, cuando antes en esta etapa del proceso electoral tenían 90.
De ahí, que las campañas llamadas de contacto en cada distrito con los ciudadanos se aplicarán desde las más avanzadas técnicas del marketing político hasta los tradicionales acarreos tumultuarios, con su infaltables tortas y frutsis, e incluso veremos coreografías en los semáforos por parte de militantes de varios partidos para posicionar a sus candidatos que buscan la diputación federal.
Aunando a lo anterior, ya esperamos la avalancha de spots de radio y televisión, la invasión de la imagen urbana con la lucha de los partidos políticos por las bardas pintadas y anuncios espectaculares o en el equipamiento urbano como el transporte público, etcétera, entre otras peculiaridades de la política a la mexicana, pero esto será motivo de análisis en otra entrega en punto de la Hora 14.
