- Por estar ilegalmente instalado a 104.9 metros de un centro de culto católico
(Primera de tres partes)
Martín G. Iglesias
La Iglesia acusa a Gobernación de haber permitido la ilegal apertura de casas de apuestas en el país, entre las cuales opera el Casino Playboy de Cancún.
Cancún.- Mediante un escrito que data del 8 de diciembre de 2010, presentado al ayuntamiento de Cancún el 21 de enero de 2011, el presbítero Luis Alberto Chavarría Villaseñor, apoderado general de la Prelatura de Chetumal, A.R., y con prueba documental para determinar la distancia existente entre la Parroquia de Cristo Resucitado y el edificio donde se encuentra el casino PlayBoy, en el que se lee que existe una distancia entre ambos predios de 104.09 metros, solicitó la clausura de dicho centro de apuestas.
Sin embargo, la corrupción arraigada en la Dirección de Juegos y Sorteos de la Secretaría de Gobernación ha permitido la ilegal apertura de casas de apuestas en el país, entre las cuales opera el Casino PlayBoy de Cancún.
Previo a la apertura de este negocio, la prelatura Cancún-Chetumal, interpuso una demanda de amparo contra la operación de este centro de juego y apuestas, a lo que la Secretaría de Gobernación respondió que no había otorgado ningún permiso. Es decir las autoridades de la Dirección de Juegos y Sorteos de la Secretaría de Gobernación negaron el hecho reclamado.
Fue así que mediante un recurso administrativo interpuesto por la Prelatura Cancún-Chetumal, la Secretaría de Gobernación reconoció que sí había un permiso para el Casino Playboy y en cuanto a la distancia de este con la iglesia, respondió que lo estaba resolviendo en el amparo, cuando este fue sobreseído.
Estos hechos dejan al descubierto la corrupción que impera en el área de Juegos y Sorteos de la Secretaría de Gobernación y por la cual el Casino Playboy y otros centenares de casas de juegos del país operan ilegalmente y violentando la Ley Federal de Juegos y Sorteos.
Por si fuera poco, la investigación en torno a la actividad de este casino, revela que este negocio es operado ilegalmente por Raúl Rocha Cantú, mismo operador del Casino Royale de Monterrey, actualmente prófugo de la justica.
(Continuará)
