El príncipe Guillermo y Kate Middleton sellaron su unión con un par de besos en el balcón del Palacio de Buckingham, para el deleite de los espectadores.
La multitud gritó en aprobación cuando Guillermo y su esposa se dieron un beso en los labios el viernes. Fue corto, pero seguido por otro. Luego, un grupo de aviones antiguos y modernos de la Fuerza Aérea sobrevoló por el palacio.
La pareja se disponía a asistir a un almuerzo para unos 650 invitados, que será seguido por una fiesta con 300 amigos y familiares.
Guillermo y Kate hicieron historia el viernes al contraer matrimonio en la Abadía de Westminster. La elegante novia caminó hasta el altar, mientras centenares de fanáticos se congregaban en las calles de Londres, con la esperanza de ver brevemente a la pareja que se espera revitalice la monarquía.
Mientras los futuros reyes de Inglaterra emprendían su nueva vida de casados, se calcula que unas 2.000 millones de personas observaban por televisión el acontecimiento. La pareja parecía nerviosa pero feliz, recitó sus votos sin titubear ante el arzobispo de Canterbury, Rowan Williams.
Un millón de entusiastas —y un puñado de manifestantes— ocuparon las zonas en torno al Palacio de Buckingham, la Abadía de Westminster y otros edificios históricos de Londres. Desde el amanecer, las multitudes agitaban banderas frente a las cámaras de televisión, bajo un cielo cubierto y temperaturas moderadamente frías. Estallaron aplausos cuando se encendieron enormes pantallas de video en la plaza Trafalgar y el parque Hyde.
«Will, no es demasiado tarde», proclamaba un cartel alzado por una admiradora vestida de novia.
El vestido de novia de Middleton, en seda cruda con encajes, fue diseñado por Sarah Burton de la casa Alexander McQueen, y llevaba el pelo recogido en parte y decorado con una tiara. Guillermo vestía el uniforme escarlata de la Guardia Irlandesa, una señal de apoyo a las fuerzas armadas y un refuerzo para su imagen de militar de carrera.
A pesar de todos los pronósticos, salió el sol en el momento que Middleton bajó del Rolls-Royce.
Guillermo lució un traje escarlata de la Guardia Irlandesa, en señal de apoyo a las fuerzas armadas y en un intento por reforzar su nueva imagen de hombre dedicado al ejército. Guillermo y Kate recibieron su primer regalo de bodas real de parte de la reina el viernes: los títulos de duque y duquesa de Cambridge.
La madrina Pippa Middleton llevaba un vestido y peinado sencillos, en tanto el padrino, príncipe Enrique, vestía uniforme militar de parada. Las niñas del cortejo estaban ataviadas con vestidos color crema y flores en el cabello. La pareja, sonriente, paseó hasta el Palacio de Buckingham en una carroza real construida en 1902, escoltada por cuatro caballos blancos.