Ruth Sansores
Doña Chonita se esmera en satisfacer las peticiones de sus clientes en el Mercado 23.
Cancún.- “Pásele marchantita, aquí todo está barato”, “bara, bara paisa”, es una de tantas expresiones en el negocio de doña Chonita cuando ve un posible cliente, que deambula de negocio en negocio, para comprar desde flores de cempasúchil, hasta coloridas calaveritas de dulce y chocolate para sus altares.
Los tonos blancos y rojos, pero en su gran mayoría los colores casi naranja enmarcan el negocio de la vendedora, que ignorando el bochorno y molestias que le provoca estar todo el día debajo del toldo que le sirve de techo, sonriente muestra a sus clientes sus productos en el mercado 23, al oscilar sus costos entre los 30 hasta 200 pesos dependiendo el producto.
A lo largo y ancho del mercado 23, como cada año en las festividades patrias, de Día de Muertos y Navidad, los locatarios se preparan para hacer su “agosto”, por la demanda que tienen esos días, de productos que van desde una simple vela, hasta un oloroso ramo de flores, que incrementa su costo hasta el doble, en algunos lugares.
El rostro color canela de Doña Chonita, donde se distinguían grandes surcos producto de su avanzada edad y largas jornadas de trabajo, desbordaba alegría, y la calidez en su voz, invitaba a platicar con ella, aunque de vez en vez, la nostalgia se apoderaba de ella, cuando se acordaba del que fuera su hogar cuando era joven.
Mientras tomaba el manojo de cempazuchitl para hacer un colorido ramo, en el que incluyó flores moradas y nubes de color blanco para dos de sus clientes, que pacientes, interactuaron con ella, detuvo la mirada en una niña, que curiosa tocaba el ramo de cempazuchitl.
De origen oaxaqueña, Doña Chonita, aún cuando tiene años aquí, mantiene sus costumbres y tradiciones, e incluso la vestimenta, al estar ataviada de una blusa morada floreada, falda larga color azul y de delgadas rallas blancas, así también colocar su altar dentro de su tienda, que presume a cada uno de sus clientes, que además de flores entran al negocio a buscar raíces, entre otros productos medicinales naturistas.
