- La reforma energética no encubre la intención de privatizar a la paraestatal, sino adecuarla para que sea el eje del relanzamiento económico, dijo el mandatario
Roberto Vizcaíno
El presidente de la República, Enrique Peña Nieto, afirma que su administración garantizará una seguridad energética basada en la transparencia.
Salamanca, Guanajuato.- Al conmemorar aquí el 75 aniversario de la expropiación petrolera, el presidente Enrique Peña Nieto insistió en que su reforma energética no encubre una intención de privatizar a Pemex, sino de adecuar y modernizar esta empresa para que sea el eje del relanzamiento económico de México.
Acompañado por la directiva de Pemex que encabeza Emilio Lozoya y por la cúpula sindical que preside el senador Carlos Romero Deschamps, el jefe del Ejecutivo federal dijo en la refinería Antonio Manuel Amor, que el sector energético enfrenta nuevos retos que deben enfrentarse con audacia y determinación.
E insistió en pedirle a los mexicanos que no se dejen arrastrar por afirmaciones y especulaciones sin base porque la reforma energética que promoverá, no pretende modificar la estructura de Pemex, ya que el petróleo es y seguirá siendo patrimonio de los mexicanos.
“Pemex no se vende, ni se privatiza, Pemex debe transformarse y debe modernizarse. Pemex es y seguirá siendo patrimonio de todos los mexicanos.
“En 1938, con la Expropiación Petrolera y la creación de Pemex, el Estado mexicano transformó al sector energético, ahora 75 años después y con el mismo propósito, de fortalecer la soberanía nacional, el gobierno de la República está decidido a impulsar la reforma energética que necesita el país”, dijo.
Subrayó que su reforma energética girará sobre 4 ejes:
1) Para ayudar a la economía familiar;
2) Para democratizar la productividad al reducir las tarifas de la micro, pequeña y mediana empresa;
3) Para elevar la competitividad de la industria nacional;
4) Y para permitir la creación de mayor infraestructura e inversión para aprovechar los recursos petroleros del País.
Peña Nieto aseguró que su administración garantizará una seguridad energética, basada en la transparencia.
Por ello, reveló que, al 1 de enero, las nuevas reservas ascendían a 13 mil 868 millones de barriles de petróleo, lo cual garantizaba el servicio durante los próximos 10 años.
Esa riqueza, aunada a las reservas totales de hidrocarburos en el país suma, agregó, 44 mil 530 millones de barriles de petróleo crudo.
El Presidente de México insistió en que cualquier reforma destinada a tocar a la paraestatal debe buscar que sea una institución más eficiente, transparente y con mayor rendición de cuentas, por lo que alentará la ética corporativa y la responsabilidad social.
A su vez el líder petrolero Carlos Romero Deshamps dijo que “una nueva estructura organizacional, mejoraría la toma de decisiones, y Pemex debe administrarse con la mayor eficiencia, honestidad, transparencia y rendición de cuentas”
Agregó:
“En suma, una reforma energética que beneficie a todos los mexicanos, si mejora el sector energético no tengan duda habrá de mejorar todo México, trabajemos todos juntos para hacer de Pemex la gran empresa que está destinada a ser, que estemos ante la gran oportunidad de transformar a Pemex, para transformar a México”.
El presidente Peña Nieto indicó que es necesario que se tomen las medidas que se requieran para que Pemex pueda enfrentar los nuevos retos, y él no puede hacerlo sin los partidos políticos, el Congreso y los trabajadores de la paraestatal.
“Pemex enfrenta nuevos retos que deben atenderse con la misma audacia y determinación. De seguir con las tendencias actuales de producción y consumo para 2020 México podría convertirse en un país estructuralmente deficitario en energía.
“Este escenario es grave porque limitaría el crecimiento económico, evitar que esto ocurra es una responsabilidad compartida que depende del Gobierno de la República y de todas las fuerzas políticas, de los legisladores, de los trabajadores de Pemex”, comentó.
Luego de asistir a este acto conmemorativo, el presidente Peña Nieto regresó a la ciudad de México para , por la tarde, viajar hacia Roma para asistir, junto a otros jefes de Estado a la misa de asunción del nuevo Papa Francisco, con quien espera luego mantener una larga conversación y poder invitarlo a venir a México.
