Maravilla el Ballet Folklórico de México de Amalia Hernández en el Auditorio Nacional

  • Rumbo a los 100 años del natalicio de la inmortal bailarina y coreógrafa, se presentó una memorable gala en la que el público ovacionó de pie el majestuoso espectáculo
Gloria Carpio

 

A través de majestuosos bailes, el Ballet Folklórico de México nos transportó a Veracruz con la Fiesta de Tlacotalpan. (Foto: Lulú Urdapilleta)

A través de majestuosos bailes, el Ballet Folklórico de México nos transportó a Veracruz con la Fiesta de Tlacotalpan. (Foto: Lulú Urdapilleta)

 

Amalia Hernández es un legado importante de nuestra cultura, pues nos heredó 30 coreografías, además de ser una institución para que las preserve, ya que son piezas tradicionales y contemporáneas, de las que no se puede desprender su música, con grupos de mariachi y otras sinfonías de México.

Y pasarán varios años para que su ballet, convertido en un símbolo, deje de estar vigente.

De ahí, que sea recurrente su éxito y correspondió el pasado sábado, que las nuevas generaciones lo pudieran disfrutar en el Auditorio Nacional, del que pasará a ser un elenco vitalicio.

Sí, Amalia Hernández cumpliría 100 años en 2017 y quienes integran la institución que lleva su nombre han arrancado los homenajes, que se merecen, no por dos años, sino por otros 100.

Fue el sábado 6 de agosto que el Auditorio Nacional nos dio un adelanto de lo que serán los festejos en su recuerdo y su público acumulado durante años se dio cita para gritar, aplaudir y gozar, por un lado, de la riqueza musical y los bailables que distinguen a los estados de nuestro país, pues cada uno es una potencia en cuanto a coreografías, todo esto con la música en vivo de la Sinfónica Juvenil de la UAEM (Universidad Autónoma del Estado de México), bajo la batuta del músico y compositor mexicano Arturo Márquez.

El relevante resaltar que la compañía que fundó Amalia Hernández cumplió 64 años de su fundación y la hija de Amalia Hernández, Viviana Basanta Hernández, se ha preocupado por mantener la calidad y la excelencia de lo que hubiera querido Amalia cuando a su muerte fuera homenajeada.

Y en esta ocasión el director Salvador López López presentó una potencia musical que fue capaz de recrear la atmósfera en la que se desarrolla cada coreografía.

El hombre desplegó luces, escenografía y grandes murales para recrear la atmósfera de los bosques, las montañas y los atardeceres.

Fue el contexto perfecto para que se presentaran los vestuarios típicos de cada región de nuestro país y para que los bailarines fraguaran una fiesta patriótica para complacer a un público que no puede olvidar a Amalia Hernández, hoy por hoy, una de las mejores coreógrafas que ha tenido nuestro país.

Y repertorio hubo para dar y prestar, desde “Los Matanchines”, el “Solo de Mariquita”, “Las Amarillas”, “La Revolución” y “La Charreada”, donde hombres y mujeres muestran que saben manejar la mangana.

Luego nos transportaron a Veracruz, con la Fiesta de Tlacotalpan, la Fiesta de la Virgen de la Candelaria, “Los Fandangos”, “Las Mojigangas”, “La Vida es Juego”, “La Danza del Venado” y “La Fiesta de Jalisco”.

Además, hubo coreografías que traen el sello de Amalia Hernández, como es “El Pescador” y “La Bamba”, donde la gente que aún recuerda a doña Amalia llora y por sus mentes pasan los años de trayectoria, en los que nos representó en todo el mundo con mucho orgullo y pundonor.

El legado está ahí, en el Ballet Folklórico de México, que sigue siendo lo mejor para representarnos, porque ahí está condensada nuestra historia, nuestra creatividad y esas presentaciones seguirán por muchos años para homenajearla y qué mejor que con la música del maestro Salvador López López, que también encarna al mariachi de los pies a la cabeza, festejos que nadie debe perderse.

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