Playa del Carmen. -La música rebasaba por mucho los decibeles permitidos, pero el Festival BPM en la Riviera Maya, que llegaba a su fin, se encontraba en su clímax.

Eran las 2:28 horas del lunes, cuando a lo lejos algunos turistas y asistentes que se encontraban en el Blue Parrot, sede del evento musical, escucharon unas detonaciones de arma de fuego. Primero se pensó en que era parte de los efectos especiales de la música, sin embargo, después de unos diez segundos, una andanada de disparos cimbró el lugar y comenzó el pánico y la zozobra; todos corrían, se tiraban al suelo, gritos, llanto y confusión se es,cuchó en la Calle 12, y primera, de esta zona turística.

La música paró de improviso. Era el infierno, cuatro cuerpos aparecieron en el lugar de los hechos, la sangre corría entre los asistentes, que se golpeaban entre sí, se pisoteaban.

Era una multitud de más de 5 mil almas que corrían despavoridas.

Antros cercanos, también cayeron en pánico, salían o se cubrían de los dispararos. Una mujer, al parecer extranjera, aparecía en paños menores, con una herida en un glúteo. La zozobra y el pánico no paraba. Algunos turistas, brincaban cercas y salían con rumbo a la playa en donde encontraba rocas, con las que tropezaban y se herían.

Después de 10 minutos, el Blue Parrot era el infierno mismo.  No había ningún plan de seguridad en caso de una eventualidad de esta magnitud.

Los gritos eran ensordecedores, algunos permanecían en el suelo. Otros fueron aplastados por la multitud con el saldo de una persona del sexo femenino que murió por la muchedumbre que la pisoteó. La Dirección de Fiscalización brilló por su ausencia. La policía como siempre llegó tarde y sólo aprehendió a tres sujetos relacionados con la venta de droga, que podrían ser chivos expiatorios.