Sólo 3 de cada 100 empleadas domésticas, con prestaciones

  • Hay 2.5 millones de trabajadoras del hogar en el país

 

María Gabriela Ramírez Cruz ha dedicado 35 años de su vida a asear los hogares de sus empleadores con bajos salarios y nulas prestaciones laborales.

 

En México existen casi 2.5 millones de personas trabajadoras del hogar, de las cuales 90 por ciento son mujeres, lo que representa casi cinco por ciento de la población ocupada en el país; sin embargo, sólo dos por ciento son trabajadores formales. Es decir, sólo tres de cada 100 tienen acceso al Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) y al Sistema de Ahorro para el Retiro, por su trabajo.

La situación es preocupante porque “en México no hemos sido capaces, ni en términos sociales ni de políticas públicas, de reconocer el valor de su trabajo y de remunerarlo de manera equitativa”, expresó Alexandra Haas Paciuc, presidenta del Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación (Conapred).

La Ley Federal del Trabajo (LFT), aprobada en 1970, reconoce solo algunos de los derechos de esta la población. Los artículos 21, 76, 87 y 170, por ejemplo, establecen que haya un contrato escrito, vacaciones pagadas cada año para quienes tengan más de 12 meses de servicio, aguinaldo de por lo menos 15 días de salario, licencia de maternidad e indemnizaciones, explicó.

Si bien estos derechos existen, agregó Haas Paciuc, lo conveniente es ejercer más presión para hacer cumplir las obligaciones de los patrones; sobre todo porque todavía nueve de cada 10 trabajadores carecen de un contrato formal y muchos terminan el año sin aguinaldo.

A esto se le debe sumar que el capítulo XIII de la LFT expone una serie de artículos discriminatorios. El Artículo 334 reconoce que hasta 50 por ciento de la retribución del trabajador puede ser en especie -alimentación o habitación-, lo que resulta excesivo en términos de la OIT, organización que recomienda como máximo 33 por ciento.

Mientras que el Artículo 333 establece una jornada diaria de hasta 12 horas, pues sugiere nueve horas de descanso consecutivo y tres horas a lo largo del día. Esto es contrario a las ocho horas que están estipuladas para muchos trabajadores y, en caso de trabajar una más, debe tener un pago extra.

Haas Paciuc refirió que el otro obstáculo está en la Ley del Seguro Social, porque las excluye de la inscripción obligatoria, es decir, para ser dadas de alta implica hacerlo de manera voluntaria y no contempla el acceso al Fondo Nacional de la Vivienda para los Trabajadores (Infonavit).

Tampoco incluye preexistencias médicas ante cualquier enfermedad, secuela de accidente, cirugía u otra condición de salud, uso de las guarderías ni ayuda económica (pensión) después de concluir su vida productiva.

Hay países que llevan a México una delantera muy notable en el respeto que brindan a las trabajadoras del hogar. Para darse una idea, indica la presidenta del Conapred, el sindicato de trabajadoras del hogar de Argentina fue fundado en 1926 y en México surgió en 2015. “Tenemos casi 100 años de atraso en reconocer sus derechos”, expone.

El primer Congreso de Trabajadoras del Hogar, donde fue conformada la Confederación Latinoamericana y del Caribe de Trabajadoras del Hogar (Conlatraho), tuvo lugar en Bogotá, Colombia, en 1988. Ahí se instituyó el 30 de marzo como Día Internacional de las Trabajadoras del Hogar.

 

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