Una víctima más de la falta de legislación

Derecho de réplica

 

  • Fallece una joven de 19 años un día después de intentar practicarse un aborto

 

Una joven de 19 años falleció un día después de intentar practicarse un aborto de forma clandestina. En pleno siglo XXI mientras la ola verde (movimiento proaborto) recorre el mundo y en países con costumbres conservadoras como Corea del Sur, China y muchos otros, ya ni hablar de Estados Unidos y Canadá, cuentan con una legislación que permite a las mujeres tomar la decisión de continuar o interrumpir el embarazo de forma legal, en Quintana Roo mueren, porque, a los legisladores les aterra enfrentarse a los grupos Provida y al Frente Nacional de la Familia y evitan la polémica de legislar al respecto.

La siguiente legislatura estará compuesta por los ahora diputados electos de Morena y sus aliados Partido Verde y PT, con una visión “de izquierda” se esperaría que tengan una más amplia visión sobre temas de igualdad de género y de libertad de decisión de la mujer, sin embargo, no todos los que logran un cargo público con la bandera de Morena tienen una visión de protección a la salud de la mujer.

Misóginos podemos encontrar en todas partes, para muestra Héctor Alonso Granados, congresista de Puebla, quien expresó su oposición a la despenalización del aborto dentro de las 12 semanas de gestación, bajo el argumento de que es necesario “pensar antes de abrir las piernas y no dejarse embarazar”.

El comentario fuera de toda sensatez le costó a Alonso Granados que lo corrieran de Morena, sobre todo cuando agregó a su comentario que las mujeres se deberían cuidar para después no pedir a los diputados que hicieran una ley para corregir su actividad de “sexo irresponsable”.

Mujeres viajan a la CDMX

Nancy ingresó a la clínica 18 del Instituto Mexicano de Seguro Social, luego que intentara abortar y un día después  se confirmó su deceso, pues a su llegada su estado era grave y el personal de IMSS nada pudo hacer para ayudarla.

En Quintana Roo, el aborto sólo es legal bajo ciertos causales, como violación o que esté en riesgo la vida de la madre. En el artículo 93 se especifica que a la mujer que se le procure el aborto o consienta en que otro la haga abortar, se le impondrá de seis meses a dos años de prisión. Igual pena se aplicará al que haga abortar a la mujer con consentimiento de ésta.

Pese a todo esto, la Ciudad de México, donde la interrupción legal del embarazo fue aprobada desde 2007, contabilizó en el 2018 a 126 mujeres que viajaron desde Quintana Roo a practicarse este procedimiento. Cifra que puede ser menor a la realidad, pues muchas de las mujeres no dicen su lugar de procedencia.

Este universo de las mujeres que pueden pagar un viaje para realizarse un aborto, es muy bajo, pues las mujeres en las comunidades alejadas o de bajos recursos no tienen ninguna posibilidad  de recibir atención adecuada.

Iniciativa retrógrada

En Quintana Roo, tal parece que vamos como los cangrejos, para atrás, ya que en  septiembre de 2018, la diputada independiente Sonia López Cardiel, presentó la iniciativa de reforma al Código Penal de Quintana Roo para establecer que en un segundo intento de aborto, argumentando una situación económica complicada, la mujer que no acepte la ligadura de trompas como método definitivo de control natal, sea sancionada hasta con dos años de prisión.

En marzo de este año, la iniciativa ingresó a análisis en el Pleno del Congreso y en breve será analizada por diputados e integrantes de diversas comisiones, una de ellas la de Salud que ella misma preside.

Su iniciativa que añade una causal “no punible” al aborto en el estado referente a la situación económica de la pareja, ha resultado controversial y trascendido más allá de las fronteras geográficas del estado, por proponer que se esterilice prácticamente de manera obligatoria a la mujer que busque por segunda vez abortar sin excepciones.

La libertad de decisión de las mujeres no debería condicionada a ningún término que establezca un legislador con nulo entendimiento del tema. ¿Cuántas Nancys tienen que morir para se entienda que las mujeres tienen derecho a una atención digna, sea cual sea la decisión que tomen sobre su reproducción?

Historia de una sobreviviente de violencia

Martha Elena es abogada y litigante durante mucho tiempo. Fue criada por sus abuelos y creció en un hogar tranquilo y nunca supo de violencia familiar, tampoco de cómo identificar los síntomas.

Ya casada, ella fue víctima de violencia psicológica, emocional, matrimonial. Hace unos años llegó al Instituto Quintanarroense de la Mujer desesperada, angustiada, desorientada en busca de ayuda y la recibió. Ahora ya superó esa agresión.

Como ella, cientos de personas han sido atendidas a través del programa de prevención y atención a la violencia familiar y de género, con lo que al cierre del año 2018 Quintana Roo avanzó del lugar 31 al 6 a nivel nacional, luego de ser evaluados los indicadores de positividad de la herramienta de detección, cobertura de atención especializada, consultas promedio otorgadas por usuaria, grupos de reeducación concluidos, concordancia del registro de información, comprobación del gasto, casos de violación sexual atendidos oportunamente, magnitud vectorial e índice de desempeño vectorial.

Martha Elena narra: “A pesar de que soy profesionista, no se me dio la forma de identificar lo que era violencia, porque en casa nunca me enseñaron lo que era violencia y cuando me caso y tengo a mi primer hijo, digo todo es porque estaba embarazada”, su pareja se iba y regresaba, así como los problemas.

“En el Instituto me recibieron mujeres, hermanas muy sensibilizadas que me apoyaron, que me regalaron oídos para escucharme. Fue donde por primera vez me sentí escuchada sin ser criticada, sin ser juzgada, fue donde no tuve miedo de hablar, de llorar, de gritar, de desahogarme. Cuando vi a la psicóloga y empecé hablar, a hablar y hablar, me di cuenta de lo dañada que estaba y desafortunadamente no había podido identificar nada de eso”, narra ahora, tras sobrevivir a la violencia familiar.

En Quintana Roo, a través del Instituto Quintanarroense de la Mujer, que dirige Silvia Damián López,  se realizan programas de prevención de la violencia contra las mujeres, en los que se cuenta con equipos de especialistas que recorren las comunidades brindando a la población abierta, pláticas en los siguientes temas: “Derechos Humanos de las Mujeres”, “Prevención de la Violencia”, “Derechos Sexuales y Reproductivos y la Violencia Sexual”.

De igual manera, se brindan servicios de atención de violencia contra la mujer, que contemplan trabajo social, psicológico y jurídico para apoyar a las víctimas.

“Me dieron herramientas para que yo pudiera identificar lo que era violencia, lo que era maltrato, fue cuando me di cuenta de lo que estaba viviendo, porque  yo no sabía lo que estaba viviendo”.

El gobierno del estado ha impulsado acciones para la disminución de las desigualdades, para que la gente viva mejor, pero sobre todo, para avanzar en la erradicación de la violencia contra las mujeres y su prevención, porque prevenir es protegernos. Hay resultados, como el caso de Martha Elena, pero todavía falta hacer mucho más que lograr con la participación decidida de la gente.

“El día de hoy yo estoy afortunadamente soltera, estoy muy contenta con mis hijos. Fue un proceso que tuve para poder decidirme, porque finalmente no es fácil para ninguna mujer dejar a la pareja, sobre todo después de 20 años y gracias a eso hoy vivo libre de violencia”.

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