Tras ocho meses de parálisis
- Tendrán que instalar túneles de sanitización y demás medidas sanitarias
Tras una parálisis de ocho meses, la zona franca de Corozal tendrá un respiro al reanudar sus actividades a partir del 1 de febrero.
Belice.- Tras una parálisis de ocho meses a consecuencia de la pandemia por la Covid-19 y el cierre de las fronteras entre México y Belice, por fin, los inversionistas de la zona franca de Corozal tendrán un respiro al reanudar sus actividades a partir del 1 de febrero.
Fue a través de un comunicado, que el jefe de la oficina de la zona libre de Corozal, Neri Ramírez, hizo un llamado a todos los inversionistas para que realicen las aportaciones necesarias para la adquisición de túneles de sanitización, tapetes, gel antibacterial y todo el equipo indispensable para la implementación de los protocolos de seguridad y salud.
Afirmaron que esta reapertura se apegará a todos los protocolos recomendados por el departamento de Salud de Belice a fin de minimizar el riesgo de contagio a la nueva enfermedad, pues son consientes de que la contingencia no ha terminado, de modo que la recuperación económica debe hacerse de manera responsable en el marco de la nueva normalidad.
Asimismo, recomendó a todos los inversionistas terminar todos los preparativos para cumplir con los estándares y regulaciones del departamento de salud, ya que la autorización del inspector de salud es un requisito previo para cualquier empresa que desee reanudar sus operaciones.
El oficio señala de manera textual lo siguiente:
Estimado Iinversor.
Nos complace informarles que el gabinete se reunió el 12 de enero donde se puso a discusión la apertura de la zona franca de Corozal. El gabinete acordó que la zona franca de Corozal reanudaría sus operaciones el 1 de febrero de 2021.
Por lo tanto, instamos a todos los inversionistas que aún no hayan recogido su carta contributiva para la apertura de la zona franca a que lo hagan ahora y hagan su contribución con prontitud. Esto nos permitirá adquirir las tabletas del túnel de saneamiento y otros equipos necesarios para la implementación de los protocolos de seguridad y salud recomendados por el departamento de salud para minimizar los casos de Covid-19.
En forma amable se aconseja finalizar todos los arreglos y preparativos para cumplir con los estándares y regulaciones del departamento de salud. La autorización del inspector de salud es un requisito previo para cualquier empresa que desee reanudar sus operaciones.
Producción de maíz se desploma en el estado
El campo quintanarroense cerró 2020 no sólo sin ganancia, sino que además enfrentó serias pérdidas, principalmente en cuanto a la producción de maíz, donde se colocó entre los 10 estados con menor superficie sembrada, así como una de las entidades con el peor rendimiento.
El resumen anual del Servicio de Información Agroalimentaria y Pesquera (SIAP) reveló que con 57 mil 702 hectáreas sembradas, durante el año pasado, Quintana Roo, se mantiene en el lugar número 10 de los estados con menor rendimiento, lista que es encabezada por Baja California que logró sembrar apenas mil 789 hectáreas de maíz.
De los estados de la península, Campeche y Yucatán superaron en casi el doble la siembra de Quintana Roo. El primero sembró durante el año, 186 mil 606 hectáreas de maíz, mientras que el segundo superó las 110 mil hectáreas.
Quintana Roo es el estado del país que registró menos rendimiento con apenas 868 kilogramos por hectárea, seguido por Durango que tuvo un rendimiento de 871 kilogramos, y Nuevo León, con 996 kilos.
De acuerdo con el Sistema de Costos Agrícolas del FIRA (Fideicomisos Instituidos en Relación con la Agricultura), para que una hectárea de maíz en Quintana Roo, sea redituable debe dar un rendimiento de al menos 5 toneladas por hectárea.
En la entidad el sistema tradicional el costo de producción de la hectárea de maíz para el 2020 fue de 15 mil 396 pesos, de los cuales, mil 200 pesos son para la preparación del terreno, 3 mil 490 pesos para la siembra, 3 mil 671 pesos para la fertilización, 3 mil 335 para el control de plagas y control de maleza, 2 mil 500 pesos para los gastos de cosecha y empaque, y mil 200 para otros gastos.
De tal manera, que para que cada hectárea de maíz pueda dejar alguna utilidad se debió tener un rendimiento mínimo de cinco toneladas por hectárea, a un precio unos 4 mil pesos por tonelada.
