Por la Derecha..!

Luis Ángel García

El Pentágono, a través del jefe del Comando Norte de EU, general Glen VanHerk, denunció que, en México, el 35 por ciento del territorio nacional está controlado por el narcotráfico y el crimen organizado, escenario de violencia y miedo ciudadano que obliga a miles de compatriotas a cruzar la frontera en busca de seguridad y mejores oportunidades de trabajo, situación que también se presenta en Centroamérica y el Caribe.

Aunque el gobierno mexicano niega esa revelación, basada en informes de inteligencia militar norteamericana, no existen datos que puedan rebatir la afirmación del funcionario del Pentágono.  Vivimos una de las peores crisis de seguridad en nuestra historia, el sexenio más violento, donde el narcotráfico, el crimen organizado, la venta ilegal de armas, la trata de personas, las masacres, la violencia política, las ejecuciones, las desapariciones, el feminicidio, el cobro por derecho de piso, el secuestro y la extorsión son el rostro del mapa delictivo en nuestro país.

Durante el sexenio de Vicente Fox Quesada se registraron poco más de 60 mil muertes violentas, en la administración de Felipe Calderón Hinojosa hubo casi 122 mil asesinatos y con Enrique Peña Nieto se contabilizaron 156 mil víctimas mortales. Pero en treinta meses del actual gobierno y a pesar del confinamiento obligado por la pandemia, el baño de sangre parece imparable.

Nunca como ahora ha habido tantos homicidios dolosos. Los números son aterradores. En lo que va de la presente administración han muerto 80 mil mexicanos, 94 homicidios diarios, 6 mil 600 tan solo en el presente año.  A este paso superará con mucho a Peña Nieto y a Calderón, además de triplicar a Fox al término del sexenio.

Contrario a los pronósticos oficiales, se incrementaron las masacres y la violencia política. El crimen organizado y su ejército de sicarios han sembrado el terror en muchas comunidades del país, donde las ejecuciones, las desapariciones, la lucha entre grupos delincuenciales y el artero asesinato de policías preventivos municipales, estatales, federales, de investigación locales y federales es cosa de todos los días. El alto porcentaje de impunidad, 96 por ciento, favorece las acciones violentas del crimen organizado.

La consultora Integralia hizo en febrero un estudio sobre la violencia política en México y su investigación reveló que, de septiembre del año pasado a enero de 2021, se registraron 73 atentados con 88 víctimas, de los cuales 64 fueron homicidios y 24 heridos graves. Las agresiones fueron contra funcionarios municipales, estatales y federales, activistas, aspirantes a cargos de elección popular, periodistas, líderes partidistas, ex presidentes municipales, legisladores locales, ediles, jueces y funcionarios de fiscalías locales. Según el indicador de Violencia Política en México de la empresa Etellekt, se han registrado 238 agresiones contra personajes políticos, dos asesinatos por día.

Los homicidios dolosos y la violencia política pueden ser factores desestabilizadores que nos lleven a un Estado fallido, la delincuencia organizada, según los gringos, controla la tercera parte del territorio nacional, el crimen impone o elimina a candidatos, última a jueces, servidores públicos o periodistas, ensangrienta los comicios y acota al poder público. La matanza de policía es un mensaje intimidatorio y reto a las autoridades.

Si a esta tragedia se agrega el atentado que hace el régimen al marco legal, la falta de respeto del Ejecutivo hacia el poder Judicial y el manoseo que hace el gobierno de la Constitución, por su puesto que nos acercamos a un Estado fallido. Sólo la acción ciudadana y la verdadera división de poderes pueden frenar la agresión contra el Estado de Derecho. No permitamos que el narcotráfico y el totalitarismo gubernamental amenacen nuestra democracia.