Por la Derecha..!

Luis Ángel García

Desde hace tres años, el Presidente descalifica a diversos sectores sociales y productivos que considera se contraponen al proyecto político de la 4T. Empresarios, inversionistas, banqueros, clasemedieros ,burocracia de alto nivel, investigadores, directivos de organismos autónomos, funcionarios universitarios, gente que estudió en el extranjero, periodistas, opinadores, dueños de medios de comunicación, científicos, ambientalistas, entre otros, tienen algo en común: son corruptos y conspiradores.

El proyecto de gobierno de Morena no se sustenta en un programa sexenal de gobierno, sino en una estrategia de comunicación que justifica la cooptación de millones de pobres mediante el uso clientelar de los programas asistenciales; no se trata de combatir la pobreza y alentar el crecimiento, sino administrar la miseria y mantenerla vigente mediante subsidios que dan mínimos de bienestar y una perenne promesa de que la alegría ya viene.

Por eso la ausencia de políticas públicas para el desarrollo, lo que importa es formar una gran bolsa monetaria que garantice el reparto de miles de millones de pesos entre la población ignorante, de escasos recursos, con poca preparación y que estén dispuestos a vender su voto y apoyo, disfrazados de pensión para viejitos de la tercera edad o becas a los “ninis”, jóvenes sin estudios ni deseos de tener una actividad productiva.

La primera medida de la presente administración fue garantizar los recursos públicos que permitieran la distribución de miles de millones de pesos a través de 16 programas sociales que aceitan la base electoral de la 4T.

Para que la opinión pública cayera en el engaño de que se puede crecer sin desarrollo, se necesitó de una narrativa que justificara, mediante machacantes recursos propagandísticos de obnubilación social, la imposición de los objetivos de una falsa transformación. Para ello era indispensable encontrar responsables de la crisis y el mal reparto de la riqueza en los políticos neoliberales y los empresarios explotadores del pueblo. Así que además de satanizarlos se inició una “cacería” tributaria contra ellos; después se establecieron políticas económicas populistas que contrajeron la inversión y se regresó al papel de gobierno patronal e invadió los campos de la iniciativa privada sin ninguna experiencia ni planeación. Ahora el Estado es gasero, banquero, agente aduanal, empresario de la aviación, constructor, como sucedió en la fatídica “Docena Trágica” de los setenta, con pésimas consecuencias para el país.

Se empecinan en rescatar dos elefantes blancos (Pemex y la CFE) que están en quiebra y anclados en los combustibles fósiles en lugar de las energías limpias, de donde han desplazado a los inversores y cancelado las concesiones.

El espejismo con que nos engañan son las remesas que envían los paisanos a sus familias, cuyo monto récord oculta el fracaso del gobierno para generar oportunidades en suelo nacional y la pérdida de más de un millón de empleos en los últimos años. Ante el crecimiento negativo que se ha registrado, se pretende cambiar los indicadores económicos de desarrollo utilizados en el mundo por variables de bienestar como el número de becas que dan a los “ninis”, las pensiones a los viejitos o la ayuda a las madres solteras.

Cada sector social ha sido vulnerado, reducción salarial a funcionarios, desaparición de fondos y fideicomisos, ataques a los aspiracionales clasemedieros, disolución de órganos autónomos e independientes, se fustiga a intelectuales y científicos, críticas a quienes estudiaron en universidades en el extranjero que sólo fueron a aprender a robar —menos la hija de la jefa de Gobierno—, o becarios del Conacyt que ahora carecen de apoyo. Al más puro estilo estalinista, a todos se les etiqueta de enemigos del régimen y se les debe descalificar y condenar. Nadie puede contravenir el proyecto político de la 4T, por eso su estigmatización. Las agresiones del gobierno avanzan y polarizan a los mexicanos. Merecemos algo más que el encono, todavía es rescatable este país.