A tiempo..!
Vladimir Galeana Solórzano*
Cuando la egolatría se hace presente, basta un sólo detalle para darse cuenta de la estupidez humana. Y eso le ocurre normalmente a quienes por desgracia llegan a detentar un cargo en las estructuras del poder público. En mi larga carrera periodística he visto muchos ejemplos de esa estupidez a la que me refiero y diversos actos que confirman esa parte de la condición humana. Lo peor de todo es que estamos en una negra etapa de la degradación de la vida pública y, por consecuencia, un grave padecimiento en los niveles de probidad y pese a ello pareciera que poco le importa a la gente.
Yensunni Martínez Hernández es la alcaldesa de Othón P. Blanco, la capital del industrioso y bello estado de Quintana Roo, pero con solamente observar los montos del presupuesto que presentó la edil, los especialistas han comenzado a darse cuenta de que su infinita ignorancia y la pasividad del Cabildo municipal que terminará por generar un problema mayor, no tan sólo a Chetumal, sino al gobierno del estado, que por ahora está inmerso en el proceso electoral que determinará quién sucederá a Carlos Joaquín González, quien hasta ahora sigue posicionado en la mayor parte de las encuestas como uno de los mejores gobernadores del país.
Insisto, la llegada de Yensunni Martínez Hernández a la alcaldía de la capital quintanarroense ha sido el peor ejemplo de que cuando un pueblo se equivoca, el costo es brutalmente alto y esa circunstancia, por desgracia, la estarán viviendo y padeciendo los chetumaleños en los siguientes años. Cuando un pueblo elige como primera opción a una presunta bailarina y payasa de videos que los sube a las redes sociales sólo buscando notoriedad, habla de su propia condición educativa y, por mucho que no le guste a mis lectores quintanarroenses, ha sido una brutal estupidez que caro habrán de pagar en los siguientes años.
Por lo pronto, quienes han analizado la propuesta del municipio de Othón Pompeyo Blanco que presentó la edil y su Cabildo están muy por arriba de los verdaderos costos a decir de quienes han analizado detenidamente la propuesta. No existe congruencia entre la propuesta y los costos de las obras públicas que hasta ahora ha contratado el municipio, pero lo peor es que ha sido aprobado sin dilación con la finalidad de satisfacer las ansias de riqueza de la alcaldesa, que hasta ahora lo mejor que sabe hacer, insisto, es bailar y aunque ahora se ha abstenido de hacerlo, su historial en YouTube sigue ahí.
El plan de inversión anual supera los doscientos diez millones de pesos y ha sido el periodista Román Trejo, quien ha puesto el dedo sobre la llaga al analizar detenidamente los dislates de la alcaldesa. Uno de los rubros principales es el acondicionamiento de las oficinas de la administración municipal por más de un millón quinientos mil pesos, cuando hace poco tiempo fueron remozadas. Pero para infraestructura del sector educativo se destinaron menos de siete millones de pesos, una cantidad nimia para atender uno de los rubros más importantes.
Ni qué decir de la adquisición de equipo de cómputo que alcanza la cifra de dos millones setecientos mil pesos o del programa «Techo Firme» al que solamente se destinaron doce millones de pesos para atender a la ciudad de Chetumal y las localidades de Lázaro Cárdenas, Limonar, Morocoy, San Pedro Peralta, Nuevo Becar, Juan Sarabia, Pucté, Javier Rojo Gómez y Sergio Butrón Casas. En materia de mejoramiento de vivienda alcanzó los cuatro millones ciento tres mil pesos, lo que habla de que prácticamente serán muy pocos beneficiarios. Cuando la especialidad es bailar, los chetumaleños tendrán que «bailar con la más fea», como se dice en el argot popular. Al tiempo.
* Lic. en Derecho por la UNAM. Lic. en Periodismo por la Carlos Septién. Conferencista. Experto en Procesos de Comunicación. Ex presidente de la Academia Nacional de Periodistas de Radio y Televisión, Miembro del Consejo Nacional de Honor ANPERT, con 50 años de experiencia en diversos medios de comunicación.
