Al tiempo..!
Vladimir Galeana Solórzano*
Sin lugar a dudas, este país necesita con urgencia un nuevo modelo legal, quizá gobernantes que tengan conciencia de lo que significa la ley y sus alcances. Hasta ahora, nuestro entramado legal contiene ambigüedades que en la mayor parte de las ocasiones permiten injusticias a causa de su obsoleta normatividad. El espíritu de la ley siempre se debe orientar por la justicia, y hasta ahora pareciera que la mayor parte de ellas están encaminadas a permitir que esa justicia se convierta en un acto de mendicidad porque los propios juzgadores son los que se encargan de hacer lo que sea con tal de beneficiar a los poderosos.
Y esto ocurre en todas las latitudes de este aún maravilloso país, pero el problema es que los legisladores tienen como principal objetivo la salvaguarda de su mezquindad, antes que velar por la armonía de la sociedad a la que pertenecen y la integridad que como hombres y mujeres de buen debieran detentar porque su principal función es la protección de los hombres y mujeres de este estado. Quintana Roo es uno de los lugares mas productivos del país por las bellezas naturales que posee, pero en la práctica poco les vale a los moradores porque la justicia social no llega a todos.
Y habrá que señalar que en este país y en todos sus rincones la carencia de justicia se hace presente a cada instante, en cualquier lugar, y lo primero que se afecta es a la gente, porque de su trabajo constante es que se disponen los elementos más necesarios para la manutención familiar. Insisto, Quintana Roo es un paraíso, pero se da la circunstancia que algunas ocasiones se convierte en un infierno a causa de los excesos del poder y de la mendicidad de quien detentan esa riqueza qué hay que señalar proviene del trabajo fecundo de los quintanarroenses.
Ahora fue un grupo de trabajadores del hotel Park Royal, quienes hicieron una manifestación de protesta a causa de una serie de abusos laborales que cotidianamente han venido padeciendo por los excesos de sus directivos que por desgracia no alcanzan a entender que el principal elemento de cualquier empresa son los trabajadores y no quienes la dirigen. Pero por desgracia los directivos siempre alejados de las necesidades de quienes trabajan y mantienen la viabilidad de la negociación, piensan que ellos son poderosos simplemente por ocupar un cargo elevado.
Por lo pronto, los trabajadores lamentaron que a las camaristas les paguen el trabajo de cuatro extra a sólo treinta pesos, cuando a nivel nacional cada uno de estos se paga por encima de los sesenta pesos. Y esto quiere decir que con toda la mendicidad posible los encargados han cometido una serie de hurtos, porque no se le puede llamar de otra forma a lo que hacen al quitarles las propinas y amenazándolos con despedirlos en el caso de que no se sometan a la voluntad de quienes ocupan los cargos de dirección.
Esta circunstancia es lamentable por donde se le quiera ver, porque los directivos cuentan con salarios que superan en mucho a los que reciben los trabajadores. Y esto quiere decir que por desgracia existe una mafia de hombres y mujeres que se dedican a explotar a los simples trabajadores con la amenaza de despedirlos en el caso de que sigan reclamando. Quitarles las propinas es sin lugar a dudas explotación laboral, porque quienes se gana las propinas con su esfuerzo son quienes otorgan el servicio cercano a los turistas. Esto no es más que un simple robo consentido por los directivos de los hoteles. Así de simple. Al tiempo.
* Lic. en Derecho por la UNAM. Lic. en Periodismo por la Carlos Septién. Conferencista. Experto en Procesos de Comunicación. Ex presidente de la Academia Nacional de Periodistas de Radio y Televisión, Miembro del Consejo Nacional de Honor ANPERT, con 50 años de experiencia en diversos medios de comunicación.
