Frío y hambre acechan en Turquía y Siria; cifra de muertos supera los 20 mil muertos

 

  • Miles de personas claman por agua y comida

 

Miles de personas que perdieron sus hogares por los sismos en Turquía y Siria se cobijan en torno a hogueras y piden agua y comida en medio del frío invernal.

 

A tres días de que el terremoto de 7.8 grados y una serie de réplicas golpearan a Turquía y a Siria, la cifra de víctimas mortales ha superado las 20 mil personas, según los balances oficiales publicados el jueves. De acuerdo a cifras del organismo de rescate turco, se han encontrado de momento 17 mil 134 cadáveres. En Siria se hallaron hasta ahora 3 mil 162 muertos, según el recuento oficial, lo que eleva el total de decesos por el temblor de tierra a 20 mil 296.

Con estas dimensiones, la letalidad ya supera la registrada durante el sismo de 1999, de magnitud 7.6 y epicentro en la costa en el mar de Mármara (17.127 muertos), y que era hasta ahora la mayor tragedia vivida en la región durante las últimas décadas.

En los medios turcos se refieren a la actual catástrofe como “La tragedia del siglo” y el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, la comparó al terremoto de Erzincan de 1939, que acabó con la vida de más de 32,000 personas.

Por su parte, los rescatistas continúan su carrera contra el reloj para sacar a más personas con vida de entre los escombros, mientras se acababa el tiempo para encontrar sobrevivientes atrapados.

Aunque las historias de rescates milagrosos alegraban brevemente el ánimo, la dura realidad de las penurias para decenas de miles de personas que habían sobrevivido al desastre arrojaban una sombra sobre los esfuerzos.

En la ciudad turca de Antakya, docenas de personas trataban de conseguir ayuda ante un camión que repartía abrigos infantiles y otros suministros.

Ahmet Tokgoz, un sobreviviente, pidió al gobierno que evacuara a la gente de la devastada región. Muchas personas que han perdido sus hogares han encontrado refugio en carpas, estadios y otros alojamientos temporales.

«Especialmente con este frío, no es posible vivir aquí», dijo.

«La gente se calienta alrededor de las hogueras, pero las hogueras sólo te calientan hasta cierto punto (…) Si la gente no ha muerto de quedar atrapada bajo los escombros, morirán de frío».

l jueves por la mañana llegaron los primeros camiones de ayuda de Naciones Unidas que entraban en las zonas rebeldes en el noroeste de Siria desde Turquía.

Organizaciones más pequeñas han enviado cargamentos, pero Naciones Unidas es la única autorizada para llevar ayuda por un paso fronterizo y los daños en las carreteras lo habían impedido hasta ahora.

El tiempo invernal y los daños en carreteras y aeropuertos por el temblor han complicado la respuesta al desastre en una región que ya sufría las consecuencias de más de una década de guerra civil en Siria. Ese conflicto desplazó a millones de personas dentro de Siria e hizo que muchos dependieran de la ayuda humanitaria. Otros millones de personas buscaron refugio en Turquía, al otro lado de la frontera.

Algunos en Turquía se han quejado de la lentitud de la respuesta.

Mientras tanto, los equipos de emergencia a ambos lados de la frontera trabajaron las 24 horas del día para buscar sobrevivientes.

Los expertos señalaron que la ventana de sobrevivencia para las personas atrapadas o que no pueden conseguir productos básicos se cerraba con rapidez. También dijeron que era demasiado pronto para abandonar la esperanza.

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