HOLA!: de “Pedro”, el guerrillero, a vocero de la derecha

Los Pozos de Carlos Pozos

Carlos Pozos
[ Lord Molécula ]

 

¡Pedro, qué pena me da el caso del colega y amigo Rubén Aguilar Valenzuela! En el año 2000, que nunca llegó a ser el de la verdadera alternancia en democracia para los mexicanos, pues el Partido Acción Nacional —defendiendo los intereses de una élite— alcanza a sentar en la silla presidencial de Palacio Nacional al gerente ejecutivo de la Coca-Cola, Vicente Fox Quesada, cuando el doctor Ernesto Zedillo Ponce de León le entrega la banda presidencial, luego que el PRI mantuvo un poderío hegemónico por más de 70 años.

En el citado año 2000, este tecleador estuvo acreditado en la fuente presidencial como reportero por El Diario de México. Y ahí conocí a quien se decía “Doctor”, y ese personaje en la administración del presidente Fox fue coordinador de la Secretaría Particular de la Presidencia (2002-2004) y después coordinador de Comunicación Social y vocero del gobierno (2004-2006); y lo que lo destacó a nivel popular fue el remediar las constantes pifias y contradicciones de Fox, pues él, le “corregía la plana” al Presidente con la frase que lo catapultó a la fama: “Lo que el Presidente quiso decir…”.

En ese entonces y como reportero lo consideré a Rubén como un hombre de izquierda, porque participó en la campaña de Cuauhtémoc Cárdenas en el año de 1994; y más aún si le agregamos que estuvo conviviendo en el movimiento guerrillero en Centroamérica, en El Salvador, al incorporarse al FMLN (Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional). Y en una conferencia, al iniciar con el contexto de mis particulares preguntas, recuerdo que inicié llamando a Rubén por el sobrenombre de “Pedro”, que tenía en la guerrilla. Y “Pedro” sólo me respondió con una sonrisa.

Un día un gran escándalo se dio en la residencia oficial de Los Pinos en la administración de Fox, pues el vocero oficial de la Presidencia de la República, Rubén Aguilar Valenzuela, tuvo que admitir públicamente que no había obtenido el grado de doctor, el cual aparecía en su papelería personal, documentos oficiales, pero sobre todo al presentar su semblanza en la página de internet de la Presidencia de la República, donde se colocaba la abreviatura “Dr.”. Tuvieron que pasar unos meses y fue en agosto cuando, sorpresivamente, se eliminó el galardón y se sustituyó por la palabra “maestro”. Y esto se puede comprobar aún hoy, si se buscan en internet las transcripciones estenográficas de la Presidencia del año 2000 al 2006.

A pesar de estos errores garrafales, en la residencia oficial de Los Pinos había gozo por el trabajo del vocero presidencial, porque en un momento logró quitarles un poco de cámaras y micrófonos a las primeras “mañaneras” del ahora Presidente de todos los mexicanos, Andrés Manuel López Obrador. El gabinete de Vicente Fox fue conformado por cazadores de talentos, que eligieron, entre otros, a la señora Bertha Xóchitl Gálvez Ruiz, que no dio el ancho para defender a su jefe en turno y por ello Rubén Valenzuela, de vocero se convirtió en el pararrayos de la derecha mexicana.

Como reportero, recuerdo que me llamó la atención que apenas tomó posesión, Rubén designó como director de Prensa Nacional a Carlos Garza Falla, quien fue el organizador de reuniones con José Carreño Carlón, ex vocero de Carlos Salinas, y ex director del Departamento de Comunicación de la Ibero; y la reunión que se dio en el domicilio de Rubén Aguilar, para hablar sobre el desafuero de Andrés Manuel López Obrador.

Traigo a la memoria —durante la que se autonombró la administración de la “alternancia”— un día del mes de abril, en el que a quien los reporteros le decíamos el “doctor” Rubén Aguilar, sorpresivamente arrancó la conferencia de prensa a las 7:30 am, y en sus respuestas lanzó una innovación para referirse a Andrés Manuel López Obrador como “López”, cuando era el titular de la Jefatura de Gobierno capitalino.

Rubén como vocero logró acomodar a su hermano en un cargo importantísimo en Pemex, y fue justamente desde la oficina del piso 12 del Edificio A de la Torre Pemex, de donde Carlos Fernando Márquez Padilla García, esposo de María Amparo Casar, se lanzó al vacío.

Dando un brinco en el tiempo, y ante el ¡bombazo! que soltó Octavio Romero Oropeza, director de Pemex, quien denuncia a María Amparo Casar por cobro millonario de pensión, pues hizo saber que la presidenta de “Mexicanos a Favor de Corrupción”, recibió una pensión de aproximadamente 124 mil 948 pesos mensuales, con un monto total de hasta 31 millones de pesos. Apenas pasaron una horas y Rubén Aguilar Valenzuela suelta, el 3 de mayo a las 12:40, la publicación: “Personas cercanas @lopezobrador_me dicen que ya se separó de su esposa, que se hará público cuando termine su mandato”.

Rubén aparece con esta nueva mentira, al quedar expuesta María Amparo Casar, cómo lucró con la muerte de su esposo para obtener el pago de 17 mdp, y una pensión vitalicia de 124 mil pesos mensuales por parte de Pemex.

Como dicen los abogados: suponiendo sin conceder que se está separando la familia presidencial, esa es nota para la revista HOLA!; todo parece indicar que Rubén Aguilar Valenzuela quiere incursionar en el mundo del espectáculo y la alta sociedad.

Aguilar Valenzuela, siendo un periodista y hasta guerrillero, decidiste un día que lo más importante en tu vida es el dinero. Es tu vida y tú sabes lo que haces de ella. ¡Tiempo al tiempo!… Y hasta aquí con Los Pozos de Carlos Pozos. Y si desean que le haga su pregunta al Presidente de México en la conferencia de prensa “mañanera”, por favor háganmela llegar al correo: lordmolecularedaccion@gmail.com, vía X a: @lordmoleculaoficial, o bien, visiten nuestro portal https://www.lordmoleculaoficial.com, así como también pueden ver mi Canal Lord Molécula Oficial.

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