Kamala Harris cierra convención demócrata, marcando contraste con Donald Trump

 

Evoca al sentido de patriotismo

 

  • Registra un hito en la política estadounidense, al aceptar candidatura presidencial

 

Kamala Harris se convirtió en la primera mujer afroamericana y la primera persona de origen sudasiático en hacerse con la nominación de uno de los grandes partidos de EU, el Demócrata.

 

La vicepresidenta Kamala Harris cerró este jueves la Convención Nacional Demócrata, en Chicago, aceptando la histórica nominación presidencial de su partido y aprovechando una de las pocas oportunidades que le quedan para atraer a una audiencia de millones de estadounidenses.

Harris expuso su visión para el país culminando un mes vertiginoso que comenzó cuando el presidente Joe Biden puso fin a su candidatura a la reelección y la respaldó para reemplazarlo en la cima de la lista demócrata.

Relató cómo fue criada por una madre trabajadora en Oakland y luego en Berkeley (California), en un barrio de clase media, en un intento de mostrar que conoce de primera mano los desafíos que afronta la clase media de Estados Unidos.

También habó sobre su decisión de convertirse en fiscal para proteger a los más vulnerables, desde supervivientes de abusos sexuales hasta propietarios afectados por la crisis hipotecaria. Entre 2004 y 2011 fue fiscal de distrito en San Francisco y entre ese último año y 2017 ejerció como fiscal general de California.

Harris contrastará el proyecto de Trump, que según ella quiere “hacer retroceder al país”, con su visión de presentar un “nuevo camino hacia adelante”, una agenda optimista que proporcione oportunidades económicas y proteja las libertades fundamentales para todos los estadounidenses.

Su intención es dejar claro que, a diferencia de Trump, que habla negativamente de su país, ella cree en la “promesa de América” y sabe que amar a tu país significa estar dispuesto a luchar por sus ideales fundamentales.

Al aceptar la nominación, Harris marcó un hito en la política estadounidense al convertirse en la primera mujer de ascendencia afroamericana y sudasiática que recibe la candidatura presidencial de uno de los dos grandes partidos del país.

Kamala, la guerrera de la libertad y la alegría

Kamala Harris se convirtió en la primera mujer afroamericana y la primera persona de origen sudasiático en hacerse con la nominación de uno de los grandes partidos de EU, después de que los demócratas la describieron como mujer fuerte, una guerrera de la “libertad” y la “alegría” capaz de vencer al expresidente y candidato republicano, Donald Trump.

La trayectoria de Harris, de 59 años, ha estado marcada por las primeras veces: fue la primera fiscal de distrito negra y la primera mujer en ejercer como fiscal general en California; la primera indio-estadounidense en llegar al Senado y la primera mujer en la Vicepresidencia de Estados Unidos.

Harris, sin embargo, insiste en presentarse a estas elecciones como el “underdog” y ha optado por no poner en primera línea el carácter histórico que tendría su eventual llegada a la Casa Blanca, en contraste con la campaña de Hillary Clinton en 2016.

En su biografía, “The Truths We Hold” (“Las verdades que sostenemos”), Harris explica que prefiere describirse a sí misma simplemente como “una estadounidense”, y asegura que siempre se ha sentido cómoda con su identidad como mujer de raza mixta, que ahora Trump utiliza para poner en duda que sea lo suficientemente afroamericana.

Su nombre, que los republicanos fingen no saber pronunciar para atacarla, significa “flor de loto”, un tipo de planta que crece bajo el agua y solo emerge a la superficie cuando sus raíces están bien plantadas en el fondo.

El camino de Kamala Harris hacia la Casa Blanca

Nacida el 20 de octubre de 1964 en Oakland (California), es la hija mayor de la pareja de inmigrantes Shyamala Gopalan, una investigadora contra el cáncer de la India, y Donald Harris, un economista de Jamaica, quienes se divorciaron cuando ella tenía siete años.

Su madre, fallecida en 2009, fue una figura central en su vida y la persona a quien acudió en un momento que marcó su futuro profesional y personal. Durante su adolescencia, su mejor amiga del instituto le confesó haber sido víctima de abuso sexual por parte de su padrastro. Ante esta terrible situación, Harris no dudó en llamar por teléfono a su madre, su confidente, para hacer los arreglos necesarios y que su amiga pudiera mudarse a vivir con ellas.

Ese incidente despertó la vocación de Harris, quien entonces decidió que se dedicaría a proteger a las víctimas de cualquier crimen. Entre 2004 y 2011 fue fiscal de distrito en San Francisco y entre ese último año y 2017 ejerció como fiscal general de California.

En 2016 logró un escaño en el Senado y rápidamente se destacó por sus preguntas incisivas a miembros del Gobierno de Donald Trump, así como a dos jueces nominados por él para el Tribunal Supremo, entre ellos Brett Kavanaugh, acusado de abusos sexuales.

En 2020 se lanzó para competir por la nominación presidencial demócrata, pero tuvo dificultades para definir sus propuestas y algunos votantes consideraron que no era lo suficientemente auténtica. El presidente estadounidense, Joe Biden, acabó siendo el candidato del partido y la eligió para la Vicepresidencia.

Ya en la Casa Blanca, Harris apenas pudo brillar y ha sido etiquetada como una comunicadora mediocre y una jefa con la que es difícil trabajar. Biden le encargó atajar las “causas raíces” de la migración en Centroamérica, un tema “maldito” en la política de EU que lleva décadas sin solución.

Mensaje central de Harris

Con la canción “Freedom” de Beyoncé como himno, Harris ha recorrido el país con el lema “no retrocederemos”. Su mensaje central plantea que Estados Unidos debe elegir entre dos visiones: un país marcado por el “caos”, el “miedo” y el “odio” de Trump, o uno de “libertad” y “esperanza”.

En la convención demócrata en Chicago, que empezó el pasado lunes, donde Harris aceptó la nominación, el ex presidente Barack Obama la presentó como la sucesora del movimiento de la “esperanza” que lo llevó a la Casa Blanca en 2008.

Doug Emhoff, esposo de Harris, la describe como una “guerrera alegre”, elogiando su risa franca, un rasgo que Trump ha intentado usar en su contra.

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