• Oleada de asesinatos en Sinaloa

Tras la detención de Joaquín “El Chapo” Guzmán Loera, líder del Cártel de Sinaloa, se desató una guerra interna entre tres facciones.

Sinaloa registró uno de los fines de semana más violentos de los últimos años al registrar 30 homicidios, por las disputas entre diez células criminales, tras la captura del jefe del Cártel de Sinaloa, Joaquín “El Chapo” Guzmán.

De acuerdo con datos del informe 2016 del Observatorio Nacional Ciudadano, Sinaloa registró ese mismo año una tasa de homicidios de 38.57, la tercera más alta a nivel nacional, sólo detrás de Guerrero y Estado de México.

Asimismo, Sinaloa tuvo dos de los 20 municipios del país con mayores tasas de homicidio doloso: Culiacán y Mazatlán, ambos con una tasa de 46.29 homicidios por cada 100 mil habitantes.

Mientras que Culiacán había registrado una ligera disminución en el número de asesinatos, en Mazatlán la tendencia en los últimos dos años ha ido a la alza, con un incremento de 155.04% de 2015 a 2016.

Otro municipio que presentó un aumento significativo en los delitos de alto impacto fue Ahome, con un incremento de secuestros (246.85%) y homicidio doloso (15.8%), respecto a 2015.

Un informe del Centro Nacional de Planeación, Análisis e Información para el Combate a la Delincuencia, de la PGR, señala que en Sinaloa existen diez células criminales cuyas disputas internas han elevado los niveles de violencia en la entidad.

El documento, difundido en mayo de 2017, sostiene que a raíz de la detención de Joaquín “El Chapo” Guzmán Loera, líder del Cártel de Sinaloa, se desató una guerra interna entre tres facciones: los hijos del capo Iván y Alfredo Guzmán (apoyados por Ismael Mayo Zambada, el hermano de El Chapo, Aureliano “Guano” Guzmán y el grupo de los Dámaso.