Exigen transparencia en el proyecto del Tren Maya

Derecho de réplica

 

  • El director de Fonatur, Rogelio Jiménez Pons, alarga cada vez más los tiempos del megaproyecto ferroviario

 

Rosendoevgueni Monterrey Chepov, comisionado del INAI.

Trascendió que el Instituto Nacional de Transparencia, Acceso a la Información y Protección de Datos Personales, le pide peras al olmo, pues le requirió a la Secretaría de Turismo que haga públicos los impactos ambientales, los estudios de factibilidad, así como los costos y las empresas a las que se adjudicó la realización de esos estudios del Tren Maya.

El comisionado del INAI, Rosendoevgueni Monterrey Chepov, anda como fuera de los tiempos de AMLO, pues si aún “no se ha dispuesto en favor de la ciudadanía los documentos que sustenten los impactos del Tren Maya, como asegura Monterrey Chepov, es porque ¡aún no hay! El proyecto, que será la obra faraónica del gobierno federal, aún no tiene proyecto, ni estudios.

Será hasta noviembre

El director del Fondo Nacional de Fomento al Turismo, Rogelio Jiménez Pons, alarga cada vez más los tiempos del proyecto ferroviario, pues de forma inicial, se aseguró que las obras iniciarían este año, incluso, fue en diciembre pasado cuando el presidente López Obrador colocó la primera piedra, que ya hasta patearon de su lugar, en Palenque, Chiapas.

Sin embargo, fue a inicios de este mes cuando se publicaron las bases de licitación para la contratación de servicios correspondientes a la ingeniería básica del Tren Maya, encaminan al desarrollo del proyecto en sus distintas etapas.

“Esta licitación nos va a ir dando luz sobre los aspectos técnicos del desarrollo del proyecto, para que, en consecuencia, vayamos avanzando y, finalmente, la última etapa es la consulta (a los pueblos indígenas)”, señaló Jiménez Pons.

En julio se conocerá a las empresas que ganarán la licitación, sin embargo, el runrún dice que ya se sabe quiénes serán los afortunados, después, se iniciará con los estudios de impacto ambiental, los cuales permitirán realizar la consulta a los pueblos indígenas entre octubre y noviembre de este año.

Jiménez Pons indicó que, aunque se contara con el apoyo de la Universidad Nacional Autónoma de México y del Instituto Politécnico Nacional, habrá una licitación, posiblemente en agosto, para realizar los estudios de impacto ambiental.

Aumentan gastos del proyecto 

Otra cosa que les falló en el gobierno federal, fueron los cálculos de los gastos, pues tras cada anuncio, las cantidades se incrementan.

El Tren Maya será financiado mediante un esquema de inversión mixta (público-privada), donde aproximadamente un 10 por ciento quedará a cargo del gobierno y el restante 90 por ciento de empresas privadas.

En un inicio, se aseguró, sin tener un plan maestro en la mano, que la inversión inicial sería de 6 mil millones de pesos. De ese monto, 400 millones de pesos se utilizarían para diversos estudios, y lo demás se irá ejerciendo paulatinamente. El presupuesto total estimado para este proyecto es de entre 120 mil y 150 mil millones de pesos.

Y pese a que en Fonatur se aseguró no habría sobre costos, resulta el estudio de factibilidad ambiental, el monto estimado por Fonatur a pagar por su realización pasó de 14 a 184 millones de pesos, a pesar de que ya existe un convenio de colaboración en dicho tema con el Instituto Politécnico Nacional.

Los estudios de salvamento arqueológico en la zona maya subieron de 7 a 95 millones de pesos y se solicitaron, por primera ocasión, 40 millones de pesos para el análisis de la mecánica de suelos.

En cuanto al plan maestro, herramienta de gestión que desarrolla de forma clara y completa los objetivos, principios y estrategias a seguir, la solicitud se incrementó de 20 a 120 millones de pesos, e incluye la asesoría técnica para la estructuración del tren, el anteproyecto conceptual para nuevas comunidades, las ingenierías básicas y el plan maestro de seguridad.

Existen muchas lagunas de información

Lo novato en cuanto a lanzar licitaciones se les nota en el actual gobierno federal pues, las 42 empresas interesadas en la licitación para el contrato de Ingeniería Básica para el Tren Maya, formularon mil 190 preguntas y cuestionamientos que evidencian dificultades y contradicciones en esta etapa inicial del proyecto.

Consultoras, despachos de arquitectura, constructoras y hasta la Comisión Federal de Electricidad no tienen claro de qué se trata el asunto y pidieron a Fonatur les aclaren la mayoría de los temas, pero las respuestas estarán listas hasta el viernes 14 de junio.

Cal y Mayor, una de las consultoras históricas de la SCT, cuestionó por ejemplo que se solicitara material rodante específico para cada uno de los siete tramos. “¿Existirá una flota específica para cada tramo de construcción civil?”, preguntó y señaló una contradicción, pues en la semana 14 del contrato se tienen que entregar los estudios de operación y material rodante, pero el segundo no se puede hacer sin antes contar con el primero.

Consultoría Integral en Ingeniería consideró que, para elegir material rodante, primero hay que conocer el estudio de costo beneficio del proyecto, que aún no existe.

Esta empresa también pidió se entregue el “pre-trazo” del tren pues ignoran los cruces con caminos, autopistas, ríos, arroyos, líneas eléctricas, áreas protegidas y vestigios arqueológicos.

Y dado que los estudios de cartografía y topografía se deben hacer desde el aire, en un avión especializado, se advirtió que las condiciones climáticas de verano podrían impedir que se concluyan en el tiempo requerido.

“¿Existen estudios ya adjudicados de movilidad, hidrosanitarios o de protección civil? ¿Se cuenta con documentación técnica sobre certificados de uso de suelo, constancias de alineamiento, delimitación de zonas federales, vistos buenos de los predios en los que se instalarán las estaciones y vías?”, cuestionaron otras empresas.

También hay preocupaciones sobre el trazo en zonas con riesgo de inundación, sobre si habrá túneles y de qué tipo y sobre posibles cambios en la ruta ya diseñada.

“Suponemos que Fonatur será la responsable de obtener los permisos necesarios (sociales, ambientales, de acceso, con el INAH, etc.), ¿es así?”, preguntó la CFE, interesada en participar en licitaciones posteriores.

En total, se requieren 25 estudios y proyectos, y todos generaron preguntas de empresas como Senermex, Indra Sistemas, Currie & Brown, Triada Consultores, Nippon Koei Latinoamérica, Key Capital y Ayesa México.

Los costos por toda esta clase de “errores” de Fonatur puede salir muy caro, pues sólo el proyecto de Ingeniería Básica, tiene un precio de referencia de 418 millones de pesos más IVA.

Sin embargo, todo es un completo relajo, la exhibición de grandes niveles de ignorancia e inexperiencia en proyectos de alta envergadura. En el Instituto Nacional de Transparencia ya le recordaron al gobierno federal, que, si no hay orden y transparencia en el Tren Maya, puede tener el mismo destino que el aeropuerto de Santa Lucía.

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