Bañistas tendrán que cumplirlos o serán retirados

• Habrá estrecha vigilancia en Playa Delfines y Playa Tortugas

Durante la tercera semana de la nueva normalidad, aplicada en Quintana Roo, la zona norte alista protocolos para la apertura de las playas públicas.

Cancún.- Durante la tercera semana de la nueva normalidad, aplicada en Quintana Roo, la zona norte alista protocolos para la apertura de las playas públicas, para lo cual implementarán normas estrictas, que los bañistas tendrán que cumplir durante su estancia en los arenales o de lo contrario se les exhortará a retirarse a fin de cuidar de su salud de la del resto de los turistas.

Protección Civil en coordinación autoridades de cada municipio, analizan los pros y contras que se tendrán en los puntos de mayor concurrencia, en donde prevén que la vigilancia debe ser estricta, sobre todo en Playa Delfines, y Playa Tortugas de la Zona Hotelera, donde se concentra gran cantidad de paseantes nacionales e internacionales.

Playa del Niño, por ejemplo, es una zona donde existe gran afluencia de bañistas, de modo que deben afinar estrategias para garantizar la sanidad en dicho punto. Hay que mencionar que siendo un sitio conflictivo por las aglomeraciones, será uno de los últimos en autorizar su apertura, si las condiciones lo permiten.

En Solidaridad, el titular de Protección Civil, Francisco Poot Kahuil, mencionó que las medidas de prevención serán estrictas al igual que todos los procesos de reapertura de actividades y que no se les permitirá a los paseantes ningún tipo de conseción.

Se trabaja de forma coordinada con todas las autoridades y dependencias correspondientes para salvaguardar la integridad de los visitantes, en virtud a la necesidad de ajustarse a la nueva normalidad con la que se regirá la vida diaria, incluso la actividad turística.

Contaminación se redujo hasta 90%

Durante el periodo de cuarentena y ante la ausencia, del que sería el mayor depredador de la naturaleza, se redujeron hasta 90 % los niveles de contaminación del agua en la zona de costa en las playas de Cancún.

La organización civil Centinelas del Agua realizó un monitoreo en 23 puntos entre Cancún e Isla Mujeres, así como en Laguna Nichupté para evaluar las diferencias en la calidad del agua cuando las ocupaciones hoteleras están por encima del 80 por ciento y ahora cuando los hoteles estuvieron vacíos.

Los resultados fueron sorprendentes. “Lo que queríamos ver era si mejoraba la calidad del agua con el nulo turismo y tener una base de datos del comportamiento en los sistemas marino-costeros”, dijo Alejandro López Tamayo, director de la organización, quien agregó que se midió la cantidad de enterococos presentes en el agua, uno de los principales indicadores de la presencia de aguas residuales, al ser una bacteria comunmente proveniente del intestino humano.

Antes del confinamiento, los resultados arrojaban un promedio de 200 nmp por cada 100 mililitros, mientras que los últimos resultados, con la zona hotelera vacía, el indicador descendió a 20 nmp.

Las aguas de Quintana Roo se caracterizan por ser “oligotróficas”, con nula o escasa carga de nutrientes, de ahí su transparencia y el estudió reveló que de manera general hubo una reducción de nitritos, nitratos, nitrógeno amoniacal, fósforo total y enterococos.

“Identificamos los principales sitios donde en muestreos anteriores habíamos tenido concentraciones altas de nutrientes y enterococos. Los resultados sí arrojan una baja muy fuerte. En los sitios donde se mantuvieron concentraciones un poco más altas es en aquellos que están pegados a la costa, probablemente por las descargas normales que tiene la población”, dijo.

Recuperación del sistema marino

Esta baja de nutrientes lleva consigo una posible recuperación del ecosistema marino, al menos durante un periodo corto de tiempo, mientras comienzan a regresar los turistas a la playa, por lo que creen importante informar a los paseantes para que no contaminen y que las autoridades den un mejor tratamiento a las aguas residuales.

La contaminación por heces fecales en el agua se atribuye a los deficientes tratamientos de aguas residuales en Quintana Roo. Tanto las prestadoras de servicios públicos como las plantas de tratamiento en los hoteles hacen un proceso de filtración secundario e inyectan el agua a 100 metros de profundidad.

La reducción de los niveles de contaminación del agua en dos meses, tras más de 40 años del impacto del turismo masivo, es una señal de que los ecosistemas pueden recuperarse en poco tiempo si se dejan de contaminar.