En riesgo la prensa crítica

Por la Derecha..!

Luis Ángel García

 

Francisco Zarco, célebre periodista y político del siglo XIX.

 

“Si os dan papel pautado, escribid por el otro lado”
Juan Ramón Jiménez

 

A dos años de gobierno, la prensa crítica recibe los embates diarios de quien debiera garantizar el ejercicio periodístico libre y alentar la crítica constructiva.

Como nunca antes, el círculo oficial atenta contra quienes hacen uso de su derecho constitucional a la libre expresión para cuestionar las nuevas políticas públicas. La prensa ha sido señalada de corrupta y de pertenecer al grupo conservador que, según los voceros del régimen, buscan mantener prebendas y quieren que regrese el modelo neoliberal. Nada más alejado de la realidad.

México cuenta con una añeja tradición de periodismo crítico desde el siglo XIX. Francisco Zarco es prueba de ello, así como las críticas caricaturas de José Guadalupe Posadas y muchos diarios que criticaron lo mismo a Porfirio Díaz que a Francisco I. Madero.

A pesar de la permanencia en el poder de un solo partido por ocho décadas, el periodismo mantuvo una cierta independencia y se alentó hasta la prensa marginal. Con la alternancia en el gobierno, también los panistas aceptaron la crítica y respetaron al gremio periodístico.

Contrario a lo que todo mundo pensaba, la actual administración, supuesto baluarte de un sistema democrático y popular, llegó, no ha instaurar un sistema de bienestar, sino a la concentración del poder y avasallar al ejercicio de libre expresión. Se descalificaron medios, se polarizó a la prensa contra la sociedad, se exhibieron a columnistas con falsos datos de apoyo publicitario, se permitió el despido de reporteros de Notimex y se alejó del modelo de Agencia de noticias del Estado mexicano para convertirla en un instrumento de propaganda.

Ni en las peores épocas del oficialismo priista se ha reprimido tanto a la prensa. La actual estrategia de comunicación hace pensar en el populismo de Luis Echeverría, quien asentó mortal golpe al Excélsior de Julio Scherer. Si, la apertura democrática del inquilino de San Jerónimo fue implacable con la crítica periodística, y cincuenta años después se repite la historia. El presidente no acepta los juicios en contra porque sabe que su modelo de gobierno, para imponerlo, no puede ser cuestionado. No se reconocen los errores y por ello no se acepta la disidencia.

El modelo social propuesto es corporativista, busca aglutinar a los sectores, pero sin una verdadera estrategia. Por eso cuando se cuestiona su viabilidad, se recurre a la descalificación lo mismo de empresarios que de opinadores. No se aceptan voces discordantes, por ello, como modernos Torquemada, se recurre al linchamiento, al juicio “popular” en redes, a la polarización y al descrédito. No será menor la lucha que tendrán que dar los medios contra el gobierno y sus seguidores. Si realmente queremos vivir en democracia y mantener la función social del periodismo, los analistas deben continuar con sus críticas como contrapeso real al poder público. Creo que la unidad y solidaridad periodística son la única opción que tiene la sociedad para evitar que un sistema autoritario trunque el desarrollo nacional. Nada doblegará el noble ejercicio periodístico. Al igual que muchos organismos autónomos, la prensa está en peligro.

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