En 2 semanas informará Pfizer si nueva variante es resistente a vacuna

 

La farmacéutica Pfizer afirma que en dos semanas sabrá si la variante Ómicron es resistente o no a su vacuna.

 

Ante la incertidumbre sobre si las actuales serán efectivas ante la variante Ómicron, Pfizer ha afirmado que en dos semanas sabrá si esta variante escapa a su vacuna.

En los laboratorios de BioNTech trabajan sin descanso y aseguran que esta variante es muy distinta a las anteriores, contiene más mutaciones que cualquiera conocida hasta ahora.

Aun así, aseguran, que si se demostrara que es resistente a su vacuna, tardarían seis semanas en tener una nueva preparada que estaría disponible para la población en 100 días.

Albert Bourla, director ejecutivo de Pfizer, hizo una promesa el pasado mes de junio. Si surgiera la necesidad de una nueva vacuna de la Covid, su farmacéutica podría prepararla en 100 días. Bourla se comprometió a ello en un discurso público, frente al propio presidente de Estados Unidos, Joe Biden.

El escenario del que hablaba entonces, y para el que se preparan todas las farmacéuticas de la Covid, es la aparición de lo que sería una “variante de escape”, es decir, una que sea capaz de burlar la inmunidad que hemos adquirido frente al virus, tanto con la vacuna como por haber pasado la infección.

Para poder reaccionar rápido si esto ocurre, y tener una nueva vacuna lista en este tiempo récord que promete Bourla, es necesario no sólo tener diseñada la vacuna, sino tenerla ensayada. La revista Nature ha hablado con tres de los fabricantes de estas vacunas, para saber cómo lo están haciendo. Los tres llevan meses “practicando”, ensayando vacunas con las variantes existentes ahora mismo.

Porque el problema principal, cuando el tiempo apremie, no será tanto diseñar la nueva vacuna como ensayarla, antes de inocularla a la población. En las de ARNm (Pfizer y Moderna), el diseño de la vacuna es muy rápido: generan una nueva secuencia y la encapsulan en un lípido, puede ser cuestión de días.

En otras, como la de AstraZeneca, esa secuencia genética se insertaría en un vector viral que hace de vehículo para introducirla en el organismo.

Tardaría un poco más, pero no mucho. Pero unas y otras hay que probarlas en humanos, después, y las tres compañías están haciendo ya simulacros de ensayo.

Moderna está haciendo prácticamente lo mismo, aunque no va tan rápido. De momento está reclutando entre 300 y 500 voluntarios para ensayar nuevas vacunas de ARNm contra las variantes Beta, Delta y contra dos combinaciones: Beta-Delta Y Beta-cepa original del virus.

Se trata de “establecer un proceso mediante el cual todo esto podría suceder más rápidamente en el futuro”, explica Jacqueline Miller, vicepresidenta senior y directora de investigación de enfermedades infecciosas de Moderna.

En Reino Unido, AstraZeneca puso en marcha un gran ensayo el pasado mes de junio, con casi 3.000 participantes (muchos de ellos vacunados), de una vacuna específica para beta. “Estamos practicando con esta, pero también la estamos desarrollando, y si tiene éxito, la tendremos lista para usar”, asegura en Nature, Mene Pangalos, vicepresidente ejecutivo de investigación y desarrollo de biofármacos de AstraZeneca.

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