• Gerardo Ruiz Esparza, titular de la SCT, explicó algunas de las repercusiones inmediatas que tendrán los cambios en el sector

Roberto Vizcaíno

En un acto inédito, histórico, rodeado por las cúpulas de las principales fuerzas políticas nacionales integrantes del Pacto por México, el presidente Enrique Peña Nieto entregó ayer a Francisco Arroyo Vieyra, presidente de la Cámara de Diputados, la iniciativa de Reforma de Telecomunicaciones que, de aprobarse como está planteada, terminará con los monopolios en la telefonía, la televisión y la radio en México y recuperará la rectoría del Estado en este sector.

En el acto, realizado en el Museo Tecnológico de la CFE en Chapultepec, frente al gabinete en pleno y transmitido en cadena nacional, Gerardo Ruiz Esparza, titular de la SCT, fue el encargado de explicar algunas de las repercusiones inmediatas de esta reforma.

De entrada, dijo, se abriría la licitación para dos nuevas cadenas nacionales de TV en las que no podrían participar los empresarios que ya operan otras cadenas. Es decir, el dueño y socios de Televisa, Emilio Azcárraga y de TV Azteca, Ricardo Salinas están fuera desde hoy de esa nueva área.

El gobierno a su vez crearía una tercera cadena nacional de TV del Estado.

En cuanto a otros servicios, dijo Ruiz Esparza, la reforma establecería que la banda ancha de internet estaría al alcance de todos, para cumplir así con un requerimiento señalado por la OCDE como una garantía para avanzar en el desa­rrollo económico.

Hoy, la ausencia generalizada de este servicio provocó que tan sólo en el periodo 2005-2009 la pérdida económica atribuida al rezago y a la disfuncionalidad del sector de telecomunicaciones, fuera de 129 mil millones de dólares, es decir, el 1.8 por ciento del PIB anual, indicó el funcionario.

“En países similares (a México), por cada 10 puntos porcentuales que se incrementen los servicios de banda ancha, se genera un crecimiento económico equivalente al uno por ciento del PIB”.

Ruiz Esparza explicó que esta reforma prevé que la COFETEL y la COFECO se transformen en el Instituto Federal de Telecomunicaciones, que será un organismo constitucionalmente autónomo. Este podrá ordenar la desincorporación de activos de los actores económicos en las proporciones necesarias para eliminar efectos anticompetitivos. Y será el instituto, no el Presidente de la República el que otorgará y revocará las concesiones de radiodifusión y telecomunicaciones.

Ambos organismos tendrán 7 comisionados, incluyendo al Presidente, que durarán 9 años sin posibilidad de reelección. Serán designados en forma escalonada a propuesta del Ejecutivo federal, con la ratificación del Senado, previa evaluación que realice de ellos un comité integrado por los titulares del Banco de México, del INEGI y del Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación.

A su vez, se crearán tribunales especializados en competencia económica, radiodifusión y telecomunicaciones y la Judicatura Federal evitará litigios interminables que se traducen en incertidumbre para la inversión.

La reforma establece que se podrá elevar de 49 a 100 por ciento la participación de inversión extranjera directa en telecomunicaciones y comunicación vía satélite, y 0 a 49 por ciento en radiodifusión.

Los concesionarios de televisión abierta deberán permitir la retransmisión íntegra de su señal de manera gratuita y sin discriminación y los concesionarios de televisión de paga deberán retransmitir las señales de televisión abierta sin costo para sus suscriptores.

RECTORÍA RECUPERADA

Por su parte, el presidente Peña Nieto indicó que esta reforma tramitada en el seno del Pacto por México, es decir por las cúpulas del PRI, PRD, PAN y PVEM con la participación de los coordinadores parlamentarios y los representantes del gobierno, tiene tres grandes apartados:

“Primero. La ampliación de los derechos de los mexicanos. Se garantiza la libertad de expresión y de difusión. Se precisa el derecho al libre acceso a la información, y se establece el de acceso a las tecnologías de la información y la comunicación, incluyendo el servicio de banda ancha.

“Segundo. Una nueva arquitectura institucional en favor de la competencia económica y la certidumbre legal. Dentro de este apartado, en plena congruencia con la evolución democrática del país, el Ejecutivo federal ya no será quien otorgue ni revoque las concesiones en materia de radiodifusión y telecomunicaciones.

“Como lo comprometí, las decisiones sobre cada concesión serán técnicas y no políticas.

“Tercero. Se incluyen medidas específicas para acelerar la competencia en el sector de las telecomunicaciones y radiodifusión. El propósito de esas medidas es liberar el potencial del sector y hacerlo en el menor tiempo posible.

“No obstante, lo técnico y complejo que pueda aparecer esta reforma constitucional, su finalidad última es tan sencilla como el ABC:

“A.- Asegurar cobertura universal. El objetivo es que los servicios de televisión, radio, telefonía y datos lleguen a todo el país. Los jóvenes del campo tienen los mismos derechos que los jóvenes de las ciudades a conectarse a Internet, a obtener información y a mantenerse en contacto con el mundo.

“B. Buenos precios. Las telecomunicaciones deben ser accesibles para todos los niveles socioeconómicos con tarifas competitivas a nivel internacional.

“Los hogares, lo mismo que las micro, pequeñas y medianas empresas deben beneficiarse de las tecnologías de vanguardia, y pagar sólo lo justo.

“C. Calidad en el servicio y en los contenidos. Los mexicanos merecen servicios que sean rápidos y confiables, así como una mayor diversidad de contenidos.

“Queremos que los usuarios puedan estar conectados cuando lo requieran, con la señal continua para subir y bajar datos en cualquier momento.

“También queremos que la sociedad mexicana cuente con más canales de televisión y de múltiples opciones para recibir información veraz, plural y oportuna”, precisó.

Sin decirlo explícitamente, el mandatario desechó la idea de que esta reforma afectará a Slim, Azcárraga y a Salinas Pliego, y señaló que el único motivo de esta reforma es elevar la calidad de vida de todos los mexicanos.

La reforma de telecomunicaciones surge de la necesidad de incentivar la competencia y poner al día nuestras telecomunicaciones. En ello, coincidimos, agregó, las principales fuerzas políticas y el gobierno y al recibir el impulso y la aprobación de todos, muestra su espíritu democrático.

Peña Nieto indicó que esta reforma no sólo representa desafíos para las empresas del sector, sino que les abre nuevas oportunidades porque a partir de ella tendrán posibilidades de crecer, pero luego de invertir e innovar, mejorar sus tarifas y elevar la calidad de sus servicios.

“Ésta es una de las grandes iniciativas para democratizar la productividad y dinamizar la economía del país”, subrayó.

El Presidente hizo luego un reconocimiento a todas las fuerzas que participan en el Pacto por México y confió en que diputados y senadores la analizarán y enriquecerán dentro de una actitud democrática.

Al intervenir, los coordinadores parlamentarios Manlio Fabio Beltrones, del PRI; Arturo Escobar y Vega, del PVEM; Silvano Aureoles, del PRD y Luis Alberto Villarreal, del PAN, así como los dirigentes del PRI, PAN y PRD, César Camacho, Gustavo Madero y Jesús Zambrano, alabaron las bondades de esta iniciativa y se comprometieron a impulsarla y aprobarla dentro del Congreso.