De frente y de perfil
Ramón Zurita Sahagún
El presidente López Obrador quiso ser claro y conciso: No habrá reelección, manifestó por enésima ocasión, aunque la de hoy, fue parte medular del discurso del cuarto aniversario de su gobierno.
Las muestras de respaldo llegaron al paroxismo y los congregados a su alrededor le pidieron se reeligiera, a lo que tajante dijo que no.
Aprovechó el momento para descartar cualquier participación de su esposa, Beatriz Gutiérrez Müller, como candidata a algún cargo de elección popular.
El escenario fue magnífico, un Ejecutivo federal contento por el recorrido realizado desde El Ángel de la Independencia al Zócalo, apapachado por miles y miles de simpatizantes de su proyecto y rebosante, mostrando que se encuentra fuerte, saludable y que la cercanía de la gente y las manifestaciones de respaldo son el alimento que lo nutre.
De ahí que aprovechara el momento cumbre de la gran marcha desplegada por todo Paseo de la Reforma, Juárez y 5 de mayo, para recalcar que su proyecto está listo para seguir continuado por otra persona, pues su mandato dura seis años solamente.
Soy maderista, no habrá reelección fueron las primeras palabras pronunciadas por el tabasqueño al tomar el micrófono y ante los gritos de respaldo de la multitud congregada en la Plaza de la Constitución, donde sonó insistente la palabra reelección.
Sufragio efectivo, democracia efectiva, no reelección insistió López Obrador en su discurso en donde recorrió las acciones de gobierno que superan las 120 durante su mandato.
Amor con amor se paga, dijo el Presidente para agradecer las muestras de afecto recibidas durante su largo recorrido de más de cinco horas. En su caminar el Presidente se dio un verdadero baño de pueblo, con abrazos, besos, muestras de cariño, por lo que la ruta se hizo larga y en momento lo apretado de la muchedumbre le retrasó en una caminata lenta, pero feliz.
La marcha motivó muchas críticas por el traslado de miles de personas hacia la Ciudad de México y se afirma que los costos fueron sufragados por erogaciones del erario.
La gran concentración reveló un saldo blanco, como lo fue la del 13 de noviembre catalogada por sus organizadores como una marcha ciudadana.
Aquí sí se dejó ver el músculo del partido político (Morena) que domina los principales escenarios de gobierno, desde la Presidencia de la República, pasando por una veintena de gobierno estatales, las mayorías en las Cámaras de Diputados y Senadores, así como en la CDMX, ya que los principales cuadros dirigentes del partido hicieron acto de presencia.
Se vieron pancartas y banderines de Morena, así como algunos emblemas que portaban asistentes a la marcha.
Es cierto que las comparaciones son odiosas, por lo que no vale la pena equiparar una y otra de las dos movilizaciones realizadas en dos semanas, las que dejaron en claro que cada una de las partes cuenta con el número suficientes de simpatizantes, tanto para ser consideradas entre las de mayor concentración de concurrentes.
El discurso presidencial fue el recuento de sus acciones de gobierno en los cuatro años de mandato y se resaltan algunos rubros como la posibilidad de que el año próximo el salario mínimo se incremente en un 20 por ciento.
También resaltó que en fecha próxima la refinería de Dos Bocas comenzará a producir. También en julio de 2023 comenzarán a llegar los vagones y locomotoras que habrán de usarse para el Tren Maya.
En el curso de su mensaje, insistió en muchos lugares comunes que acostumbra en sus peroratas mañaneras como las de que no se hace ningún tipo de arreglo con la delincuencia organizada.