La ley de Herodes
José Luis Montañez
- El consumo de las drogas y el alcohol está cambiando rápidamente la percepción que tiene el turista de este bello lugar
Lamentablemente, el consumo de las drogas y el alcohol y otros delitos están cambiando la percepción que tiene el turista de los bellos destinos quintanarroenses.
Siempre me pregunto. Qué sería de Cancún y la Riviera Maya, si estos territorios formaran parte de Estados Unidos de Alemania, de Italia, de Francia o de España, sí, o por qué no decirlo, de Japón o de Dubái. Creo que este lugar, que es un paraíso terrenal, tendría una enorme plusvalía y también otra suerte.
Pero, desafortunadamente, el consumo de las drogas y el alcohol está cambiando rápidamente la percepción que tiene el turista de este bello lugar del Caribe mexicano.
El Aeropuerto Internacional de Cancún, que forma parte del Grupo Asur, sigue manteniendo operaciones, casi se puede decir al 100%, o sea, no para. Recibe en promedio unas 600 operaciones, entre aterrizajes y despegues; el 70%, con turistas procedentes de los Estados Unidos, que vienen a sus playas a distraerse y por qué no decirlo, vienen a la “fiesta”, a consumir alcohol y muchos, también, a consumir drogas. Esto ha hecho que este destino se vuelva un imán para la gente que se dedica a ese tipo de actividades. A la venta de drogas, al narcomenudeo, a la extorsión, al cobro de piso, a la trata de personas. Todo esto también fue atraído por este paraíso terrenal, que es Cancún, Isla Mujeres, Cozumel, Playa del Carmen, Tulum. Y un poquito más abajo, Chetumal.
Si analizamos las cifras de hechos delictivos de los últimos 10 años, nos vamos a dar cuenta que éstas han venido creciendo, Claro, crece la población y también los hechos delictivos.
A veces se registran 3, 4 homicidios diarios en Quintana Roo, mayormente en Cancún y Playa del Carmen y ahora, también, la violencia está alcanzando a Tulum, donde, sobre todo, las bandas de narcotraficantes y las células del narcomenudeo se disputan las plazas.
Es mucha droga la que se distribuye en Cancún, en la zona hotelera, en el centro de la ciudad y en Playa del Carmen, en la llamada Quinta Avenida, donde a plena luz del día, los dealers se acercan a los turistas y les ofrecen la “canasta básica” de las drogas, que incluye desde marihuana, hasta cristal y tachas o algún otro tipo de enervante. Lo hacen a veces en presencia de los policías municipales, que más bien parecen resguardar este negocio, protegiendo a la ciudadanía, porque en sus narices se dedican los narcomenudistas a comercializar su veneno mortal.
Sabemos que la droga nunca se va a terminar porque es un negocio que representa muchos millones y millones de dólares y está involucrada mucha gente. Y dentro de esa gente, pues están autoridades. Me atrevo a decir que de los 3 niveles de gobierno.
Por otro lado, tenemos que se han implementado programas para combatir el narcomenudeo. No sé qué tanto vaya a resultar efectivo. Es una especie de cursillos, en las escuelas, sobre todo en las secundarias para decirles a los alumnos qué les va a pasar si consumen drogas.
Uno de los factores que influye mucho para que las drogas hayan alcanzado estos niveles asombrosos en esta zona y otras partes del país es la desintegración familiar, las personas con enfermedades emocionales.
Muchas personas, llegando a este sitio se encuentran el paraíso para darle rienda suelta a su necesidad, de escapar de su vida cotidiana, del mundo, de sus frustraciones y están en la playa haciendo alguna actividad náutica, pero muchas veces el efecto del alcohol o de las drogas se impone.
La pregunta es cuánto tiempo falta para que Cancún y los puntos turísticos de la Riviera Maya se conviertan en otro Acapulco. Se conviertan en zonas abandonadas por el turismo ante tanta violencia y delincuencia, que parecen no tener freno.
También aquí, desde que llegan los turistas al aeropuerto empiezan a ser prácticamente atracados por los taxistas y por una verdadera nube de “tiburones” de servicios de transporte que cobran en dólares, sí, una dejada a Playa del Carmen, si el turista es muy novato y nunca ha venido, se la dejan hasta en 200 dólares. Y a la zona hotelera, también. La novatada le costará 100 dólares, si desea viajar solo, pero si viaja en grupo, pues ya le van midiendo, de acuerdo al sapo es la pedrada.
Vamos hacer varias entregas acerca de este tema, porque vale la pena hacer algo para que Cancún no se convierta pronto en otro Acapulco. En otra entrega, les hablaremos de las experiencias que vive una persona que invierte en este lugar, ya sea en el terreno del comercio o de los bienes raíces y con lo que se tienen que enfrentar.
