Alertan sobre riesgos de consumir agua de garrafones rellenados

 

Mayor demanda de líquido purificado

 

  • Única opción de familias con bajos recursos

 

Las rellenadoras de agua en garrafones se ha convertido en una solución popular para muchas familias que buscan alternativas más baratas para obtenerla, sin embargo, el consumo de agua de estas fuentes representan graves riesgos para la salud.

 

Ante el aumento de la demanda de agua purificada en el Valle de México, las rellenadoras de garrafones se ha convertido en una solución popular para muchas familias en México que buscan alternativas más baratas, sin embargo, el consumo de agua de estas fuentes representan graves riesgos para la salud.

De acuerdo con la asociación Agua en México, el 100 por ciento de las fuentes de abastecimiento en el país están contaminadas debido a factores industriales, como el uso de pesticidas utilizados en la agricultura y la falta de tratamiento adecuado de las fuentes subterráneas, lo que resulta en la presencia de metales pesados como el arsénico, especialmente en regiones como Durango, Guanajuato y Querétaro. En otras zonas, como la Ciudad de México, Estado de México y Morelos, predominan los coliformes fecales, que provienen de la contaminación con desechos orgánicos.

La asociación señala que el 60 por ciento del agua que reciben los mexicanos en sus hogares no es apta para el consumo humano, por lo que las rellenadoras de agua, que han surgido como una alternativa accesible y de bajo costo, no garantizan la calidad en la purificación del agua que venden.

Normalmente utilizan agua de la red y la pasan por filtros que normalmente no les dan mantenimiento y aplican un proceso básico de desinfección, que en muchos casos es insuficiente. Además, la falta de control y regulación de las rellenadoras agrava el problema.

El mal manejo de los envases y la poca calidad en los procesos da como resultado que 7 de cada 10 envases muestran contaminación por coliformes fecales y otros patógenos peligrosos. Esto puede llevar a la aparición de enfermedades graves como cólera, hepatitis A, salmonella y diversas infecciones intestinales, afectando especialmente a grupos vulnerables como niños y adultos mayores.

El impacto del consumo de agua contaminada se refleja en cifras preocupantes. De 2022 a 2023, la tasa de mortalidad por consumo de agua contaminada o de baja calidad aumentó de 2.6 a 3.2 millones de personas. Este incremento de 600 mil personas en un año subraya la gravedad de la situación y la necesidad urgente de tomar medidas. Según Agua en México, en el país existen más de 24 mil rellenadoras, muchas de las cuales operan sin las licencias ni los controles de calidad necesarios. Para asegurar la calidad del agua, estas rellenadoras deben contar con un aviso de funcionamiento de la Cofepris, realizar estudios bacteriológicos mensuales y seguir estrictos protocolos de tratamiento del agua.

Sin embargo, la realidad muestra que muchas no cumplen con estos requisitos, poniendo en riesgo la salud de los consumidores.

Los precios de los garrafones de marcas comerciales van de los 60 a 70 pesos y eso representa un gasto mayor para muchas familias que adquieren esos productos, pues deben destinar hasta 200 pesos a la semana sólo para comprar agua purificada.

La mayoría de los residentes utilizan el líquido embotellado para la elaboración de la comida, pero varios de ellos también lo hacen para lavar los trastes y hasta para su aseo personal porque sufren escasez de líquido en las redes domésticas locales.

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