Jóvenes, grupo de alto riesgo en el consumo de drogas sintéticas

 

Preocupación mundial

 

  • Se inclinan por entregas a domicilio y mediante redes sociales

 

En su edición 2024, el informe mundial dedica un apartado a una de las dinámicas que involucra el uso de drogas sintéticas en contextos sexuales.

 

En el Informe Mundial sobre Drogas 2024 se destaca que los jóvenes son un grupo de alto riesgo en el consumo de drogas sintéticas y, además, se inclinan por entregas a domicilio y mediante redes sociales, señala Hugo Córdoba de Rueda, coordinador de proyectos en drogas de la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC) en México.

El documento detalla que personas entrevistadas en varios países consideran a las juventudes como más propensas que las personas adultas a usar drogas sintéticas, al igual que se observa con otras sustancias, especialmente en el caso de los varones.

“El uso de drogas entre los jóvenes debe ser un foco de alerta para ser rastreado y atendido, ya que las edades de consumo son cada vez menores y son tendencias de fácil expansión, como el uso de vapeadores o consumo de benzodiazepinas producto de retos virales. El impacto del consumo de drogas en niños y adolescentes es significativamente dañino para su desarrollo físico y mental”, apunta Córdoba de Rueda.

Además, señala que es necesario fortalecer las acciones para combatir el uso de redes sociales e internet para la comercialización de drogas. El documento de UNODC señala que las motivaciones de las personas jóvenes para usar drogas sintéticas incluyen el deseo de potenciar su desempeño escolar o laboral, el de euforia o entretenimiento y el uso de sustancias por sus pares.

“Estas motivaciones contrastan con aquellas típicamente asociadas con personas adultas, como la automedicación y el manejo del dolor, así como el deseo de superar la fatiga. Una de las personas entrevistadas también destacó que, dado que las personas jóvenes usan más las redes sociales, tienden a tener mayor conocimiento sobre nuevas drogas sintéticas”, añade el reporte.

Por ejemplo, aunque el tramadol, un opioide sintético, es usado por personas de todos los grupos de edad, es más probable que las más jóvenes usen “nuevas” drogas sintéticas, como algunas variantes sintéticas de los cannabinoides.

Este grupo poblacional no sólo está más expuesto al uso de sustancias, sino que enfrenta impactos desproporcionados cuando se trata de consumos problemáticos. En primer lugar, remarca el informe, son más propensos a ser objetivos del sistema de justicia criminal; en segundo, pueden involucrarse más fácilmente en actividades sexuales riesgosas. Por otro lado, en algunos países es frecuente que sean expulsados de sus casas, lo que vuelve más difícil enfrentar el consumo problemático u obtener ayuda.

Consumo de sustancias en contextos sexuales

Por su parte, Inspira, organización de pruebas rápidas de infecciones, ha detectado en nuestro país, específicamente en la capital, otra de las preocupaciones derivadas de una de las nuevas dinámicas a nivel global que documenta el Informe Mundial sobre Drogas 2024, el consumo de sustancias en contextos sexuales.

“Estamos detectando más casos de hepatitis C. Lo que estamos viendo en VIH, por ejemplo, es que las personas tienen fallas en la adherencia, o sea, se olvida tomar el medicamento, pero también por estar en una sesión o por la resaca, ya no se va a la cita médica, entonces dejan de ser constantes con la atención y empiezan las dificultades para que retomen el tratamiento”, apunta Aarón Rojas, director de Inspira.

En su edición 2024, el informe mundial dedica un apartado a una de las dinámicas que involucra el uso de drogas sintéticas en contextos sexuales, particularmente entre hombres que tienen sexo con hombres y que usualmente es llamado “chemsex” o “uso sexualizado de drogas”, y se refiere al uso de sustancias con el fin de mantener, potenciar, desinhibir o facilitar la experiencia sexual.

“Como parte del ‘chemsex’, el uso de tres tipos de drogas sintéticas, solas o combinadas se ha reportado en la literatura científica. Estas incluyen metanfetamina, mefedrona y GHB o GBL, que con frecuencia se usan con MDMA, ketamina o cocaína y sildenafil, tadalafil o vardenafil (sustancias que comúnmente se indican para tratar la disfunción eréctil), así como nitritos de amilo (poppers)”, describe el documento.

Según el informe, además de los motivos de potenciación del desempeño sexual o incremento del placer, otros relacionados con el uso de drogas sintéticas en contextos sexuales son la búsqueda de un sentimiento de desestigmatización del comportamiento sexual, de pertenencia, de apertura emocional, unidad, empatía o simpatía, así como una especie de ayuda para establecer relaciones y facilitar encuentros sexuales con múltiples parejas.

Sin embargo, no es una práctica –aclara el documento– que esté limitada a hombres que tienen sexo con hombres. El uso de GHB y metanfetamina, por ejemplo, se ha reportado también entre parejas y compañeros heterosexuales. En algunos casos, incluso de manera intencionada –y opuesta a registros previos de su uso como droga para violaciones en citas– con el fin de potenciar la socialización y el sexo entre parejas.

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