Muere una persona cada minuto en el mundo por el VIH: ONUSIDA

 

Una de las pandemias más letales

 

  • De los 39.9 millones de personas contagiadas, 9.3 millones no reciben tratamiento

 

En el mundo, al menos 9.3 millones de personas que viven con VIH no reciben un tratamiento que les salve la vida, reporta ONUSIDA.

 

El Programa Conjunto de las Naciones Unidas sobre el VIH/Sida (ONUSIDA) dio a conocer que de los 39.9 millones de personas que viven con VIH en el mundo, 9.3 millones no reciben un tratamiento y como consecuencia de esto una persona muere cada minuto por causas relacionadas con esta enfermedad.

Las medidas que tomen los líderes políticos este año decidirán el destino de millones de vidas y si terminará o no la pandemia más letal del mundo advirtió el informe La urgencia del ahora: el Sida frente a una encrucijada.

Los líderes se comprometieron a reducir las nuevas infecciones anuales a menos de 370 mil para 2025, pero los registros aún son más de tres veces esa cantidad. En 2023 se contabilizaron 1.3 millones de contagios.

Los recortes de recursos y el aumento de la presión contra los derechos están poniendo en peligro todo el progreso logrado, alertó la institución.

Pueden cumplir su promesa, pero, para ello, han de asegurarse de que la respuesta al VIH tenga los recursos que necesita y que los derechos humanos de todos estén protegidos, afirmó Winnie Byanyima, directora ejecutiva de ONUSIDA.

El estigma y la discriminación, así como la criminalización, de los que son víctimas en muchas sociedades las personas infectadas con el VIH, también impiden el progreso porque no pueden obtener ayuda y tratamiento sin enfrentar peligro, expuso el informe.

2024, año decisivo para eliminar la pandemia en 2030

Las decisiones que se tomen en 2024 determinarán si el mundo alcanzará o no el objetivo de eliminar el SIDA como amenaza a la salud pública para 2030, sostuvo ONUSIDA

La humanidad se encuentra en un momento crucial en la lucha contra la enfermedad, recalcó la dependencia en su más reciente informe, afirmando que aún es posible ponerle fin y recordando que hacerlo es una opción política y financiera.

“Las decisiones y opciones políticas tomadas este año por los líderes de todo el mundo decidirán el destino de millones de vidas y si terminará o no la pandemia más letal del mundo”, insistió la agencia.

Los líderes mundiales se comprometieron a reducir las nuevas infecciones a menos de 370.000 por año para 2025, pero el contagio de 1,3 millones en 2023 aún supera tres veces ese objetivo.

“Los líderes pueden salvar millones de vidas, prevenir millones de nuevas infecciones de VIH y garantizar que todas las personas seropositivas vivan una vida plena y saludable”, aseveró la directora ejecutiva de ONUSIDA..

El camino correcto hacia el objetivo

El informe estima que si los líderes tomaran las medidas necesarias para garantizar recursos suficientes y sostenibles y proteger los derechos humanos de todos, el número de personas portadoras del VIH que necesitarían tratamiento de por vida aumentaría a aproximadamente 29 millones para 2050. En cambio, si se toma el rumbo equivocado, la cantidad de personas que necesitarían apoyo de por vida se elevaría a 46 millones, una cifra superior a los 39,9 millones de 2023.

El acceso a la terapia antirretroviral es el principal problema. A finales de diciembre de 2023, 30,7 millones de personas tenían acceso a alguno de estos tratamientos, frente a sólo 7,7 millones en 2010; sin embargo, el número se mantiene por debajo del objetivo para 2025 fijado en 34 millones de personas.

ONUSIDA advirtió que, pese a los avances, hasta el momento el mundo no está en camino de cumplir el objetivo de 2025 de caer por debajo de las 250,000 muertes.

Aumentan los casos en América Latina

Aunque se han dado pasos considerables en la prevención de nuevas infecciones por VIH (han disminuido un 39% desde 2010 a nivel mundial y un 59% en África oriental y meridional), el informe muestra que están aumentando en tres regiones: Oriente Medio y África del Norte, Europa del Este y Asia Central, y América Latina.

“Los líderes mundiales se han comprometido a poner fin a la pandemia del SIDA como amenaza para la salud pública para 2030 y pueden cumplir su promesa, pero sólo garantizando que la respuesta al VIH cuente con los recursos que necesita y que los derechos humanos de todos estén protegidos”, enfatizó Byanyima.

Estigma y discriminación

ONUSIDA subrayó que el estigma y la discriminación, así como la criminalización, de los que son víctimas ciertos grupos de personas impiden el progreso porque no pueden obtener ayuda y tratamiento sin peligro.

Los hombres que tienen relaciones sexuales con hombres y los consumidores de drogas inyectables representan ahora una proporción mayor de nuevas infecciones en comparación con 2010 (55% frente a 45%).

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