• Julia Chávez Rodríguez, nieta del activista de los derechos humanos de migrantes en eu, es ya la coordinadora de campaña de Harris

José Luis Montañez

La relación de Kamala Harris con el sector tecnológico pueden convertirla en la principal opción de Silicon Valley para la Casa Blanca

Julia Chávez Rodríguez, nieta del luchador incansable por los derechos humanos de los migrantes en los Estados Unidos, César Chávez, tiene ya el control de millones de votos hispanoparlantes y de color, como jefa de campaña de la virtual candidata presidencial demócrata, Kamala Harris, de 59 años de edad.

Esa mujer que tiene mucha experiencia positiva en ese puesto, pues hace cinco años cubrió la misma posición con el actual presidente de los Estados Unidos, Joe Biden.

Julia es realmente confiable, inteligente y muy trabajadora, defiende, como su abuelo César Chávez, los derechos humanos de millones de migrantes hispanos, pero también de la gente de color, que esperan regularizar su situación migratoria para disfrutar de una vida sin temores y problemas. Desean poder disfrutar de su esfuerzo laboral en EU.

Aquí les debe quedar muy claro a esos millones de seres humanos, el odio y la tirria que el candidato repúblicano Donald Trump, le tiene a los migrantes hispanoparlantes y, sobre todo, a los mexicanos, de quienes ha dicho que la mayoría son delincuentes y narcotraficantes.

Por eso, en estos momentos, la gente se siente más segura y cómoda, con la nominación de Kamala Harris, porque sabe que aunque tiene la mano firme y sabe cómo aplicar la ley, también tiene un sentido humanista para con la gente de color y el mundo hispanoparlante.

Sabemos, de sobra, que Kamala es una mujer justa y va a ser la primera presidenta de los Estados Unidos, la nación más poderosa de la tierra, comentan en miles de llamadas sus seguidores y simpatizantes.

Y es que desde que apareció el pasado fin de semana en el escenario político, la demócrata Kamala Harris, el repúblicano Donald Trump, quien tiene graves acusaciones probadas en su contra por violación, estafa y corrupción, siente que todo a su alrededor se derrumba.

Por lo pronto, ya está abajo dos puntos en las encuestas por la presidencia estadounidense y sus apoyadores han dejado de aportar dinero para su campaña.

Hoy, a Trump, se le ve preocupado y en sus discursos de odio ataca ferozmente a México, un país que, por cierto, lo apoyó de manera incondicional cuando fue presidente de EU.

Donald Trump es un hombre ingrato, mal agradecido, rencoroso y arbitrario con sus semejantes.

Éste sí es un verdadero peligro y muy grande para los Estados Unidos, pero, sobre todo, para todo el mundo.