- El secuestro de “El Mayo” Zambada y su involucramiento en el narco lo neutralizan como autoridad
José Luis Montañez
La guerra a muerte que libran mayos y chapitos en Sinaloa, por el control de la producción y distribución de drogas, sobre todo el mortífero fentanilo, ha puesto al gobernador Rubén Rocha Moya en un serio predicamento.
En ocasiones, parece que se va a caer o que el mismo va a tirar la toalla, pero del centro del país, el gobierno federal, le dice que aguante vara, que las cosas pronto estarán en calma.
Pero el día día en Culiacán y la pila de muertos que lleva ya la guerra de mayos y chapitos parece no tener fin y sí, en cambio, arreciar.
El gobierno de Estados Unidos acaba de pedir a sus ciudadanos no viajar a Culiacán ni a Mazatlán por el tema de la seguridad, que se encuentra fuera de control.
Seguramente, el próximo presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y su equipo de seguridad estarán ya pensando en un plan para presionar a México y evitar que la droga que se produce en Sinaloa siga matando a miles de jóvenes norteamericanos, sobre todo, con el mortal fentanilo.